476Aurora de Chile, N°11, 23 de abril de 1812; y Caffarena Barcenilla, op. cit., pp. 360-362.
477Aurora de Chile, N°11, 23 de abril de 1812. Sobre el sentido de la caridad, que no se trata en este capítulo, ver Ponce de León Atria, op. cit., pp. 276 y ss.
478Cruz-Coke, op. cit., pp. 272 y 273. Según Caffarena Barcenilla, op. cit., p. 363, no se tiene claridad acerca de su funcionamiento entre 1815 y 1816.
479Cruz-Coke, op. cit., p. 282.
480ANH, MI, v.45; también Cruz-Coke, op. cit., 282; Gonzalo Piwonka Figueroa, “Estado y salud en Chile: 1800-1832”, en Dimensión Histórica de Chile, 10,1995, p. 25; y Vicuña Mackenna, Médicos, pp. 216-217.
481Sobre los problemas de esa institución, puede verse ANH, MI, v. 45, f. 144-145
482Piwonka Figueroa, op. cit., p. 39 y ss.
483Valencia Avaria, op. cit., I, p. 186. La Ley Orgánica de Municipalidades, promulgada en 1854, indicó entre sus atribuciones “el cuidado y fomento de los establecimientos de beneficencia que existan en el departamento o territorio municipal”, en Anguita, op. cit., p. 640; y Enrique Laval, Origen de las Juntas de Beneficencia, en Revista Médico-Asistencial, 1, 1949, p. 46.
484Valencia Avaria, op. cit., I, pp. 167-169.
485Cruz-Coke, op. cit., p. 288. Sobre la Sociedad Médica y el Protomedicato, ver Piwonka Figueroa, op. cit., pp. 37-42.
486La Opinión, N°3, mayo de 1830, citado por Piwonka Figueroa, op. cit., p. 40.
487Piwonka Figueroa, op. cit., p. 41.
488Piwonka Figueroa, op. cit., p. 42; y Sol Serrano, Universidad y Nación, Editorial Universitaria, Santiago, 1994, p. 180.
489BLDG, 10 de noviembre de 1831, pp. 14-16.
490Laval, Historia del Hospital, p. 124.
491BLDG, Lib.5, N°5, p. 150 y ss.
492Laval, Historia del Hospital, pp. 124,125 y 138.
493Laval, Historia del Hospital, p. 138.
494El Ferrocarril, 8 de febrero de 1884. Serrano, op.cit., p. 179, sostiene un punto de vista similar.
495Cruz-Coke, op.cit., p. 265 y ss.
496Poeppig, op. cit. p. 205.
497Gonzalo Vial Correa, “Teoría y práctica de la igualdad en Indias”, en Historia, 3, 1964, pp. 145-148.
498Se afirma que en 1860 el gobierno pensó en designar al doctor José Joaquín Aguirre como diplomático en los Estados Unidos, descartándolo, porque “se le hizo el cargo de ser moreno subido”, en Enrique Laval Manrique, Historia del Hospital San Francisco de Borja de Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2011, p. 101.
499Cruz-Coke, op. cit., p. 222.
500Once eran los estudiantes matriculados en 1833 y 12 en 1841, en Cruz-Coke, op. cit., pp. 320-321; El Semanario de Santiago, N° 3, 28 de julio de 1842.
501El doctor Miguel Semir, que escribía en 1860, aseveraba que el prejuicio de que solo las leyes daban prestigio social lo desarraigaron el ministro Joaquín Tocornal y la familia Vicuña con su decisión de que ingresaran a ella, en 1833, Francisco Javier Tocornal y Juan Mackenna. En 1842, sin embargo, cuando dichos jóvenes concluyeron sus estudios, ese prejuicio no había desaparecido, no obstante lo cual ese hito se estimó como un hecho fundamental —o “mito fundacional”— en la valorización que experimentó la profesión, en Serrano, op. cit., p. 186.
502Andrés Bello, “Establecimiento de la Universidad de Chile”, en Obras Completas, vol. 8, Santiago, 1881-1893, pp. 28-29, citado por Serrano, op. cit., pp. 181-182.
503Citado por Miguel Luis Amunátegui, Vida de Don Andrés Bello, Impreso por Pedro G. Ramírez, Santiago, 1882, p. 498.
504Serrano, op. cit., p. 182.
505El programa que se estudiaba en el Instituto Nacional, de acuerdo a un decreto de marzo de 1833, debía durar seis años. De los 10 alumnos que ingresaron ese año, los primeros cuatro egresaron nueve años después. Algunas de las razones de esa demora obedecieron a que los profesores solían postergar la docencia por el ejercicio privado de la profesión. En 1842, el ingreso a la carrera se hacía cada tres años y dicho programa fue modificado, en Serrano, op. cit., p.181 y nota 100 y p. 182.
506Serrano, op. cit., p. 183.
507Juan Eduardo Vargas Cariola, “Rasgos de la autoimagen social y profesional de los médicos (1872-1925)”, en Ars Medica, vol. 3, N° 4, 2001, pp. 117-121.