Funciones de la corriente linfática
El sistema linfático mantiene en orden el líquido corporal junto con el líquido sanguíneo y el cerebral. El conjunto de los fluidos de nuestro cuerpo asciende aproximadamente al 60% del peso corporal. Además de esta función reguladora, la linfa desempeña otra función de vital importancia, como es la de actuar como una especie de policía local que combate la penetración de intrusos extraños que pueden poner en peligro el conjunto de células que forman nuestro cuerpo. Nos referimos a bacterias que pueden ser más o menos peligrosas y que, en algunos casos, pueden ser una amenaza para nuestra vida. Cuando, por ejemplo, nos cortamos o un clavo oxidado ha herido nuestra protectora superficie cutánea, penetran millones de bacterias en el interior de nuestro cuerpo, como si se hubiera roto una puerta protectora. Los finos vasos linfáticos externos quizá no son lo suficientemente fuertes para detener la avalancha, por lo que las bacterias invasoras alcanzan los ganglios linfáticos. En estos se movilizan entonces elementos defensivos, produciéndose una reacción inflamatoria con una notable hinchazón en los ganglios axilares o inguinales (según el cuadrante afectado) que puede alcanzar el tamaño de un huevo. Si la acción de linfocitos, fagocitos, células emigrantes o como se llamen todas esas células defensivas no pueden solventar su trabajo, se produce una inflamación de la zona ganglionar afectada con hinchazón, enrojecimiento y dolor al presionarlo. Hablamos en este caso de una infección de la sangre, aunque las sustancias nocivas producidas se encuentran dentro del sistema linfático. Si todas las toxinas y bacterias alcanzaran el torrente circulatorio sanguíneo, el resultado sería que el ser humano fallecería ya durante la infancia.
Las amígdalas y el apéndice vermicular están conectados también a las vías linfáticas, donde ejercen también una acción limpiadora y bactericida. Se trata, en cierto modo, de dos filtros que no deben ser extirpados a la ligera, pues representan dos bastiones que tienen su importancia en la lucha contra bacterias invasoras nocivas.
Cuando se liberan células cancerosas en la práctica de una toma de muestra (biopsia) o en la extirpación quirúrgica de un tumor, estas van a parar con frecuencia al interior de los vasos linfáticos hasta quedar retenidas en las zonas ganglionares, donde nuestros elementos defensivos tratan de acabar con ellas. Si no se consigue, las células cancerosas comienzan a crecer y a desarrollarse, dando lugar al temido linfogranuloma o cáncer linfático. Esta es la razón por la que el cirujano extirpa cuidadosamente los ganglios linfáticos en las operaciones de cáncer, especialmente en los cánceres de mama.
Otra función del sistema linfático es captar la grasa emulsionada y cederla a la sangre en pequeñas y adecuadas cantidades. El sistema linfático se encarga también de producir todos los anticuerpos que nos hacen inmunes ante determinadas enfermedades infecciosas, por lo que es de gran importancia que este sistema funcione bien. Un fallo parcial del sistema linfático puede ser responsable también de algunos trastornos cardíacos, renales y vasculares.
Métodos terapéuticos de apoyo
El mejor apoyo que podemos proporcionar al sistema linfático reside en la práctica de ejercicio físico y en respirar al aire libre. También el sol de altura y el aire de mar actúan de forma beneficiosa sobre la circulación linfática cuando se dosifican correctamente.
Un remedio vegetal recomendable como refuerzo o apoyo del sistema linfático lo encontramos en la planta subtropical de la equinácea. Tomado por vía oral y aplicado externamente, constituye una buena y rápida ayuda en caso de inflamación de los ganglios linfáticos. En las aplicaciones externas podemos emplear las hojas recién recolectadas y machacadas de esta planta o aplicar un apósito empapado de su tintura. En casos agudos, se deben tomar, cada hora, diez gotas de dicha tintura disueltas en un poco de agua. Los buenos efectos de esta planta hacen que la tintura obtenida a partir de plantas de equinácea recién recolectadas no debiera faltar en ningún botiquín familiar.
Cuestiones interesantes sobre la linfa
Sin la existencia del sistema linfático y de la linfa, que podría denominarse como fluido sanguíneo blanco, los seres humanos seríamos en poco tiempo víctimas mortales de los ataques de las bacterias. Los linfocitos actúan como fuerzas de policía del organismo y se encargan de eliminar, sobre todo, bacterias que hayan podido penetrar por alguna herida de la piel. A su vez, participan muy activamente en los trabajos de restauración de grupos celulares dañados. El sistema linfático vascular supera con mucho la longitud global del sistema vascular sanguíneo. También las mucosas, especialmente la mucosa intestinal, poseen una red de vasos linfáticos muy fina y extensa.
Amígdalas palatinas y apéndice vermicular del intestino ciego
No todo el mundo sabe que las amígdalas y el apéndice poseen una buena red de vasos linfáticos, estructuras relacionadas con el sistema linfático que actúan como filtros y estructuras aniquiladoras de bacterias. Mientras se mantenga su capacidad funcional no deben extirparse, ya que son muy importantes para el cuerpo. En caso de que estas estructuras enfermen, hay que procurar su curación con métodos conservativos para que sigan cumpliendo sus importantes funciones en nuestro organismo.
Ganglios linfáticos
En el sistema linfático se encuentran pequeños engrosamientos que son conocidos como ganglios linfáticos. Actúan como filtros que tratan de frenar y destruir sustancias nocivas como bacterias y toxinas. Si las primeras estaciones de filtro no son suficientes para realizar su cometido, actúan las colocadas a continuación. Al producirse una mayor penetración de bacterias en su interior, puede formarse una especie de cordón endurecido, enrojecido y doloroso al presionarlo que da lugar a un engrosamiento en las zonas ganglionares, como, por ejemplo, en el codo cuando el brazo está afectado, y que puede llegar a alcanzar el tamaño de un huevo de gallina y ser sensible a la presión. Se trata de una acumulación de células linfáticas rodeadas por fibras musculares y de tejido conjuntivo, con signos inflamatorios típicos. Si esta primera estación no detiene la infección, esta pasa a afectar a la estación de filtro siguiente, como la existente a nivel de la axila. En el caso de una infección en el pie, puede llegar a percibirse el citado cordón a lo largo de toda la pierna y formarse un engrosamiento notable en los ganglios del interior de la ingle.
Bazo
Si bien el bazo constituye el órgano linfático de mayor tamaño, no conocemos bien todas sus funciones. Se encuentra a la izquierda, junto al estómago, es decir, en el lado contrario de donde se encuentra el hígado, y nada tiene que ver con la digestión de los alimentos. No parece guardar una relación directa con otros órganos del cuerpo ni trabaja conjuntamente con ellos. Por otra parte, no se encuentra conectado a la corriente linfática, sino a la sanguínea. El bazo podría encontrarse perfectamente en otro lugar del cuerpo y si se encuentra en el lado izquierdo es porque hay allí sitio para él. El bazo constituye, todavía hoy, un enigma para los investigadores. Puede extirparse del cuerpo sin que el individuo afectado pierda la vida. Sin embargo, sin su