La persona del terapeuta. Ana María Daskal. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ana María Daskal
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425392
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“¿qué puede ser lo mejor para alguien que recién egresó de la carrera de Psicología?” posiblemente lleguemos a respuestas parecidas pero sostenidas desde otro lugar. Postergar el zambullirse en ser psicoterapeuta puede tener como ventajas el darse más tiempo para conocerse y conocer otras opciones de ejercicio profesional para ese momento de la vida o destinar más tiempo a seguir aprendiendo.

      Por ejemplo, los trabajos en prevención, en colegios, con padres, o en centros comunitarios suelen exigir otro tipo de habilidades que las terapéuticas y, por lo tanto, pueden hacer sentir a los novicios menos exigidos y presionados.

      No se trata de que lo vayan a hacer mal con los pacientes, sino que se pueden hacer mal a sí mismos al lanzarse a un ruedo complicado sin estar preparados.

      A modo de ejemplo, y en el contexto norteamericano, Orlinsky y Rønnestad (2005: 103) definieron niveles de carrera teniendo en cuenta promedios de años en práctica y edades promedio:

Estudio de cohortes de carrera
Años de práctica Edad del terapeuta
Novicio 0,7 32,9
Aprendiz 2,4 34,7
Graduado 5 37,2
Establecido 10,4 42,6
Maduro 18,7 49,1
Senior 31,3 60,8

      No deja de sorprender el observar la diferencia de edades en el ejercicio profesional. En esta tabla, que recoge una muestra en EE.UU., el promedio de edad de inicio de la práctica como terapeuta es a los 32 años.Este dato nos refleja las diferencias de períodos de formación,las exigencias que deben atravesarse para tener autorización para el ejercicio psicoterapéutico y también la etapa de la vida personal en que se considera deben estar los terapeutas para ejercitar exitosamente sus funciones.

      Se puede estar o no de acuerdo, pero indudablemente nos invita a pensar en las razones que llevan a semejante contraste con nuestro países latinos, ya que nos encontramos con psicólogos trabajando en clínica a los 22 años.Y 10 años en la vida hacen mucha diferencia.

      Dichos autores, dentro de la investigación empírica actual, estudiaron en diversas publicaciones cómo es el proceso de desarrollo de los terapeutas. Eso implicó desde definir qué quiere decir para cada psicoterapeuta el término “desarrollo”, pasando por el qué medir y cómo, definir categorías, etc.

      Haciendo una brevísima síntesis de lo que ellos describen (cf. Orlinsky y Rønnestad, 2005), hay cuatro metodologías que han intentado estudiar el desarrollo de carrera en psicoterapeutas, cada una con sus pros y contras. El approach más generalizado es el de un análisis longitudinal, el cual consiste en que los terapeutas reflexionen sobre cómo, cuánto y en qué direcciones han desarrollado sus carreras desde el comienzo hasta la actualidad. Esto implica medir secuencialmente a una persona o grupo de personas; pero al necesitar los datos de una carrera de tres o cuatro décadas, este enfoque no es apropiado para cuando se tiene un propósito de abarcar el lapso completo de una carrera terapéutica.

      Otra forma de aproximación usada en la investigación es la comparación entrecruzada de grupos de individuos que están en diferentes etapas de sus vidas o carreras. Los autores consideran que si bien este método soluciona el problema de tomar medidas sobre una extensión grande de tiempo, hace además difícil de distinguir entre diferencias que reflejen un verdadero cambio en el desarrollo de una persona o grupo, o que sean un reflejo de cambios históricos/sociales dentro de estos mismos, ya que la psicoterapia es una disciplina en permanente transformación.

      Cualquiera de estos dos enfoques enfrenta la pregunta sobre qué es lo que se mide.

      Los otros dos enfoques, que implican una aproximación fenomenológica, van preguntando a los terapeutas sobre los temas o tópicos de sus propias experiencias de desarrollo, lo que demuestra ser de gran utilidad cuando lo que se quiere estudiar no está claramente teorizado o conocido.

      Estas aproximaciones enfatizan o bien en el desarrollo acumulativo de carrera o bien la experiencia de cambio comúnmente experimentada por los terapeutas. Los autores consideran que la mayor limitación de estos enfoques fenomenológicos es el sesgo de la subjetividad. Por ejemplo: Puede ser que un terapeuta tenga la sensación de que él fue cambiando a lo largo de su carrera, pero que no sienta que lo hizo en algún momento en particular, o bien que sienta que cambió continuamente, como una manera de no creerse estancado o inerte.

      Dentro de estos enfoques e investigaciones se fueron definiendo algunas categorías que pueden ser útiles de observar para entender todo lo que se puede tener en cuenta al respecto (Orlinsky et al., 2005: 114)3.

       Dimensiones de desarrollo acumulativo de carrera

      I. Desarrollo retrospectivo de la carrera

      Cambios globales como progreso/adelanto.

      Cambio global como terapeuta.

      Vencer las limitaciones pasadas como terapeuta.

      II. Sentir destrezas terapéuticas

      Uso constructivo de las reacciones personales hacia los pacientes.

      Detectar y lidiar con las reacciones de los pacientes hacia uno.

      Comprender el proceso momento a momento.

      Destreza de técnicas y estrategias.

      Precisión, sutileza y tacto en el trabajo terapéutico.

      III. Cambio de herramientas

      Usar las propias reacciones hacia los pacientes constructivamente.

      Detectar/lidiar con las reacciones de los pacientes hacia uno.

      Confianza en el rol como terapeuta.

      Entender el proceso momento por momento.

      Llevar a los pacientes a jugar su rol en la terapia.

      Tomar la esencia de los problemas de los pacientes.

      Efectividad en comunicar preocupación a los pacientes.

      Sentirse natural/auténtico con los pacientes.

      Destrezas en técnicas terapéuticas.

      Involucrar a los pacientes en la alianza terapéutica.

      En el caso del foco puesto en las vivencias de cambio en la carrera, fueron estas las categorizaciones que se concluyeron (Orlinsky y Rønnestad, 2005: 110)4:

       Dimensiones del desarrollo habitualmente experimentado

      I. Crecimiento comúnmente experimentado

      Volverse más hábil.

      Entender profundamente la psicoterapia.

      Sobreponerse a las limitaciones como terapeuta.

      Cambios comunes como progresos/adelantos.

      Experimentar sentido del entusiasmo.

      II. Agotamiento experimentado comúnmente

      El ejercicio profesional se vuelve rutinario.

      Se pierde capacidad de responder empáticamente.

      Desilusión de la terapia.

      Sensación de declinación/deterioro.

      Como podemos ver, estos ejemplos de categorización