El estallido del tiempo. Marta Panaia. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Marta Panaia
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788417133986
Скачать книгу
de los compromisos profesionales (Panaia, 2013). Se identifican dos polos, siguiendo una tipología de conductas iniciales (Bouffartigue, 1994), todavía no demasiado complejas, dada la edad temprana de estas primeras elecciones:

      • la etapa de la moratoria, en el cual los estudiantes parecen delegar el tiempo de trabajo a un plazo posterior, ya sea porque no se consigue o porque existe una cierta duda sobre las actividades de interés. Puede o no estar acompañada con un nivel económico mejor, ya que las décadas de desocupación condicionan mucho la entrada al mercado de trabajo, independientemente del tema de las preferencias y de los centros de interés;

      • la etapa de la experimentación, en la cual el sujeto es muy activo en la exploración del campo de posibilidades. Se toma en cuenta, en ambos casos, la explicación que da cada joven para decidir su conducta.

      Hay una variación bastante importante por especialidad y por región en el peso que tienen estos componentes –social, escolar y profesional– en sus trayectorias de socialización. Examinadas de cerca, las trayectorias sociales inter-generacionales –origen social y nivel educativo de los padres– de la mayor parte de esos jóvenes estudiantes no son justamente de una estricta reproducción social del campo profesional, ni de su situación de clase.

      Se identifican estos dos polos: el polo de la moratoria en el cual el estudiante expresa más su situación relacional y social que sus preferencias y muchas veces sin anticipaciones sobre el porvenir; y el polo de la experimentación, término reservado a los estudiantes que toman una postura muy activa en experimentar la exploración, asociadas generalmente a pensar por adelantado los proyectos profesionales ideales.

      La noción de moratoria es utilizada por Erickson (1966) y retomada por Coninck y Godard (1991) porque tiene la ventaja de evitar asociar a la conducta de los jóvenes el concepto de estrategia que implica un grado de racionalidad, intencionalidad y consecuencia, no siempre presente en sus conductas.

      En el primer polo, el de la moratoria, los sujetos no expresan casi preferencias, no hay todavía verdaderos proyectos en cuando en su porvenir profesional y se contentan en delegar en una suerte de tiempo que pasa, el trabajo de discernimiento respecto del campo profesional y de sus posibles objetivos, así como de sus propias preferencias subjetivas. Se encuentran aquí casi todas las variantes de abandono de los estudios por tiempos cortos, de cambio de carrera, de cambio de universidad y también de alargamientos de carrera (Panaia, 2013).

      Por ejemplo, cuando los padres tienen un perfil técnico, a veces este polo implica una primera elección de estudios no técnicos y una posterior elección, más definitiva por una socialización técnica. En otras oportunidades es una experiencia de trabajo la que condiciona cambios de carrera, abandonos o alargamientos en la cursada. Hay algunos casos para los cuales la experiencia de dos años de trabajo no parece realmente haber modificado una sensación de indeterminación profesional, la dimensión personal parece ahora más estructuralmente condicionante.

      En el segundo polo, el de la experimentación, la diferenciación parece más activa, muy frecuentemente se traduce por el rechazo de todo compromiso profesional durable que precedería a una elección definida. Al mismo tiempo, en estos recorridos se observa, claramente, valores o modelos de referencia, expectativas que se relacionan con los desarrollos posteriores. Ese tipo de modalidad está referido a cinco tipos de argumentos:

      • El mundo del trabajo es vivido como un universo total o muy ideal: la formación y la experiencia escolar no ha podido proporcionar con sus discursos una visión realista del universo profesional (pasantía, situación de trabajo, visitas a empresas, charlas de profesionales, prácticas pre-profesionales) y los estudiantes no están preparados para afrontarlo.

      • Tiene una gran ambigüedad. Sus propias ideas o aspiraciones profesionales son amplias y oscuras, la experimentación de situaciones de trabajo variadas y en distintos campos es el único medio de saber en qué situación le gustaría desenvolverse.

