Psicología del lenguaje. Jaime Bermeosolo Bertrán. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jaime Bermeosolo Bertrán
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425187
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distingue entre "autovigilantes altos" y "autovigilantes bajos":

      • Los autovigilantes altos (o altamente autovigilantes) se preocupan de comportarse en forma socialmente apropiada y, por tanto, están atentos a vigilar la situación (más que a sí mismos) en busca de claves sutiles de "cómo comportarse".

      Tienen gran habilidad para utilizar expresiones faciales, gestos y la voz para transmitir emociones particulares... En sus manifestaciones extremas, se les puede acusar de "oportunistas interesados sólo en sí mismos, ya que cambian de opinión y forma de ser para ajustarse a la situación".

      • Los autovigilantes bajos (o escasamente autovigilantes) suelen ser "ellos mismos" a pesar de la situación y en raras ocasiones ceden o se adaptan a las normas del entorno social. Lo que monitorean es su propia conducta en relación a sus propias necesidades y valores duraderos. En sus manifestaciones extremas impresionan como "insensibles, inflexibles e incapaces de llegar a un compromiso".

       Figura 5.1

      Las personas difieren en cuanto al grado en que se puede ejercer un control intencional sobre su autopresentación

      Dicen Hybels y Weaver (1983) que la manera en que una persona utiliza el tiempo, el espacio, los movimientos del cuerpo -contactos visuales, expresiones faciales, gestos, poses, movimientos-, la voz y los objetos, es una parte esencial de todos los mensajes que una persona envía. Sin embargo, según estos mismos investigadores, gran parte de la comunicación no verbal existe a un nivel muy bajo de conocimiento: "con frecuencia enviamos y recibimos sugerencias no verbales de manera inconsciente".

      Lo importante, desde la perspectiva de la psicología educativa, es que la conducta no verbal, tanto en su dimensión de significación como de comunicación, consciente o inconsciente, constituye una valiosa herramienta para el conocimiento de las personas.

      De todo lo dicho hasta aquí, resulta evidente cómo el cuerpo mediatiza toda expresión humana. En su trabajo De la expresión corporal a la comunicación interpersonal, Santiago (1985), monitora de expresión corporal y que ha desarrollado un programa tendiente a que el niño aprenda a expresarse "tal y como él es", explica que "la expresión resulta aún más primigenia que la comunicación interpersonal, puesto que aparece con el hombre desde que este nace y le acompaña ininterrumpidamente durante toda la vida. Es constitutiva de lo humano: "estar vivo es expresarse".

      Los aspectos verbales y no verbales se desarrollan y refuerzan mutuamente: "si redujéramos las posibilidades expresivas del hombre a la palabra", afirma, "el resultado que obtendríamos sería un hombre bloqueado y de gran pobreza expresiva"...

      Al comparar expresión con comunicación, considera que "es impensable un hecho comunicativo, una relación interpersonal, que no parta de la propia expresión, de la expresión de sí mismo". En otros términos, de "la calidad comunicativa" de la persona. Coincidiendo con la línea expuesta en nuestro apartado sobre lenguaje y comunicación, esta autora no identifica expresión corporal con comunicación (lo que ocurre con los que afirman que "expresarse es comunicarse"... "no se puede no comunicar"...). La diferencia entre expresión y comunicación la marca la intencionalidad:

      "La comunicación humana es esencialmente intencional. Así, la autoexpre-sión es comunicación solo cuando la persona la carga de intencionalidad comunicativa y tiene ante sí a otro que desea recibir sus mensajes y establecer comunicación con ella: se convierte en su interlocutor".

      La comunicación es siempre intencional. La expresión, no necesariamente. En otras palabras, la comunicación es siempre expresión; la expresión no siempre es comunicación. Relacionando significación, expresión y comunicación, la autora, basada en el juicio de otros expertos, explica:

       Figura 5.2

      Relación entre los conceptos significación, expresión y comunicación, según se les describe en el texto

      • Significación: "hasta una piedra puede significar algo".

      • Expresión: puede ser intencional, pero muchas veces no lo es.

      • Comunicación: siempre es intencional.

      Aquellos aspectos de la expresión que no tienen valor comunicativo, nosotros los incluimos en la semiología de la significación. Los destinados a comunicar, en la semiología de la comunicación. Significación es un término más extenso que expresión.

      Los círculos concéntricos que se muestran en la fig. 5.2 ilustran la relación entre los tres conceptos.

      Dentro de lo que se entiende por comunicación no verbal (que es parte de la conducta no verbal), es decir, la manera en que una persona utiliza el tiempo, el espacio, los movimientos del cuerpo, gestos, la voz y los objetos, con propósitos comunicativos, a impulsos de la semiótica, la antropología cultural y otras ciencias, han cobrado gran importancia tres subespecialidades:

      A. Kinésica

      B. Proxémica

      C. Paralingüística.

      Haremos una breve descripción de cada una de ellas, haciendo presente al lector que sobre estas materias hay una gran cantidad de publicaciones que le permitirán ahondar lo que en este manual se presenta de manera introductoria.

      A. La kinésica se ocupa del estudio de las unidades de expresión gestual, de los movimientos corporales no verbales utilizados en la comunicación.5 Incluye gestos, posturas corporales, movimientos de la cabeza, manos, pies, expresiones de la cara, conducta ocular, etc.

      Entre los diferentes gestos, movimientos y expresiones corporales, la kinésica desde sus inicios trató de establecer el límite entre expresiones y actos instintivos y los códigos gestuales de base cultural que deben aprenderse como otros sistemas simbólicos arbitrarios, inventados. Los expertos han desarrollado diferentes sistemas de clasificación y realizado interesantes estudios transculturales. Al respecto, La Barre (1973) hace ya varias décadas distinguía entre kinésica etológica, que analiza fenómenos como la risa y el llanto en su dimensión más instintiva, y kinésica cultural, que se ocupa de unidades kinésicas tales como los gestos que usamos para señalar algo o los movimientos de cabeza para decir "sí" o "no".

      Demostró cómo los kinemas de saludo,6 tales como el beso, las inclinaciones y abrazos, gestos como "sacar la lengua", los gestos de desprecio, los gestos de llamada y de cortesía, etc., varían de cultura a cultura y pueden interpretarse equivocadamente fuera de aquella a la que pertenecen. Como muchas de estas conductas se aprenden implícitamente, se considera que son instintivas. Más adelante se presenta una síntesis de la clasificación de la conducta no verbal de Knapp.

      B. La proxémica tiene que ver con el uso del espacio en la comunicación; cómo las personas inconsciente o conscientemente estructuran su espacio en la interacción social; cómo los participantes en dicha interacción acomodan sus posturas y distancias relativas, de acuerdo a la situación, grado de intimidad y otras variables, tales como sexo y estatus.7

      Edward Hall, considerado el "padre de la proxémica", afirma también que esta es una disciplina que se ocupa de cómo el hombre llega a conocer los contenidos