Psicología del lenguaje. Jaime Bermeosolo Bertrán. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jaime Bermeosolo Bertrán
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425187
Скачать книгу
Juan, tienen una estructura profunda similar.

      Los modelos gramaticales convencionales, como los de los estructuralistas descriptivistas imperantes en esa época y criticados por Chomsky, orientados a los datos, pasan por alto la estructura profunda, ya que se centran para sus análisis en la estructura de superficie.

      Nótese que en este modelo, "no orientado a los datos", no se deduce el sistema de la lengua a partir de los datos aportados por los hablantes (o "informantes"). Chomsky que, como se explicó en el apartado anterior, afirma que la tarea del lingüista es describir la "competencia" del hablante, considera como datos adecuados sus propias intuiciones sobre el lenguaje. Se trata de un acercamiento racionalista y no empirista en la manera de hacer ciencia. Hay, entonces, dos tipos básicos de inferencia utilizados por los lingüistas para llegar a la descripción de la lengua y que concuerdan con enfoques teóricos diferentes (y antagónicos) en psicología del lenguaje:

      • Inferencias que llegan a un sistema a partir de las respuestas del informante.

      • Inferencias que llegan al funcionamiento humano, a partir de un sistema deducido intuitivamente.

      En el punto dedicado a los "enfoque teóricos", más adelante, se ahondará a este respecto.

      En relación al diagrama de la figura 2.4 -y a fin de adelantar algunos elementos más de la gramática "generativa-transformacional- el mecanismo (en sentido metafórico) que da cuenta de la competencia lingüística consta de tres secciones o componentes esenciales:

      El más importante, el sintáctico, comprende, a su vez, dos subcomponentes:

      • El subcomponente de estructura sintagmática4 o de base, que incluye un sistema de reglas de estructura sintagmática (reglas ES) y un lexicón o diccionario. Dichas reglas, en conjunto con el lexicón, proporcionan instrucciones precisas para producir la estructura profunda de cualquier oración. Introducen las categorías gramaticales básicas (sintagma nominal, sintagma verbal...) y sus constituyentes con los elementos léxicos. La estructura profunda, como podrá el lector constatar en los textos especializados, se representa normalmente con diagramas arbóreos.

      • El de las reglas de transformación (reglas T) con las que se llevan a cabo diversas operaciones sobre la estructura profunda (adición, supresión, permutación o sustitución de elementos) transformándola en estructura de superficie, aproximándola a su forma definitiva. En el ejemplo Una caja de loza se puede observar el efecto de reglas de supresión de elementos. En el caso de Juan escribió la carta y su forma pasiva, se aprecia el efecto de las reglas de permutación y adición: La carta fue escrita por Juan. La competencia del hablante le permite simplemente... hablar y comprender, sin tener conciencia de que está operando con complejos sistemas de reglas.

      El componente semántico, por su parte, opera sobre las estructuras profundas proporcionando las interpretaciones semánticas o de significado. Cumple un rol secundario en el sistema, en relación al componente sintáctico, lo que fue muy criticado. Los representantes de los modelos de "semántica generativa" en lingüística le asignarán el rol generativo principal.

      El morfofonémico,5 componente encargado de aplicar las reglas que especifican cómo se pronunciará en definitiva la oración, una vez que está disponible su estructura de superficie gracias a la acción de las reglas de transformación. (El elemento léxico "árbol" + plural, por ejemplo, se pronuncia en español "árboles" y no "arbols").

      Chomsky, en El lenguaje y el entendimiento resume en estos términos lo anterior:

      Una gramática consta de un componente sintáctico, que especifica un conjunto infinito de estructuras profundas y superficiales emparejadas, y expresa la relación transformacional que existe entre unas y otras; un componente (morfo) fonológico que asigna una representación (morfo) fonológica a su estructura superficial y un componente semántico que asigna una representación semántica a la estructura profunda.6

      El estudio del lenguaje como sistema, en consecuencia, no lo abordan de la misma manera los lingüistas. Algunos describen una estructura relativamente estática (la gramática); otros, en una perspectiva más dinámica, los sistemas de reglas que, supuestamente, dan cuenta de la estructura. Esta postura concierta de mejor forma con la psicología cognitiva, aunque no ha llegado a las gramáticas escolares por su notable complejidad.

      La consideración de cuestiones de naturaleza teórica en un manual con un sesgo marcadamente psicopedagógico, muestra lo asombrosa que es la competencia lingüística de los seres humanos, haciendo ver la importancia de abordar la enseñanza, estimulación y tratamiento en el área con base en un conocimiento riguroso de esas cuestiones, habilitando así al educador, psicopedagogo, etc., a crear sus propias herramientas de trabajo.

      Este es el enfoque característico de la teoría de la información, ciencia que se ocupa del flujo de la información, centrándose en los procesos de emisión, transformación y recepción de mensajes. Se vale de procedimientos matemáticos, en especial el cálculo de probabilidades, para estudiar los problemas relativos a la comunicación de mensajes. En esta perspectiva se ve el lenguaje como conjunto de señales que permiten transmitir información desde un emisor a un receptor.

      Las ciencias de la información7 se desarrollaron inicialmente para manejar cuantitativamente la transmisión de mensajes por canales, fundamentalmente en ingeniería de las telecomunicaciones. Lingüistas y psicólogos del lenguaje vieron en ellas un modelo interesante para caracterizar aspectos relevantes de la comunicación y de la mente humana. Aplicadas al comportamiento verbal, estudian las formas de concatenación y las secuencias de los fenómenos lingüísticos, el grado de probabilidad o de incertidumbre ("entropía") que caracteriza el sucederse de los mismos.

      La "información" es vista esencialmente como elección, reducción de alternativas. Su unidad mínima de medición es el "bit", equivalente a la elección entre dos alternativas igualmente probables. El concepto de información tiene por objeto el de hacer exactamente identificable lo que hay que comunicar, a fin de reducir la incertidumbre.

      Cuando en esta teoría se dice que un mensaje lleva información, no se alude, estrictamente hablando, a una propiedad intrínseca de él ni a que sea portador de un significado coherente semántica y lógicamente: se quiere dar a entender que tal mensaje ha sido seleccionado de un conjunto más o menos amplio de mensajes posibles, con una estimación matemática de su probabilidad de ocurrencia. Un mensaje será más informativo, en tanto mayor sea el número de mensajes posibles. Una elección entre dos alternativas es diferente a una elección entre muchas alternativas posibles.

      En psicología, las primeras aplicaciones de esta teoría estuvieron muy relacionadas con la medición. Sin embargo, como apuntaba Neisser (1976),

      Los intentos por cuantificar los procesos psicológicos en términos informativos han llevado generalmente a la conclusión, después de gran esfuerzo, de que la "proporción de bits" no es una variable relevante en absoluto... El "bit" fue diseñado para describir la ejecución de sistemas poco selectivos: un teléfono no puede decidir qué porciones de un mensaje que ingresa son importantes... Los seres humanos se conducen de manera muy diferente y no son, de modo alguno, neutrales o pasivos hacia la información ingresante: por el contrario, seleccionan algunas partes de ella para prestarles atención a expensas de otras, recodificándolas y reformulándolas de manera muy compleja.

      La programación de computadoras y las analogías mente-computador, en cambio, ocupan un lugar relevante en la psicología cognitiva actual. El ser humano es visto como un "procesador de información". Su pensamiento y procesos de toma de decisiones son simulados en programas computacionales, y los componentes y funciones del ordenador han llegado a constituir una metáfora corriente de la