Historia de la República de Chile. Juan Eduardo Vargas Cariola. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Eduardo Vargas Cariola
Издательство: Bookwire
Серия: Historia de la República de Chile
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561424586
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indígenas. La complejidad de este proceso se puede observar en el análisis del censo de 1813, que dio para el valle de Elqui un 58,54 por ciento de españoles americanos y europeos, un 26,59 de indios y mestizos y un 14,83 por ciento de negros y mulatos, espacialmente mezclados600.

      En la zona central también el mestizaje había hecho desaparecer a los indígenas, no obstante lo cual algunos “pueblos de indios” creados en el siglo XVIII mantuvieron la diferenciación, a lo cual también contribuyó la subsistencia —tal vez mejor la creación— de mandones o caciques. En 1822 Maria Graham, en un largo paseo que hizo con varios acompañantes hacia el sur y el poniente de Santiago, sintió curiosidad por conocer al cacique de Chiñihue, pero la distancia y le necesidad de retornar a la capital al día siguiente le impidieron realizar ese propósito, por lo que optó por visitar al cacique de Llopeo, pueblo muy próximo a San Francisco del Monte. Pero el cacique no estaba, y el grupo de viajeros fue recibido por su cónyuge, “inteligente y bien parecida mujer”:

      La breve aunque sustanciosa información transcrita da luces acerca de los pueblos de indios próximos a Santiago, que probablemente cabría extenderla a los otros aún subsistentes en las zonas norte y central del país. Como es sabido, estos pueblos se formaron en su mayoría durante el gobierno de Ambrosio Higgins, quien en enero de 1789 puso término al servicio personal de los indígenas —debe recordarse que la encomienda, en su concepción original, era solo de tributos— y dispuso la reducción de estos a poblaciones. Como las encomiendas habían sido jurídicamente temporales y limitadas en teoría a dos vidas, es decir, al beneficiario original y a su descendiente, cuando quedaban vacantes eran asignadas a otras personas, lo cual obligaba al traslado de los indígenas. De esta manera, al desocuparse las tierras en que habían vivido, pasaban habitualmente a personas que, alegando su vacancia, obtenían un título de merced sobre ellas. A partir del siglo XVII los encomenderos radicaron a sus indios en sus propias haciendas, de manera que al darse término a la encomienda de servicio, es decir, de trabajo, fue necesario buscar un nuevo asentamiento para ellos. Esto se tradujo en la instalación de los naturales ya en tierras de las mismas haciendas de los encomenderos, debidamente transferidas, o bien en las asignadas por las autoridades.