Es interesante observar también como nuestros cornetes nasales son capaces de reaccionar, por vía refleja, a los buenos y malos olores, ensanchándose o contrayéndose, para dejar pasar una mayor o menor cantidad de aire. Esos mismos cornetes nasales reaccionan también cuando tenemos frío en los pies. En tales circunstancias se contraen, enfriándose y aumentando su sequedad, afectando con ello el funcionamiento de las glándulas mucosas presentes. Como consecuencia, se favorece el paso del polvo y las bacterias, con lo cual es casi inevitable tras un enfriamiento padecer catarros o resfriados con mayor frecuencia. Por lo tanto, para evitar catarros y resfriados haremos bien en evitar el frío en los pies y la inhalación de bacilos al respirar por la boca. Si las mucosas nasales funcionan como es debido, estarán en condiciones de aniquilar por completo todos los bacilos catarrales que respiremos. Así pues, uno de los fundamentos importantes para la salud es respirar siempre por la nariz.
Soluciones para diversas dolencias nasales
Aquellas personas que padecen resfriados con frecuencia harían bien en aspirar por la nariz, de vez en cuando, un compuesto de calcio y ortiga en forma de polvo, como se tomaba rapé por la nariz en tiempos pasados. Cuando hace frío, va bien untar con regularidad las mucosas nasales con una buena crema a base de lanolina. Cuando corremos o andamos deprisa, dejamos de respirar por la nariz y acabamos haciéndolo por la boca. Por ello, deberíamos moderar nuestra velocidad de marcha para no dejar de respirar por la nariz ni forzar en exceso nuestro corazón.
Una causa que puede impedir que podamos respirar bien por la nariz son los pólipos nasales. A pesar de que son vegetaciones benignas, pueden llegar a ser muy molestas. Solo disponemos de un remedio eficaz contra los pólipos nasales: el camedrio amargo (Teucrium marum). Si este no diera resultado, deberemos acudir a un cirujano para que nos los extirpe.
Un trastorno aún más fastidioso que los pólipos es la ocena (nariz fétida). Para combatirla, podemos aspirar por la nariz agua con sal marina disuelta, a la que seguirá la aspiración nasal de una tableta de calcio y ortiga en polvo. Otros remedios eficaces, tomados por vía oral, son el Kalium jodatum D4 y el Mercurius solubilis D4.
La inflamación de la mucosa nasal puede resultar muy pesada e incómoda, especialmente cuando el tiempo es muy variable, como suele suceder en primavera. Como en todas las inflamaciones, la toma de un extracto de equinácea proporciona una gran ayuda. Así mismo, para conseguir un rápido efecto positivo, empaparemos un tapón de algodón con equinácea y lo introduciremos en la nariz. Si se forman pequeñas costras en las paredes nasales internas, la aplicación de una crema a base de lanolina ayudará a eliminarlas con rapidez.
Podemos resolver un resfriado común con secreción mucosa abundante o continua con relativa facilidad si, en un vaso de agua muy caliente, sumergimos rápidamente y una sola vez una rodaja de cebolla recién cortada y vamos bebiendo de esta agua a pequeños sorbos durante el día hasta percibir una clara mejoría.
Para combatir la fase aguda de catarros o resfriados pertinaces con secreción pegajosa de aspecto purulento tomaremos, a pequeños sorbos, un vaso de agua caliente al que se le habrán añadido cinco gotas de tintura de yodo24. Las personas sensibles al yodo, especialmente las personas afectadas por la enfermedad de Basedow, sustituirán esta tintura por una de alcanfor, con lo que conseguirán también buenos resultados. Así mismo, la ingestión de preparados de equinácea y su aplicación directa (en la mucosa nasal) proporciona buenos resultados.
Las sinusitis catarrales pueden ser muy dolorosas, especialmente si la infección se extiende a los senos frontales, lo que incluso puede llegar a afectar a las facultades mentales. Gracias a remedios homeopáticos como el Cinnabaris D4 y el Hepar sulfuris D4 podemos eliminar el pus y las molestias acompañantes desaparecerán en un plazo relativamente corto de tiempo. Para evitar que se convierta en una sinusitis crónica, este tratamiento debe realizarse cuanto antes. Las sinusitis crónicas suelen ser persistentes, por la resistencia que presentan a buena parte de los tratamientos que se les aplica.
