El pequeño doctor. Alfred Vogel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Alfred Vogel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9783906404370
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bacteriana, como sucede, por ejemplo, en el caso de la malaria.

       Células migratorias

      Los linfocitos, así como los leucocitos, se consideran células migratorias, ya que abandonan tanto el flujo linfático como el sanguíneo y se desplazan, gracias a su diminuto tamaño, entre las paredes celulares, como avanzan las estrellas de mar por los arrecifes coralinos. Actúan a modo de policías, cuyo objetivo es el de atacar a los agentes perturbadores allí donde se encuentren en nuestro cuerpo; aunque parezca sorprendente, su número es tan elevado que supera ampliamente al de personas en la Tierra.

       Ayuda y factores curativos

      Si bien la linfa, tal como hemos visto, dispone de una excelente organización, a menudo precisa que le prestemos apoyo. Un estado deficitario de calcio y vitamina D en nuestro cuerpo va a poner muchas dificultades a la linfa. Muchas veces, los engrosamientos en la ingle y en el cuello (por debajo de las orejas), que presentan algunos niños pueden deberse a dicha causa. Otras manifestaciones atribuibles a estos estados deficitarios son: propensión a padecer catarros, anginas y otras enfermedades infecciosas, así como inapetencia, irritabilidad y rápido cansancio. En tales casos basta un cambio en las costumbres alimentarias como evitar los dulces artificiales, los productos de pastelería y bollería, las golosinas y los alimentos desnaturalizados, así como los elaborados con harina blanca, azúcar industrial y aceites refinados, a la vez que se debe aumentar el consumo de hortalizas y ensaladas para seguir el buen camino que beneficiará a nuestra salud. Se han conseguido buenos resultados con un mayor aporte de vitaminas, como las proporcionadas, por ejemplo, con un tónico reconstituyente y con la toma del compuesto de calcio y ortiga. Lo mejor es dar a los niños este compuesto de forma preventiva antes de que se manifiesten los síntomas antes mencionados.

      También actúa de forma muy favorable sobre la linfa el rábano rusticano, por lo que hay que considerarlo como uno de los mejores remedios para ella. A menudo observamos que basta con tomar diariamente una cucharadita llena de rábano rusticano para que desaparezcan trastornos pertinaces que afectan a la linfa. Para mejorar su sabor y que no resulte tan picante, va bien mezclarlo con requesón o con zanahoria rallada.

       Tuberculosis y cáncer

      Si el sistema linfático funciona sin dificultad no es posible que puedan desarrollarse una tuberculosis o un cáncer. En el caso del cáncer, resulta también decisivo disponer de una buena función hepática, por lo que debemos prestar suma atención a la linfa y al hígado. Buenos observadores han constatado que antes de que se pudiera comprobar la existencia de una tuberculosis siempre aparecían ganglios linfáticos sensibles y dolorosos a la presión. A menudo es posible detectar estos síntomas tempranos con años de antelación, por lo que es importante prestarles atención para poder evitar padecimientos posteriores. Si queremos disponer de una linfa en buen estado, debemos proporcionar a nuestro cuerpo suficiente oxígeno y luz solar. Deberemos evitar siempre las viviendas sombrías u oscuras, ya que son un buen caldo de cultivo para la tuberculosis.

       Linfogranulomatosis

      Esta enfermedad maligna del sistema linfático, conocida también como enfermedad de Hodgkin36, afecta más a los hombres que a las mujeres. Fue descrita en el año 1832 por el investigador inglés Thomas Hodgkin37, aunque todavía hoy no se conocen las posibles causas de esta enfermedad. Debido a que se acompaña de fiebre, algunos investigadores piensan que se trata de una enfermedad infecciosa, aunque la búsqueda de un germen responsable ha resultado infructuosa. Otros investigadores la catalogan como un tipo de cáncer y la tratan con radioterapia y con la bomba de cobalto. A pesar de ello, los éxitos conseguidos suelen ser pasajeros y de corta duración. Si solo se ven afectados por dicha enfermedad algunos ganglios linfáticos aislados, resulta entonces indicada la extirpación quirúrgica de los ganglios hinchados hasta que no se conozca algo mejor. Resulta indicado, también en esta enfermedad, una alimentación natural con muchos alimentos crudos, requesón y rábano rusticano, además de arroz integral, ya que este tipo de alimentación se ha mostrado muy beneficiosa. La toma diaria de un decilitro de zumo de zanahoria y remolacha roja, además de una tisana hecha de ortiga, avena en flor y alfalfa, se ha mostrado eficaz contra la anemia que suele aparecer en estos casos. También los preparados de Petasites o sombrerera en combinación con Galeopsis suelen proporcionar buenos resultados.

