[37] E. A. Thompson, Los godos en España, Madrid, Alianza, 2014, p. 326.
[38] R. Collins, La España visigoda, 409-711, Barcelona, Crítica, 2005, p. 133.
[39] H. Kennedy, Las grandes conquistas árabes, Barcelona, Crítica, 2007, p. 372.
[40] La Chronica gothorum pseudo-isidoriana (ms. París BN 6113), F. González Muñoz (ed.), Noia, Toxosoutos, 2000, p. 19.
[41] P. Chalmeta, Invasión e Islamización. La sumisión de Hispania y la formación de al-Andalus, Jaén, Universidad de Jaén, 2003, p. 122; L. A. García Moreno, España 702-719. La conquista musulmana, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2013, pp. 88-89.
[42] San Isidoro de Sevilla, Etymol., V, 26, 14: Stuprum. Raptus proprie est inlicitus coitus, a conrumpendo dictus; unde et qui «rapto potitur», sturpo fruitur.
[43] Etymol., VIII, 11, 103: Saepe enim inprobi existunt etiam mulieribus, et earum peragunt concubitum: quos daemones Galli Dusios vocant, quia adsidue hanc peragunt inmunditiam.
[44] Etymol., X, L, 160: Libidinosus a Libero, qui puellarum [corpore pingitur]. Luxuriosus, quasi solutus in voluptate: unde et membra loco mota luxa dicuntur. Lascivus, quod sit laxus, id est solutus et vanus.
[45] J. de Mariana, Historia, vol. 1, p. 305.
[46] Ibid., p. 302.
[47] Ibid., p. 299.
[48] M. Lafuente, Historia, vol. 1, p. 545.
[49] Ibid., p. 34.
[50] A. Fernández Guerra, E. de Hinojosa y J. de Dios de la Rada y Delgado, Historia de España desde la invasión de los pueblos germánicos, vol. 2, p. 200.
[51] Ibid., p. 202.
[52] M. Torres López, «Las invasiones y los reinos germánicos de España», vol. 3, p. 137.
[53] R. Menéndez Pidal, Introducción a R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, España visigoda, vol. 3, p. LIII.
[54] J. Orlandis, Historia del reino visigodo español, Madrid, Rialp, 1988, pp. 149-150.
[55] A. García Sanjuán, «Las causas de la conquista islámica de la Península Ibérica según las crónicas medievales», Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Sección Árabe-Islam 53 (2004), p. 115.
[56] La versión Rotense recoge la traición al rey en la batalla: «En el año tercero de su reinado, y a causa de la traición de los hijos de Vitiza, entraron los sarracenos en España […] aplastados por la muchedumbre de sus pecados y traicionados por el fraude de los hijos de Vitiza, fueron puestos en fuga», (Rot. 7); mientras que en la Ad Sebastianum se alude a su culpabilidad tanto en la venida de los moros como en la defección en el Guadalete: «Pero los hijos de Vitiza, movidos por el resentimiento de que Rodrigo hubiera recibido el reino de su padre, con artero designio mandan a África, piden ayuda a los sarracenos y, una vez que pasaron a bordo de naves, los meten en España [….] aplastados por la mode de los pecados de los obispos y de los suyos propios, y traicionados por el fraude de los hijos de Vitiza, todos los ejércitos de los godos se dieron a la fuga y fueron aniquilados por la espalda» (Ad Seb. 6-7).
[57] Continuatio Hispana, 52, Estudio crítico sobre la crónica mozárabe de 754, J. E. López Pereira (ed.), Zaragoza, Anubar, 1980.
[58] P. Chalmeta, Invasión e islamización, pp. 138-140.
[59] J. Hernández Juberías, La Península imaginaria: mitos y leyendas sobre Al-Andalus, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1996, p. 190.
[60] Ibn al-Qutiyya, Historia de la conquista de España, J. Ribera (ed.), Madrid, Real Academia de la Historia, 1926, p. 5: «Witiza, dejó al morir tres hijos: llamábase el mayor Alamundo, seguíale después Rómulo y luego Artobás».
[61] Entre esas fuentes podemos destacar los Ajbâr Maymu’â: «Murió en esto el rey de España, Gaitixa, dejando algunos hijos, entre ellos Obba y Sisberto», E. Lafuente y Alcántara (trad.), Madrid, Real Academia de la Historia, 1867, p. 19.
[62] Y. Baer, Historia de los judíos en la España cristiana, Barcelona, Riopiedras, 1998.
[63] C. Cordero Navarro, «El problema judío como visión del “Otro”en el reino visigodo de Toledo», En la España Medieval 23 (2000), p. 31.
[64] M. Lafuente, Historia, vol. 1, p. 35.
[65] J. de Mariana, Historia, vol. 1, p. 247.
[66] E. A. Thompson, Los godos, p. 411.
[67] J. Vives (ed.), Concilios, p. 266.
[68] Ibid., p. 266.
[69] L.V. XII, 2, 5.
[70] L.V. XII, 2, 6.
[71] L.V. XII, 2, 7.
[72] L.V. XII, 2, 9.
[73] L.V. XII. 2,11.