Universos en expansión. José Güich Rodríguez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Güich Rodríguez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789972454899
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de un tiempo para fundar otro, presente en la mayor parte de los autores más representativos de esta corriente. Dependiendo de cada escritor particular y de la sociedad en que vive, las primeras manifestaciones de lo que hoy llamamos ciencia ficción iniciarán su derrotero. Ello, obviamente, será más concreto o mejor articulado en países donde la modernización y el sentido de progreso o fe en el futuro haya calado mejor como parte de un proyecto de construcción nacional. Esto ocurriría en Argentina y posteriormente en México —aunque las diferencias entre estas construcciones político-nacionales también fueron innegables—.

      El primero de estos países se apoyó en las doctrinas de Domingo Faustino Sarmiento, insigne pedagogo, enemigo acérrimo del tirano Juan Manuel de Rosas, quien sometió a la República emergente a un sanguinario control. A la caída del dictador, Sarmiento, escritor, periodista y político, fue elegido presidente. De inmediato emprendería la tarea de llevar a efecto sus idearios, a través de una profunda reforma del sistema educativo e inspirado en los modelos europeos, especialmente el francés2. Por otro lado, también era un convencido de que el país debía avanzar hacia el futuro prescindiendo de los elementos nativos u originarios; es decir, las tribus de indígenas, para quienes el proyecto en cuestión no tenía cabida. Ello moldeó una expansión genocida en la ocupación de extensas áreas ubicadas al sur del territorio, especialmente la región conocida como Patagonia. Fue el gobierno de Roca, en la última década del siglo XIX, el responsable de la Expedición del Desierto, de infausto recuerdo para los indígenas. Sarmiento también fue partidario de repoblar las áreas con inmigrantes procedentes de Europa, en un intento por forjar una visión de país a contracorriente de lo que constituía su realidad étnica y cultural.

      En el caso de México, también esta nación había enfrentado severos dilemas desde su génesis en 1810. Al contrario de Argentina, su población indígena había sobrevivido. Esto, de manera similar al Perú, creó las condiciones para un mestizaje que no dejaba de ser tributario de las grandes civilizaciones desarrolladas en su territorio. Su historia posterior a la Independencia está saturada de acontecimientos dramáticos: la guerra con Estados Unidos, que, en su plan expansionista hacia el Océano Pacífico, despojó al país de casi la mitad de su territorio. Luego, las castas dominantes dirigieron su mirada hacia Europa, promoviendo la presencia de un emperador a quien le cederían la corona de México.

      Esta involución hacia usos monárquicos supuestamente erradicados determinó una ruptura en el tejido del país. Monárquicos y liberales se enfrentaron en una guerra sin cuartel luego de la elección del indígena zapoteca Benito Juárez como presidente de la República. Con la llegada de Maximiliano de Habsburgo a México, acompañado de Carlota de Bélgica, hija de Leopoldo, el monarca que exterminó a la población del Congo, se da inicio a unos de los periodos más turbulentos. El desastre de este absurdo intento de perpetuación del imperialismo culminó con la derrota de las tropas francesas de ocupación —enviadas por Napoleón III—, quienes sostuvieron una feroz guerra contra las tropas mexicanas leales a la República3. La población indígena tuvo una participación notable en las acciones de resistencia a los invasores. El fusilamiento de Maximiliano en Querétaro, ordenada por el mismo Juárez, cerró el conflicto y abrió un nuevo capítulo de reformas liberales, entre las cuales figuraba la estricta separación del Estado y la Iglesia, cuyos bienes fueron confiscados. Este primer ciclo de modernización sería continuado por Porfirio Díaz, un caudillo que había luchado contra los franceses. Su gobierno dictatorial de casi treinta años, amparado en sucesivas reelecciones, acentuó las brechas entre una élite política europeizante y las masas de extracción campesina sometida al poder local de terratenientes y latifundistas. Hacia inicios del siglo XX, el sistema entró en crisis y las contradicciones se acentuaron. Sectores intelectuales de origen burgués, caciques locales y militares se alzaron contra Díaz, generando el proceso conocido como la Revolución Mexicana; que sacudió al país por una década, desde 1910. Luego del fin del conflicto, hacia 1920, las tentativas de modernizar al país culminaron con la instauración de un régimen de partido único (el Partido Revolucionario Institucional [PRI]) que gobernó por casi setenta años. Una serie de medidas impulsaron la industrialización. La apertura al mundo fue una de las preocupaciones centrales del Estado, cristalizada en reformas de todo orden, que involucraron políticas editoriales de grandes alcances. Estas permitieron el surgimiento de una industria que puso al día a México en torno de los avances científicos, tanto en las disciplinas formales como en las humanísticas.

