La lingüística, una de las ciencias que se ocupa de signos, los signos del lenguaje verbal, tiene su propia sintaxis, semántica y pragmática (o pragmalingüística). Incluye, además, la fonología, que no poseen -por su naturaleza- otros sistemas de signos. La fig. 4.4 ilustra las relaciones entre ambas ciencias (Las proporciones deben ignorarse).
Figura 4.4
Lingüística y semiótica
Como ya se ha adelantado en páginas anteriores, desde su preocupación casi exclusiva por la estructura, la lengua, los lingüistas se han interesado cada vez más (al empeñarse también en la descripción de sus funciones) por el uso de la lengua en contexto y en relación a sus usuarios. Esto se manifiesta en el gran interés en estas últimas décadas en la pragmática, compartido por semiólogos que cubren otras áreas, fuera de la lingüística.14
Engelkamp (1981) explica que "a diferencia de la sintaxis, centrada en el aspecto combinatorio, y de la semántica, que se fija sobre todo en los contenidos de la lengua, la pragmática investiga la parcela que se propone como objeto de estudio la lengua en relación con las personas que la hablan y con los contextos socioculturales y de actuación en que esto acontece".
Algunos lingüistas y gramáticos en la tradición de Saussure están en desacuerdo con que la pragmática, por su acento en lo contextual, en la actuación, en el habla, forme parte de la lingüística. Otros, muy por el contrario, reconocen el enriquecimiento que supone la inclusión de dicha perspectiva. Mey (1985, citado en Bertucelli Papi, 1996) defendió con entusiasmo "la función de la pragmática en la liberación de la opresión que sufre el lenguaje"...
La psicología del lenguaje, en su expresión en las últimas décadas como psicolingüística, ha seguido en su devenir este orden en el foco de intereses: sintaxis -semántica - pragmática. En el apartado dedicado al "dominio del significado", en el capítulo "Unidades y niveles de análisis lingüístico" ahondaremos en las relaciones entre semántica y pragmática.
A fin de que el lector sin conocimientos previos se forme una idea sobre el punto, hay innumerables ejemplos del lenguaje de la vida diaria que ilustran la diferencia entre el valor puramente semántico y el valor pragmático de un enunciado. Si alguien, por ejemplo, le dice a otra persona: "la puerta está abierta", el contenido semántico se infiere de lo que en el diccionario se entiende por "puerta", "estar", "abrir", "estar abierto"... Sin embargo, dicho contenido puede ser insuficiente para que el intérprete comprenda a cabalidad lo que se quiere dar a entender en una situación dada.
Un diccionario, aun el más completo, no hace referencia a todos los posibles contextos en que cada término puede ocurrir, afectando su significación. Se registran solo las acepciones más frecuentes. El sentido pragmático hace referencia necesariamente a los usuarios y los contextos: quién y por qué lo dijo, cuándo, a quién se le dijo, etc. En un caso determinado, el enunciado "la puerta está abierta" deberá interpretarse como: "cierre la puerta, por favor, que hace frío". En otro: "cierre la puerta, que hay mucho ruido fuera". En otra situación y con un determinado interlocutor: ¡salga! También exactamente lo contrario: "Usted puede venir cuando quiera", etc.
De acuerdo a esto, algunos estudiosos han definido la pragmática como "el estudio de todos aquellos aspectos que escapan a la teoría semántica" (Bertucelli-Papi, 1993.). Lo anterior demuestra que la "competencia comunicativa" exige un adecuado manejo de "habilidades pragmáticas en la comunicación", tema que se tratará en el capítulo dedicado a las habilidades sociales. El gran desarrollo reciente de esta rama de la semiótica se ha hecho sentir claramente en la evolución experimentada por la psicolingüística, que se expone a continuación.
Cerramos este punto señalando que hay varios autores influyentes en el campo de la semiótica o teoría general de los signos, tales como U. Eco y R. Barthes, quienes han hecho valiosas contribuciones a esta ciencia, dentro y fuera de la lingüística (la fotografía, el teatro, medios de comunicación, el vestuario, la pintura, la música, el gesto...). Creaciones artísticas, como la pintura "abstracta", el teatro "callejero", los "cantores" en la locomoción colectiva, extrañas composiciones "musicales", etc., reflejan los alcances inagotables de signos y símbolos en la interacción humana.
PSICOLINGÜÍSTICA: PERSPECTIVA DIACRÓNICA
El estudio del lenguaje desde la perspectiva psicológica es bastante más antiguo que lo que se conoce actualmente como psicolingüística. Sin dejar de mencionar su frecuente abordaje en la historia de la filosofía, una vez constituida la psicología como ciencia autónoma, figuras significativas como Wundt, Piaget, Bühler y Vigotsky, entre otros, hicieron importantes contribuciones, hasta hoy merecidamente valoradas.15
En algunos autores se hizo notar con fuerza el influjo de la lingüística, como en Wundt y Bühler, según Blumenthal (1970) en su interesante (y pionera) historia de la psicología del lenguaje.
Por otra parte, investigadores de campos externos a la psicología (lingüística, antropología) se habían interesado desde los primeros años del siglo pasado en las relaciones entre lenguaje y cognición, entre lenguaje y fenómenos mentales. Whorf y Sapir, por ejemplo, consideraban que el pensamiento y la manera de categorizar la realidad dependían decisivamente del tipo de lengua utilizada. A ello nos referiremos en el capítulo dedicado a las relaciones Lenguaje y Cognición.
La convergencia interdisciplinaria entre psicólogos, lingüistas y otros especialistas en el estudio del lenguaje es lo que dio verdadero origen a la psicolingüística. Su nacimiento "oficial" como ciencia relativamente autónoma se asocia al simposio celebrado en la Universidad de Indiana, EEUU, en 1953, patrocinado por el Social Science Research Council, y en el que participaron expertos en diferentes áreas que tenían en común su interés por la problemática del lenguaje (List, 1977; Peronard, 1978). Las memorias de dicho encuentro las editaron, al año siguiente, Ch. Osgood y T. Sebeok, bajo el título Psycholinguistics. A survey of theory and research problems.
La psicología del lenguaje que caracteriza dicha obra -así como al influyente libro de G. Miller de 1951 Language and communication- está basada en los conceptos asociativos y probabilísticos derivados, respectivamente, del conductismo y de la teoría de la información de la época. Ambos trabajos pueden considerarse representativos de ese período de investigación en la etapa de gestación de la "psicolingüística".
Las definiciones de psicolingüística en el libro de Osgood (psicólogo neoconductista) y Sebeok (lingüista y semiólogo) aparecen claramente inscritas dentro del modelo de la teoría de la comunicación examinada anteriormente en este manual. Se trata de la ciencia que "se ocupa, en su más amplio sentido, de las relaciones entre los mensajes y las características de los individuos que los seleccionan e interpretan (...) estudia los procesos a través de los cuales las intenciones de los hablantes se transforman en señales según un código aceptado culturalmente y aquellos otros por los que estas señales se transforman en interpretaciones de los oyentes".
El término psicolingüística había ya sido utilizado