En un segundo estilo, los nadadores simplemente deslizan las manos y los brazos a la posición del codo elevado similar a la que se utiliza en el estilo libre antes de empezar a empujar hacia atrás contra el agua. Estos nadadores deslizan las manos hacia los lados en el movimiento hacia fuera. Luego inclinan las manos hacia abajo y dejan que los codos pasen por encima de ellas antes de empezar el movimiento hacia dentro. Los nadadores que utilizan este estilo también deben tener cuidado para no empujar contra el agua con las manos y los brazos hasta que estén en la posición del agarre, o reducirán su velocidad de avance aún más de lo que ya está disminuyendo.
Realizar el movimiento hacia dentro con cualquiera de estos dos estilos es ciertamente superior al estilo del codo caído, pero dudo que proporcione el pico prolongado de velocidad de avance que puede lograrse aduciendo los brazos de la manera descrita anteriormente. No obstante, puede que muchos nadadores encuentren que es la única manera de poder realizar un buen agarre sin dejar caer los codos.
El movimiento hacia arriba
Se ilustra el movimiento hacia arriba desde la vista lateral en las figuras 5.9 e-g y desde la vista frontal en las figuras 5.10 f y g. La transición del movimiento hacia dentro al movimiento hacia arriba debe empezar al juntarse las manos por debajo del cuerpo. En este momento, se debe cambiar rápidamente la dirección de los brazos de hacia dentro a hacia fuera, después de lo cual los nadadores deben empujarlos hacia fuera, hacia atrás y hacia arriba en dirección a la superficie del agua. Se muestra la transición del movimiento hacia dentro al movimiento hacia arriba en la figura 5.9e. Una vez empezado el movimiento hacia arriba, las palmas de las manos y la parte ventral de los antebrazos deben utilizarse como palas para empujar hacia atrás contra el agua al desplazarse los brazos hacia fuera, hacia atrás y hacia arriba en dirección a la superficie.
No se deben extender los brazos mucho durante el movimiento hacia arriba. Al contrario de la opinión popular, los brazos se extienden durante el recobro, no durante el movimiento hacia arriba. Puede que los brazos se extiendan ligeramente durante el movimiento hacia arriba para mantenerse a la misma velocidad hacia atrás que el agua y para realizar la transición al recobro. Pero esta extensión debe ser mínima. Los codos deben mantenerse bastante flexionados para que los antebrazos sigan mirando hacia atrás hasta que llegue el momento de relajar la presión sobre el agua.
El movimiento hacia arriba termina al acercarse las manos a los muslos. La velocidad de las manos disminuye durante la transición entre el movimiento hacia dentro y el movimiento hacia arriba y luego aumenta hasta que se completa este último. Los brazos llegan a su mayor velocidad de 5 -6 m/s durante esta fase de la brazada subacuática. La propulsión durante el movimiento hacia arriba se ilustra desde la vista lateral en la figura 5.12a y desde la vista inferior en la figura 5.12b.
Figura 5.12. El movimiento hacia arriba en mariposa.
La relajación y el recobro
La relajación de las manos puede verse desde la vista lateral en la figura 5.9h (véase la página 164) y desde la vista frontal en la figura 5.10h (véase la página 167). El recobro se ve mejor en las vistas tomadas por encima del agua en las figuras 5.9 l-p (véase la página 165).
Al acercarse las manos a los muslos, ya no es posible mantener los antebrazos orientados hacia atrás; por lo tanto, los nadadores deben dejar de empujar hacia atrás contra el agua y empezar a realizar el recobro de los brazos. El recobro se realiza en la misma dirección que el anterior movimiento hacia arriba. Los brazos deben seguir desplazándose hacia fuera y hacia arriba, a través de la superficie del agua. Sin embargo el nadador debe dejar de empujar hacia atrás contra el agua. Debe relajar la presión sobre el agua y girar las palmas de las manos hacia dentro de manera que puedan salir del agua de canto con un mínimo de arrastre por empuje.
