Cuando las arterias se estrechan o se calcifican, con el paso del tiempo pueden dar lugar a serios problemas de salud, produciéndose literalmente un derrumbe de la persona, tanto corporal como anímico. Cada vez mueren más personas del llamado mundo civilizado, especialmente en Europa, América y Australia, como consecuencia de trastornos en las paredes de sus vasos sanguíneos. La calcificación de las arterias comienza con una pequeña alteración que tiene el aspecto de una úlcera plana. Se produce, entonces, una proliferación del tejido conjuntivo con un posterior depósito de calcio. Poco a poco, el diámetro interno de los vasos sanguíneos afectados se va estrechando cada vez más. Los vasos afectados van perdiendo elasticidad y se vuelven cada vez más duros y quebradizos. En consecuencia, se produce un aumento simultáneo de la presión arterial. El resultado final puede ser el padecimiento de una trombosis, una embolia o una hemorragia cerebral. También se puede producir una dilatación del corazón, así como roturas vasculares en las proximidades del corazón y, a menudo, los riñones comienzan a atrofiarse.
¿Dónde hay que buscar las causas responsables?
1. Alimentación rica en grasas, especialmente de origen animal, con la subsiguiente presencia de una gran cantidad de colesterol en la sangre y sus consecuencias patológicas.
2. También la nicotina puede contribuir a estrechar los vasos sanguíneos, principalmente las arterias coronarias.
3. Una alimentación excesiva, sobre todo en proteínas, con un elevado consumo de carne, huevos y quesos. Una alimentación demasiado abundante en proteína animal puede hacernos enfermar.
4. Un consumo excesivo de alcohol puede dañar los capilares sanguíneos y, de este modo, determinar de forma indirecta que las arterias enfermen.
¿Qué nos puede ayudar en la prevención y en el tratamiento?
1. La mejor dieta es una alimentación a base de arroz integral, requesón y ensaladas, y lo cierto es que puede obrar milagros si se sigue de una forma consecuente. Con ella, se puede reducir de una forma natural la presión sanguínea sin necesidad de tomar ningún remedio fuerte. Con este sencillo método es posible regenerar los vasos sanguíneos afectados en la fase inicial. Según observaciones y experiencias procedentes de Asia, el salvado de arroz destaca por su efecto regenerador sobre las arterias.
2. También desempeñan un papel importante en la prevención y curación las plantas con un contenido natural de yodo. Entre ellas, destacan las plantas marinas, por lo que se utilizan en condimentos alimentarios con alga marina kelp y la sal marina con plantas aromáticas y hortalizas frescas.
Otras plantas medicinales y plantas empleadas para condimentar actúan así mismo de forma excelente si se usan con mesura, como el berro de agua27 y otros tipos de berros, el rábano rusticano y el ajo, así como el ajo de oso y los puerros. También pueden usarse con éxito pequeñas cantidades de preparados elaborados a partir de la raíz de rauwolfia38. Igualmente, el Ginkgo biloba21 es una gran ayuda en casos de enfermedades vasculares provocados por la arteriosclerosis.
3. Resulta de suma importancia un buen abastecimiento de oxígeno, resultante de pasear y correr al aire libre, respirando el aire fresco del bosque, de la montaña o del mar. Quienes ya se encuentran enfermos deben evitar las grandes alturas, por la pobreza de oxígeno de dicho aire y por el peligro de padecer un ataque de apoplejía.
Quienes llevan una vida sedentaria, sentados en su oficina, deben tener en cuenta estos métodos sencillos. Aquellos que no desean convertirse en unos ancianos achacosos, que caminan con dificultad y deben ser acompañados a su oficina, deberían tener muy en cuenta pasar su tiempo libre al aire libre y no apoltronarse en un ambiente cerrado.