Otitis
No hay que tomarse a la ligera esta dolencia, pues puede acarrear graves consecuencias. En primer lugar, conviene efectuar una derivación hacia la nuca, para lo que será suficiente la aplicación de una cataplasma de cebolla. Es preferible prescindir de la aplicación de medicamentos (gotas) en los oídos, adoptar una dieta a base de fruta y evitar durante algunas semanas el consumo de alimentos pesados y sazonados. Solo el médico especialista (otorrino) hará las irrigaciones necesarias con infusiones de llantén menor, manzanilla, caléndula o melisa.
En caso de percibir palpitaciones o pulsaciones en el interior del oído y un dolor unilateral, sobre todo en el oído derecho, que empeora por la noche, resultará útil la toma de Calcarea carbonica D6 (Calcium carbonicum Hahnemanni). Si no practicamos un buen tratamiento puede producirse fácilmente una inflamación del oído medio (otitis media) que puede ser más peligrosa de lo que pueda parecer. Si el pus producido, en lugar de abrirse paso hacia el exterior atravesando la membrana del tímpano, abre una brecha por un fino panel óseo que lo introduce en el interior de la cavidad craneal puede poner en peligro la vida del paciente.
No pocas meningitis se han producido por un tratamiento incorrecto de una inflamación del oído medio. Si no tratamos adecuadamente o solo nos limitamos a reprimir las manifestaciones de enfermedades infecciosas como la escarlatina, el sarampión, la tos ferina, la difteria, la gripe, las amigdalitis, etc., puede suceder que sobrevivan bacterias infecciosas y sus toxinas y ser causa de muchas otitis medias. Si no queremos padecer ninguna recaída, la derivación de toxinas resulta doblemente indicada. Un tratamiento inadecuado puede ser responsable de trastornos auditivos posteriores, por degeneración o desecación del nervio acústico, lo que conduce a una sordera total.
Los remedios homeopáticos más adecuados para tratar las otitis, en general, y las otitis medias, en particular, son Pulsatilla, Belladonna, Sulfur y Mercurius solubilis. Cuando la formación de pus está en sus fases iniciales, el remedio adecuado es el Hepar sulfuris D12. Si hay riesgo de septicemia, podemos salvar la situación mediante Lachesis D12. En caso de supuración crónica del oído, nos ayudará la alternancia de Silicea D12 con Causticum. Si el paciente tiende a presentar recaídas o recidivas en sus otitis, se tomará Barium carbonicum D10 de forma muy espaciada como remedio constitucional.
Las personas propensas a padecer del oído harán bien en tomar durante bastante tiempo un preparado de llantén menor en estado fresco. Esta planta (Plantago lanceolata) es uno de los mejores remedios para el oído, y es útil incluso para agudizar la capacidad auditiva. También se pueden conseguir muy buenos resultados con el Ginkgo biloba21. Mejora la capacidad auditiva, especialmente afectada en personas de edad avanzada, y puede resolver incluso los zumbidos de los oídos.
Otitis media purulenta
Es frecuente no prestar demasiada atención a las otitis medias infantiles. El niño se queja de dolor de oído y quizá presente una débil secreción por el oído con aparición de pus. No es suficiente meter al niño en la cama para que esté caliente y no hacer nada más, desatendiendo la aplicación de un tratamiento adecuado. Una otitis media desatendida ha sido responsable de que muchas personas tuvieran después problemas de audición y, en algunos casos, sordera total de un oído. Por si fuera poco, con ello se corre el riesgo de que pueda producirse un cierto grado de irritación cerebral. También los ojos pueden sufrir las consecuencias de estas inflamaciones crónicas, así como otros órganos, cercanos o no, por lo que siempre deberemos combatir esta seria afección procurando atajarla de raíz.
Para combatir una otitis media purulenta crónica, puede resultar muy satisfactorio el siguiente tratamiento: aplicar tras las orejas una cataplasma