      Tanto en el caso de la Argentina como en el segundo que proponemos como ejemplo, las condiciones para los primeros atisbos del género ya estaban preanunciadas, incluso desde las últimas décadas del siglo XIX. Cada una de estas naciones se transformó en un paradigma de adscripción de ideales programáticos: ubicarse en la órbita universal, al ritmo del progreso técnico y social que las clases dirigentes habían perseguido a través de varias generaciones. Y el modernismo, el movimiento artístico al que hemos hecho referencia, se constituyó en el magma sobre el cual se dieron las primeras tentativas de utilizar la ciencia como tema en la elaboración de narraciones aún impregnadas del Romanticismo, en ciertas vertientes, y de la literatura gótica.

      La ciencia ficción peruana: un desafío a las previsiones

      En la esfera estrictamente nacional, la ciencia ficción es una recién llegada a los estudios literarios. Con excepción de los trabajos mencionados en el apartado anterior, tampoco existen aproximaciones muy organizadas en relación con la necesidad de dotar al género de una carta de identidad que caracterice sus peculiaridades frente a otras tradiciones nacionales. Por lo tanto, el presente trabajo es apenas una tentativa por construir un panorama de tal práctica en un medio cultural que apenas la ha aceptado como existente o de interés dentro del sistema literario hegemónico —el dominado por el realismo urbano y los sellos multinacionales—. Solo en los últimos años, la proliferación de obras, gracias a la febril actividad de sellos independientes que operan ya no necesariamente al margen, ha hecho de la CF nacional algo visible y mejor atendido por los escasos medios de difusión que aún existen. Es esa oferta alternativa la que ha permitido el paulatino cambio de posición del género, así como la existencia de plataformas virtuales dedicadas al tema. Al respecto, ha sido de mucha importancia la labor del escritor Daniel Salvo4, ferviente defensor no solo de esos medios de difusión, sino de la ampliación del acceso a través de tecnologías recientes, como el e-book y afines.

      Y en los medios académicos, idéntico papel ha cumplido el investigador sanmarquino Elton Honores, quien todos los años, en febrero, organiza en la Casa de la Literatura Peruana el Congreso Nacional de Narrativa Fantástica y de Ciencia Ficción, con singular respuesta del público interesado, participación de especialistas y creadores, venta de libros y significativas menciones en la prensa. Incluso el registro habitual imperante hasta hace unos años —mohines prejuiciosos o irónicos por parte de los redactores o entrevistadores— ha variado ostensiblemente, en clara demostración de que hoy ya no es correcto pasarla por alto o desvirtuarla a través de la ridiculización. Todo ello ha hecho de esta actividad una verdadera institución y un espacio de intercambio cada vez mejor posicionado.

      De igual modo, la reciente aparición de antologías como Se vende marcianos. Muestra de relatos de ciencia ficción peruana (2015), editada por otro de los exponentes destacados, José Donayre Hoefken, evidencia una vez más la febril actividad que no presenta visos de estancamiento, sino de expansión, en consonancia con lo que ya ocurre en otros países del continente. Se trata, sin duda, de la más amplia selección contemporánea que se haya emprendido en el Perú al respecto. A pesar de que es un volumen temático, centrado en la posibilidad del contacto entre humanos y especies alienígenas, es lo suficientemente abundante como para discernir hacia dónde están orientándose los escritores y qué antecedentes los nutren —también, las diversas calidades de estos—.

      Otra muestra de este vigor creativo es ¡Bienvenido Armagedón! (2013), colección editada por el narrador Carlos Rengifo, cuyo registro temático es el fin del mundo y el temor que una imaginaria hecatombe provocaría aquel año. Las dos selecciones han sido publicadas por el sello Altazor, probablemente el más representativo de todos en la atención dispensada a las poéticas no tradicionales.