Figura 3.4
Las funciones del lenguaje, según Jakobson.
La flecha circular invertida alude al efecto de los procesos de retroalimentación.
El esquema que muestra la fig. 3.4, basado en Jakobson, es de sobra conocido, ya que suele aparecer en textos escolares que tratan los temas de lenguaje y comunicación. En mayúsculas, destacadas sobre cada uno de los elementos del sistema, aparecen las funciones del lenguaje.
Puede apreciarse que el modelo incluye las tres funciones básicas de Bühler descritas anteriormente, las que, como lo hace notar Jakobson, corresponden a la primera persona, el emisor o hablante; la segunda persona, el destinatario u oyente; y la tercera persona, de quien o de que se habla.
Como ya se hizo ver, en cada enunciado producido por un hablante y que debe ser interpretado por un oyente, pueden estar presente dos o más funciones. Sin embargo, es posible identificar una de ellas como la predominante. No se olvide, además, que los roles de hablante y oyente se van intercambiando constantemente en la dinámica de la interacción.
Cada función aparece centrada en algún elemento del sistema o está directamente relacionada con él. Ellas son:
• La referencial (o cognoscitiva, denotativa, representativa, simbólica) se centra en el contenido o "contexto" (en sentido de referente o como sinónimo de contenido). Se pone de manifiesto en los textos informativos, en la narrativa, en la poesía épica, en las oraciones declarativas o enunciativas (afirmativas o negativas), etc., predominando el uso de la 3ª persona.
• La emotiva (o expresiva), centrada en el emisor. Caracteriza a la poesía lírica, con predominio de la 1ª persona. Se evidencia en las interjecciones, exclamaciones y enunciados en que, con efectos paralingüísticos y concomitantes no verbales (gestos, expresiones faciales, etc.), se ponen de manifiesto emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc.
• La conativa (o apelativa), centrada en el receptor o destinatario. (Nótese que el receptor no necesariamente es el destinatario). Se expresa en el uso de vocativos, imperativos, la oratoria, la poesía suplicatoria o exhortativa. El hablante pretende, a través de órdenes, ruegos, preguntas, etc., que el oyente actúe en conformidad con lo solicitado.
• La fática (o de contacto) se centra en el canal o contacto: se pone de manifiesto en todos aquellos recursos (expresiones, palabras, muletillas, gestos) que pretenden mantener la interacción: aló, vale, te escucho, claro, por supuesto, ya, correcto, ahá, mmm, etc. El canal es el medio utilizado para el contacto: voz, gestos, carta, teléfono, correo electrónico, medios de comunicación masiva...
• La poética se expresa en la manera en que se codifica el mensaje portador de información o contenidos: la construcción lingüística elegida intenta producir un efecto especial en el destinatario: goce, emoción, entusiasmo, etc. Encuentra su máxima expresión en la poesía, la prosa poética, la oratoria, etc. También se utiliza como recurso publicitario, a veces de manera muy ingeniosa. El hablante común y corriente intenta elegir, en ciertas circunstancias, palabras, expresiones, dichos, etc., que "suenan mejor", y que contribuyen a que su mensaje puede tener una mejor "llegada".
• La metalingüística se pone de manifiesto cuando el código (el lenguaje utilizado) sirve para referirse al código mismo. El "metalenguaje" es el lenguaje con el cual se habla del lenguaje. En las clases de "gramática" se hace abundante uso de metalenguaje (ejemplo, el profesor explica: despotricar es un verbo intransitivo; a pie juntillas es una locución adverbial, etc.). Las diferentes disciplinas han acuñado sus propios metalenguajes.
Algunos lingüistas han complementado el modelo incluyendo la función situacional, relacionada con la situación o entorno no lingüístico (diferente del "contexto" o entorno lingüístico). La situación afecta el discurso y muchos enunciados cobran sentido pleno de acuerdo a la situación en que se producen.
Las funciones del lenguaje de Jakobson constituyen, sin duda, un valioso aporte al estudio del lenguaje y la comunicación. El modelo ha contribuido igualmente con su rica perspectiva a la labor pedagógica, psicopedagógica y psicológica, al hacer presente los elementos básicos del proceso de comunicación con sus funciones esenciales, decisivos al momento de hablar de "competencia comunicativa".
Antes de revisar el modelo de Halliday, como una manera de aplicar lo visto hasta aquí, el lector puede tratar de identificar algunas funciones del lenguaje que se destacan en estos versos, parte del poema "Alba", de Federico García Lorca:8
Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semilleros de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.
UN MODELO EVOLUTIVO
M. Alexander Kirkwood Halliday9 desarrolló un modelo especialmente significativo para la psicología del lenguaje y la psicopedagogía. En su trabajo "Aprendiendo a conferir significado", fruto de un simposio sobre investigación cerebral y conducta humana,10 convocado por la Unesco hacía notar este notable lingüista (1975): "en los años sesenta los estudios sobre el desarrollo del lenguaje se realizaron fundamentalmente en el nivel léxico-gramatical y su orientación fue predominantemente psicolingüística".
Figura 3.5
Una perspectiva evolutiva en las funciones del lenguaje. Adaptada de M. A. K. Halliday, en Aprendiendo a conferir significado.
Con esto se refería a la tradición estructuralista en lingüística, con su enfoque del estudio del lenguaje como sistema, y también al notable impacto de la gramática generativa transformacional en psicolingüística evolutiva. El análisis que él proponía estaba centrado, en cambio, en la semántica, con un enfoque complementario sociolingüístico. Su aproximación al estudio del desarrollo del lenguaje la ha descrito, en consecuencia, como socio-semántica. Halliday plantea la discusión en su libro El lenguaje como semiótica social (1979), donde profundiza respecto a este nuevo modelo para el estudio del lenguaje ya que integra el componente sociocultural como clave para su cabal comprensión.
La fig. 3.5, adaptada de la que acompaña el trabajo del autor, presenta una visión evolutiva de las funciones del lenguaje -a diferencia de los dos modelos descritos anteriormente- y está basada en el estudio intensivo de las etapas iniciales comunicativas de un niño pequeño, observado acuciosamente desde los 9 meses hasta, aproximadamente, los 3 años.
Si el sistema lingüístico adulto