       Cuidados de nuestro sistema capilar

      Pocas personas saben que la red de capilares sanguíneos presentes en el cuerpo humano asciende a unos 100 millones de metros, lo que representa dos veces y medio el perímetro ecuatorial de la Tierra si colocáramos todos estos vasos sanguíneos, finos como cabellos, en línea recta, uno detrás de otro. Este cálculo, realizado por científicos, nos muestra una de las muchas maravillas que el Creador ha realizado en nuestro cuerpo. Debemos conocer no solo la estructura de estos finos capilares, sino también qué funciones desempeñan en nuestro cuerpo. En el ámbito del sistema capilar se produce la eliminación de residuos metabólicos, incluido el dióxido de carbono, en el sistema sanguíneo venoso, así como otras muchas funciones, unas conocidas y otras todavía no.

      Los fallos en el estilo de vida y en la alimentación pueden perjudicar gravemente nuestro cuerpo, incluido el sistema capilar sanguíneo. Una dieta errónea, productora de ácido úrico, con demasiada carne y huevos en lugar de hortalizas y frutas, ensancha y degenera los capilares sanguíneos de tal modo que estos se pueden observar perfectamente en una fotografía. Los capilares sanguíneos dilatados tienen un aspecto parecido al de pequeñas varices. También un consumo elevado de bebidas alcohólicas daña y dilata los capilares sanguíneos. Los productos químicos que tomamos, por ejemplo, a través de los medicamentos, así como la nicotina, alteran y dañan los vasos capilares, perjudican la nutrición de las células, trastornando con ello todo el metabolismo celular. ¿De qué nos sirve la maravillosa y sorprendente obra maestra que es nuestro cuerpo si la estropeamos con errores alimentarios o un estilo de vida demasiado sedentario y sin favorecer una buena respiración? Los trastornos del sistema capilar afectan tanto a las células musculares como a las nerviosas, las cuales no se nutren lo suficiente, lo que les produce un rápido aletargamiento, degeneración y envejecimiento. Estaría bien que esto se supiera ya en la juventud y se actuara en consecuencia. Si solo llegamos a percibir este hecho cuando ya hemos alcanzado una cierta edad nos va a servir de poco, como a la persona que ha dilapidado sus bienes en sus años jóvenes y al alcanzar la senectud vive una situación apurada y piensa en vano, con tristeza y dolor, en la abundancia de la que gozó en tiempos pasados. De forma muy gráfica podemos comparar la juventud con los siete años de vacas gordas que en tiempos pasados gozaron en el antiguo Egipto. Debemos comportarnos de forma prudente, como lo fue por aquel entonces José, para poder gozar de las reservas guardadas en los años de vacas flacas. La mejor manera de favorecer nuestro sistema vascular sanguíneo es seguir un modo de vida natural y sano.

       Funciones de la circulación sanguínea

      Para entender mejor y comprender en su totalidad y de forma gráfica la función del sistema circulatorio sanguíneo, podemos imaginarnos un tren correo que viaja de Basilea a Lugano, ida y vuelta. Siguiendo fielmente el horario de trenes, durante la ida deberá parar en cada estación y descargar en ella el correo correspondiente, mientras que, en la vuelta, tendrá que ir de estación en estación. Pensemos en el trastorno que se produciría si no se pudiera cumplir el horario de trenes. En cada estación veríamos al encargado del correo moverse de aquí para allá, muy intranquilo, esperando ansiosamente el tren que no llega, mientras que, tras su ventanilla, tiene que consolar a los clientes que llevan un tiempo esperando en vano la llegada del tren correo. Estos relativamente pequeños desajustes pueden llegar a producir retrasos indeseados y enfados, por lo que afectan al normal desarrollo de la vida económica del lugar.

      Algo