La prensa como fuente se convirtió en un medio privilegiado para realizar un seguimiento minucioso al debate público y, más específicamente, a la coyuntura política. No obstante, cuando se toma la prensa como fuente primaria de investigación, se corre el riesgo de quedar en la inmediatez de los hechos. Para evitar esto, en el desarrollo del proceso investigativo se estuvo atento a interpretar los acontecimientos e inscribirlos en tendencias de más largo plazo del devenir histórico del país, así como en buscar apoyo de analistas académicos, de teorías o conceptos de las ciencias sociales (especialmente de la ciencia política) que fueran de utilidad para entender aspectos del proceso estudiado. En resumen, la investigación trató de ser cuidadosa con la advertencia de Renán Silva a los historiadores sobre la importancia de no confundir la consigna de “dejar hablar a las fuentes”, con la “ilusión positivista” de que los documentos “hablan por sí solos”.72
7. LA ESTRUCTURA DEL TEXTO
El texto consta de cinco capítulos. En el capítulo 1, “La elección de Álvaro Uribe Vélez: una nueva representación del conflicto”, se analiza la aparición de Uribe en el escenario político nacional en el marco de la campaña electoral del 2002. Se muestra el proceso mediante el cual el candidato logra posicionar el tema de la seguridad en el debate público y diferenciarse de los otros aspirantes a la presidencia, específicamente del contrincante principal y candidato de la paz, el liberal Horacio Serpa Uribe. Con el tema de la seguridad como bandera y un discurso de “firmeza” frente a los grupos armados, en especial respecto a las FARC, Uribe consiguió sintonizarse con el electorado e imponerse rápidamente a los demás candidatos.
En el capítulo 2, “La utilización del miedo como estrategia política”, se examinan las estrategias discursivas mediante las cuales el presidente Uribe identifica a las FARC como la mayor amenaza que enfrenta la sociedad colombiana. A partir de un miedo arraigado en un problema real, el crecimiento evidente de las zonas de influencia de las FARC, las manifestaciones de poder de este grupo expresadas en acciones de aniquilamiento a unidades militares, su amenaza de “llevar la guerra a las ciudades” y su intención de establecer un “impuesto” a los grandes patrimonios,73 el presidente logra mantener altos niveles de aceptación en la opinión. Las FARC, con sus acciones, aun en contra de sus propósitos, contribuyeron a la cristalización de esa representación, la de las “FARC como enemigo público” (si nos atenemos a la definición schmittiana de enemigo político) y amenaza principal para los colombianos.
El problema del orden, es decir, el de la convivencia pacífica de los colombianos, será la prioridad del Gobierno; de la resolución de este problema dependerá que el país supere los demás problemas sociales y políticos. Para hacer frente al desafío que para la convivencia representaban los grupos armados, el Gobierno concibió la PDSD. El análisis de esta política se aborda en el capítulo 3, “Las luchas se libran también en el campo de la representación”. En este capítulo se presentan los discursos de la seguridad en Colombia desde el Frente Nacional, al tiempo que se avizoran los desarrollos y retrocesos del país en materia de seguridad y defensa. Se muestran también las luchas que se libraron en el terreno de lo imaginario, entre defensores y detractores de la Seguridad Democrática.
El capítulo 4, “Uribe y la oposición: el juego de la enemistad”, examina el proceso mediante el cual, mientras crecía la popularidad del presidente y el apoyo a la Política de Seguridad, prosperaba la hostilidad del Gobierno contra las voces disidentes, se tratara de la oposición en el Congreso (especialmente la bancada de la izquierda democrática, liderada por el Polo Democrático Alternativo), de los activistas a favor del acuerdo humanitario, o las organizaciones de la autodenominada sociedad civil,74 proclives no sólo al Acuerdo, sino también a la búsqueda de la paz por la vía de la negociación.
El capítulo 5, “La reelección presidencial inmediata: el cambio de las reglas de juego”, aborda el discurso de Uribe sobre la “necesidad” de continuar en el poder, su justificación. Se analiza la forma como el Gobierno se va deslizando, a veces sutilmente, otras, de manera descarada, de la “nueva política”, que decía encarnar el candidato presidencial, a las prácticas de la “vieja política”, y cómo en función de sus intereses reeleccionistas pasa de la defensa del Estado (la lucha contra los grupos armados ilegales), a su debilitamiento, mediante el cambio de las reglas de juego previamente establecidas, para favorecer sus aspiraciones políticas.
Al final se presentan algunas de las principales conclusiones de este trabajo.
1. Véanse Gonzalo Sánchez, “Guerra prolongada y negociaciones inciertas en Colombia”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 17-72, y Daniel Pécaut, Guerra contra la sociedad (Bogotá: Planeta, 2001).
2. Daniel Pécaut, “Simbólica nacional, liberalismo y violencias”, en Colombia 1910-2010, eds. María Teresa Calderón e Isabela Restrepo (Bogotá: Tauros, 2010), 41-118.
3. Esta guerrilla tiene su origen en la llamada Violencia de los años cincuenta y en los procesos de autodefensa campesina, orientados por el Partido Comunista Colombiano (PCC). Públicamente se van a constituir como FARC en la Segunda Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur, abril-mayo de 1966. Eduardo Pizarro Leongómez, Las FARC (1949-1966): de la autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha (Bogotá: Universidad Nacional - Tercer Mundo Editores, 1991), 187.
4. El paramilitarismo en Colombia es un fenómeno complejo, aún no suficientemente estudiado y explicado. No obstante, sus orígenes en los años ochenta parecieran estar relacionados con el narcotráfico. En este sentido, afirma Fernando Cubides: “Si hay una verdad establecida, una sabiduría convencional como se dice, es la que relaciona la primera etapa de actividad de los narcotraficantes —una etapa de acumulación y expansión patrimonial—, con la formación de los primeros grupos de justicia privada, los núcleos originales del paramilitarismo […]”. Fernando Cubides, “Narcotráfico y guerra en Colombia: los paramilitares”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 389.
5. Mauricio Romero, “Democratización política y contra reforma [sic] paramilitar en Colombia”, en Violencias y estrategias colectivas en la región Andina. Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú yVenezuela, eds. Gonzalo Sánchez y Eric Lair (Bogotá: Norma, 2004), 342.
6. Peter Waldmann, “Guerra civil: aproximación a un concepto difícil de formular”, en Sociedades en guerra civil. Conflictos violentos de Europa y América Latina, comps. Peter Waldmann y Fernando Reinares (Barcelona: Paidós, 1999), 29-60.
7. Véase Daniel Pécaut, Crónica de cuatro décadas de política colombiana (Bogotá: Norma, 2006), y Juan Guillermo Ferro y Graciela Uribe Ramón, El orden de la guerra: las FARC-EP, entre la organización y la política (Bogotá: Centro Editorial Javeriana (CEJA), 2002).