Evitar diversos factores nocivos
No hace falta ser un fanático extremista para admitir que la vida del hombre moderno y civilizado está llena de peligros. Estas son todas las comodidades que ha traído la técnica en la era de los coches y de la mecanización. Como consecuencia de ello, nos movemos poco al aire libre, a la vez que se empeora la calidad del aire. Así mismo, una alimentación con productos refinados contribuye muy poco a unas condiciones de vida sanas. Todas estas desventajas hacen que los vasos sanguíneos degeneren y que aparezcan demasiado pronto manifestaciones de envejecimiento que merman la capacidad de rendimiento y preparan un pronto final al placer de vivir. El incremento de la longevidad media, debido a una menor mortalidad infantil, no cambia la situación. No es importante llegar a una edad muy avanzada si el estado de salud es penoso y mantenerse con vida precisa de muchos cuidados y medicamentos. Lo importante es llegar a viejo con salud. Debemos adaptar nuestra alimentación y hábitos de vida a lo que piden de nosotros las leyes de la naturaleza y no a lo que nos ofrece una sociedad con caminos equivocados y que fomenta el debilitamiento de nuestra salud.
Calcificación de las arterias, trombosis coronaria39 e infarto de miocardio
En mi estancia en el Extremo Oriente, durante un tiempo presté especial atención a las enfermedades antes citadas y pude comprobar que tanto en Corea como en Japón, Filipinas e Indonesia la gente del campo, principalmente, apenas las padecían. En estos casos se trataba sobre todo de personas acomodadas que habían alcanzado un nivel de vida más elevado. En estos países la gente del campo consume poca grasa, de forma que el consumo medio diario de grasa y de aceite no supera los 50 g por persona y día. Además, la grasa y el aceite consumidos suelen ser de producción propia y con un elevado contenido de ácidos grasos insaturados. Igual de importante que el problema de la grasa es la costumbre, digna de imitar, de satisfacer con arroz sus necesidades de hidratos de carbono. El arroz tiene la propiedad de mantener jóvenes las arterias durante mucho tiempo. Puedo decir que donde he encontrado un mejor estado de los vasos sanguíneos, sobre todo de las arterias, es en aquellos pueblos en los que el arroz constituye su alimento principal.
El consumo habitual de algas marinas constituye un gran misterio que contiene algunos enigmas de cara al futuro. En países como Corea, Japón y en muchas provincias de China es habitual comer arroz con finas hojas de algas prensadas. Nosotros mismos nos acostumbramos a ello durante la estancia en dichos países, y la verdad es que nos sentó muy bien. Quienes deseen evitar las tres enfermedades que titulan este capítulo y, en caso de que ya se padezcan, quieran combatirlas con éxito deberán atender a las reglas o normas expuestas a continuación, ya que constituyen los requisitos previos para conseguir buenos resultados preventivos y terapéuticos:
1. Se realizará un consumo moderado de alimentos ricos en proteínas y grasas, evitando, en lo posible, las grasas de origen animal. Las necesidades del organismo en grasas se cubrirán principalmente con el consumo de aceites producidos de una forma natural. Entre ellos destacan los aceites de girasol, adormidera y maíz, así como los de germen de trigo y cardo.
2. La base de la alimentación debe ser el arroz integral.
3. El arroz integral con requesón se complementará con una buena cantidad de hortalizas crudas. Se tomarán cada día ensaladas frescas que prepararemos con suero láctico concentrado y aceite elaborado de una forma natural.
4. Como complementos dietéticos, se toman en consideración el aceite de germen de trigo, tomado directamente o en forma de perlas, y el alga marina kelp, así como todos aquellos alimentos que contienen algas. En caso de padecer hipertensión arterial se omite el alga kelp.
5. En cuanto a los quesos, se tomará solo queso fresco o requesón. Quienes no deseen abandonar la vieja costumbre de comer carne o les sea difícil poder hacerlo deben tomarla solo en contadas ocasiones y en pequeñas cantidades. Lo mismo podemos decir de los huevos, que en ningún caso deben consumirse duros.
6. Hay que usar poca sal para condimentar y, en todo caso, será siempre marina o utilizaremos la sal marina con plantas aromáticas y hortalizas frescas.