Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Antonio Pérez-Mosso Nenninger. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Antonio Pérez-Mosso Nenninger
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788418467295
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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_f32be18a-353f-5e4d-b4f4-2757f789c4b1">19 Así lo señala explícitamente el papa LEÓN XIII en su encíclica Immortale Dei, nº 10 (cf. MP2, 855s)

      20 Cf. Aps5, 343-397

      21 Cf. Aps5, 409-413

      22 Cf. MOURRET, Fernando, Historia general de la Iglesia, tomo IX, vol II, edición española, Md 1927, 536; Ap5, 413s.

      23 Cf. JD8, 35-66; Aps5, 347-350

      2. Inglaterra. Notas sobre su historia anterior a 1914

      La revolución religiosa inglesa del siglo XVI ha sido decisiva para el siguiente curso de su historia. La nación británica, por la política de su corona y el influjo de las corrientes protestantes venidas de Alemania, se separa de Roma durante el reinado de Enrique VIII (1509-47). Y contribuye pronto, política y militarme al triunfo de la Reforma protestante en media Europa frente a la resistencia católica –en especial de España– a la desintegración de la Cristiandad medieval. Una clase social enriquecida, en gran parte al hacerse con los bienes de la Iglesia en tiempo de Enrique VIII, ha regido desde entonces los destinos de la nación.

      La religión católica es oficialmente perseguida, denunciada como alta traición al país por no reconocer la supremacía religiosa de la corona. Durante más de dos siglos, numerosos fueron los mártires salvo en los breves reinados de María Tudor (1553-58) y de Jacobo II (1685-88), y hasta que advenga la Revolución francesa, que suscitará en Inglaterra un nuevo ambiente menos hostil a los católicos –a “los papistas”– , ya reducidos a una minoría.

      Las dos revoluciones del XVII

      La revolución de 1649 acaba con la vida de Carlos I Estuardo (1625-49), hecho ejecutar por Oliver Cromwell (1649-58), jefe del fuerte “ejército de los santos” –calvinistas escoceses– , llamado por los parlamentarios de Londres para que les apoye a combatir al ejército leal al rey. Cromwell, tras la victoria, no realiza la esperada restauración parlamentaria, sino que implanta su personal dictadura. Pero, al morir, el país vuelve a la anarquía, y Monck, antiguo general de Cromwell, en 1660 hace restaurar la monarquía Estuardo con Carlos II Estuardo (1660-85), hijo del rey decapitado. Era católico en secreto, no lo afirmaba. Por su corrupción moral hizo muy grave daño a la causa católica pese a las advertencias del papa beato Inocencio XI.

      La revolución de 1688. A la muerte de Carlos II, le sucede su hermano Jacobo II Estuardo (1685-89), que no oculta su fe y desea restaurar el catolicismo, hasta la fecha tan perseguido. Pero, en el momento en que tiene un descendiente varón, el futuro Jacobo III (hijo de la gran apóstol del Corazón de Jesús, María de Módena), ante el peligro de una próxima restauración católica, los torys, que le apoyaban, se pasan y unen a la oposición wigh, cuyos jefes exilados en Holanda (entre ellos, el filósofo Jhon Locke) conspiran con Guillermo de Orange, el calvinista y absolutista estatúder de los Países Bajos, yerno de Jacobo II.

      Guillermo, durante 30 años había sido el tenaz adversario militar de Luis XIV, deseoso de apoderarse de Holanda y luego asaltar Inglaterra, y al que Guillermo impide invadir los Países Bajos una y otra vez, incluso con la extrema decisión de abrir las esclusas e inundar los Países Bajos con el agua del mar. Fue el candidato elegido para derrocar a Jacobo II. Con su ejército cruza el Canal de la Mancha y en poco tiempo derrota a Jacobo II.

      Expansión naval de Inglaterra y su lucha con Francia por la hegemonía

      La Guerra de Sucesión de España (1701-14)

      La contienda definitiva para Luis XIV, en la que ya no vence o deja de conseguir condiciones muy favorables de paz, fue la de la Sucesión de España. El último Austria español, Carlos II Habsburgo (1665-1700), ante su conocida imposibilidad de descendencia y los consiguientes pactos entre las potencias europeas, primero secretos y pronto harto conocidos, para repartirse el Imperio hispano en cuanto fallezca, finalmente testa (después de años de dudas y asistido por su consejo) en favor del pretendiente francés (el futuro Felipe V, nieto de Luis XIV). Pero, con la condición de que los tronos de España y de Francia nunca recaigan en una misma persona, en un mismo Borbón.