La parte superior de los brazos y los codos deben salir primero del agua, seguidos de los antebrazos y las manos. Los brazos, que se estaban extendiendo lentamente durante el movimiento hacia arriba, ahora se extienden rápidamente al desplazarse hacia arriba a través de la superficie de manera que salen del agua en dirección hacia arriba y hacia los lados. Extender los brazos hacia los lados cuando salen del agua ayuda a superar su inercia hacia atrás y a empezar a avanzar al realizar el recobro por encima del agua. Algunos nadadores extienden completamente los brazos, mientras que otros, como Sánchez, los extienden sólo parcialmente (véanse las figuras 5.9 n-o, página 165).
Una vez fuera del agua, los brazos deben seguir desplazándose en un movimiento circular por encima del agua hasta que estén por delante de los hombros, donde se realiza la entrada. Como se indicó anteriormente, se puede realizar la entrada con los brazos extendidos delante de los hombros. Sin embargo, es preferible flexionar ligeramente los codos durante la segunda mitad del recobro para hacer la entrada así. Las palmas de las manos estarán mirando hacia dentro durante la primera mitad del recobro y hacia fuera durante la segunda mitad simplemente porque la dirección de los brazos cambia de hacia fuera a hacia dentro en la última parte del recobro.
Se debe realizar el recobro rápida pero no apresuradamente. Los nadadores necesitan tiempo para colocar las piernas en posición para el primer movimiento descendente del batido antes de que los brazos entren en el agua. Los brazos deben estar lo más relajados posible durante el recobro para proporcionar algún descanso a los músculos. Los nadadores deben dejar que el momento del movimiento hacia arriba lleve los brazos por la mayor parte del recobro, utilizando sólo suficiente esfuerzo muscular como para efectuar el cambio de dirección de hacia atrás a hacia delante.
Se reducirá el arrastre por empuje si los nadadores realizan el recobro lo bastante alto por encima del agua como para llegar a la posición de entrada antes de que entren en contacto con el agua. Una forma de mantener los nadadores los brazos fuera del agua es permitir que la cabeza y los hombros salgan de ella, de manera muy parecida al recobro de los brazos en braza.
Esta descripción va en contra de las creencias tradicionales acerca del recobro en mariposa. Las recomendaciones normales son que los nadadores deben realizar el recobro de forma baja y lateral por encima del agua y mantener el mentón y los hombros en ella. Realizar un recobro bajo de los brazos supuestamente reduce el esfuerzo necesario mientras que mantiene el cuerpo horizontal para reducir el arrastre por forma. Sin embargo, en realidad, hacer el recobro de esta manera hace extremadamente difícil para los nadadores evitar empujar los brazos hacia delante por el agua hasta que lleguen a una posición por delante de los hombros. En cambio, permitir que la cabeza y los hombros salgan del agua reduce el arrastre por forma y fomenta la propulsión por la ola durante la primera mitad del recobro de los brazos, mientras que también posibilita juntar más los brazos por delante antes de que entren en el agua. La fotografía de la figura 5.13 muestra a un nadador que tiene la posición corporal correcta durante el recobro de los brazos.
En este momento hacen falta unas palabras de advertencia. Se puede exagerar la elevación de los hombros. Salir del agua casi directamente hacia arriba hará que los nadadores desaceleren más rápidamente. Deben mantener el cuerpo avanzando además de elevándose durante el recobro. Esto se logra llevando la cabeza y los hombros gradual y diagonalmente hacia la superficie durante todo el movimiento hacia dentro y el movimiento hacia arriba de la brazada subacuática.
Figura 5.13. Un nadador de mariposa respirando. Obsérvese que sus hombros y una parte de su tronco están fuera del agua y que no extiende su cabeza hacia atrás ni proyecta su mentón hacia delante, como se enseña tradicionalmente.
Hablé