      • Aprender a trabajar. Una de las cualidades esenciales de la situación de trabajo es su función formativa, enseña a trabajar, a obedecer órdenes, a conocer los límites posibles de la trasgresión, etc. Esa cualidad es una garantía a la vez de una actividad rutinaria y de su capacidad de preservar o de desarrollar el valor profesional del que se inicia en la actividad. Es siempre necesario para aquellos aprendizajes que son muy generales y polivalentes adquiridos en una etapa del aprendizaje en cualquier área de conocimiento, que no implica una especialización irreversible.

      • La experiencia profesional permite ampliar el horizonte de empleos accesibles, de ampliar sus posibilidades de elección, de evitar un rótulo que limite el campo de las posibles propuestas. Es por ello, que ella debe ser concebida como instrumental, de períodos cortos, preferiblemente realizada en el período de acumulación de experiencias y de saberes, que luego funcionarán como referencia y antecedente.

      • Inconformismo. La etapa de experimentación está muchas veces ligada al inconformismo, al rechazo del modelo de vida adulto, a la necesidad de aventuras, emociones y cambios continuos y, por tanto, al rechazo de todo lo que signifique rutina, monotonía, permanencia, etc. Esto condiciona las primeras elecciones profesionales.

      En la segunda etapa cobra importancia su posibilidad de autonomía (económica y familiar), su proyecto profesional, la capacidad de superar obstáculos y su capacidad de aplicar los conocimientos adquiridos, tanto en pequeños trabajos como en experiencias de emprendimientos propios, es decir la centralidad que le otorgue al trabajo y, por último, su ambición de ganar dinero, seguir formándose en el exterior o hacer aportes a la ciencia y al conocimiento. Estas son las características que se van definiendo en el estudiante que ya asumido como tal, va dando forma a su inserción profesional o su vinculación permanente o esporádica con el mercado de trabajo.

      En el caso argentino, vale hacer además una diferencia dentro de las ingenierías con las ingenierías tecnológicas, que incentiva la formación del estudiante que trabaja, y que va a conformar un tipo de estudiante particular, que en su mayoría trabaja y valora mucho estudiar aquellos problemas que tiene que resolver, muchas veces con horarios nocturnos. Si bien es cada vez más frecuente que un alto porcentaje de estudiantes de las universidades públicas hoy en día trabajan, esto no es constitutivo de su normativa como lo fue desde sus orígenes para la Universidad Tecnológica Nacional. En otras universidades nacionales, los estudiantes no trabajan mientras estudian más que en pequeños trabajos generalmente no relacionados con su profesión ni con sus estudios, pero que les permiten realizar pequeños gastos de sostenimiento, sobre todo cuando vienen de zonas alejadas de la universidad.

      Frecuentemente, se encuentra entre estudiantes tecnológicos cambios de carrera condicionados por la estabilización en un tipo de trabajo que pertenece a otra orientación o abandonos de ciertos trabajos, porque no están relacionados con su campo de estudios.

      En este sentido la formación del ingeniero está rápidamente inclinada hacia una elección definida en el campo de la técnica y de la especialización y por lo mismo impide una elección más básica y general, que se vaya especializando gradualmente (Bouffartigue, 1994).

      Estas características llevan a la mayor parte de los jóvenes estudiantes de las ingenierías a pasar por una etapa de su socialización profesional con una fuerte “dominante técnica” (ingenierías duras), en desmedro de funciones de “dominante relacional” (comercio, gestión, administración o nuevas ingenierías). Con este criterio, el abandono de puestos de trabajo específicamente técnicos hacia otros más relacionales es vivido por los estudiantes de ingeniería como un prematuro abandono de la profesión y una opción por otras disciplinas. Al mismo tiempo, no moverse de las disciplinas técnicas, no siempre significa adoptar un modelo claro de carrera, sino que muchas veces está asociado a mantenerse en posiciones subalternas y no poder acceder a posiciones de mando.

      Por último, las empresas han multiplicado las fórmulas de transición entre la formación y el trabajo (contrato a prueba, contrato por proyecto, contrato de aprendizaje, pasantía, beca, etc.) y no es raro recibir en la empresa a los estudiantes avanzados de distintas profesiones, como pasantes o para hacer sus prácticas pre-profesionales, simplemente como contratados, donde son objeto de numerosos cuidados y viven un período