Asimismo, las jefas gozan de mayor poder de decisión al interior de sus grupos domésticos. En las familias extensas o ampliadas, la generación mayor y el género masculino juegan un papel preponderante en las relaciones de poder, también coexisten las relaciones de conflicto y solidaridad que se complejizan ante los distintos tipos de vínculos de parentesco que conforman estas organizaciones familiares.
Hay un incremento de hogares reconstituidos en México (Esteinou, 1999) así como un decremento en el número de miembros por hogar. Hay un periodo menor de crianza que, asociado con el alargamiento de la esperanza de vida, tiene como consecuencia una dispersión mayor del mapa biográfico y una diversificación de los itinerarios familiares (Tuirán, 2001). Los hogares reconstituidos llevan a la complejización de los vínculos y las dinámicas cotidianas y requieren ser estudiados a profundidad tanto en las formas en que se estructuran como en la dimensión subjetiva y socioemocional (Estrada, 2018; Arám, 2019).
La literatura para el caso mexicano pone también especial énfasis en los usos del tiempo y las diferencias de acuerdo al género y a la generación. Adquiere especial relevancia el tiempo que se utiliza para el cuidado de los miembros del grupo doméstico y la ausencia casi total de formas de corresponsabilidad con otros agentes del bienestar social (Rendón, 2004; Pedrero, 2005; Aldrete, Pando, Aranda & Franco, 2005; Fraga, 2018).
Sin embargo, para Rendón (2004), la flexibilización del mercado laboral ha propiciado algunos ajustes en la división intrafamiliar del trabajo doméstico en beneficio de las mujeres. Hoy en día, advierte la autora, se mantiene, para muchas mujeres en hogares de jefatura masculina, la condición económicamente dependiente y subordinada de la mujer. Aun así, autores como Esteinou (2006), quien confirma la persistencia de la familia patriarcal en México, señala que ante la permanencia de las mujeres en el mercado laboral y la motivación del desarrollo profesional, de acuerdo al estrato socioeconómico, se presentan tres desafíos:
a. Se mantienen las orientaciones de valor tradicionales en la relaciones de género.
b. Los hombres mantienen una concepción tradicional mientras que las mujeres luchan por una división del trabajo más equitativa y esto trae como consecuencia situaciones de tensión y de conflicto así como de posible violencia (señalado con anterioridad por autoras como García y De Oliveira, 1994).
c. Ambos miembros de la pareja modifican sus orientaciones de valor con respecto a la estructura de roles tradicionales.
De la misma manera es necesario continuar con los estudios sobre la cultura colectivista y comunitaria de las familias mexicanas asociadas a la comunicación, cohesión y flexibilidad (Esteinou, 2006), tomando en cuenta el incremento en los escenarios de inseguridad, desconfianza y deterioro del tejido social en el entorno urbana de ciudades como el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) (Siqueiros, 2009; Enríquez Rosas, 2009; entre otros).
En el caso de las familias mexicano–americanas, los estudios realizados por Falicov (2005) señalan la situación persistente de vulnerabilidad debido a la fragmentación de las redes de apoyo, la precariedad laboral y la discriminación. Este tipo de familias se ha caracterizado por su tamaño y configuración que favorece las relaciones de cuidado y la posibilidad de reproducción social en contextos de sobrevivencia.
Finalmente, la historia de la familia y la literatura sobre ella, muestran a la familia nuclear con ambos padres e hijos, como la familia ideal; las políticas públicas se han diseñado tomando en cuenta esta configuración. Sin embargo, la heterogeneidad en las configuraciones familiares está presente al interior mismo del paradigma familiar hegemónico y también en las otras conformaciones familiares (CEPAL, 2005).
La diversidad en las configuraciones familiares exige el diseño de políticas públicas incluyentes, que tomen en cuenta la conciliación del trabajo doméstico y extradoméstico y la corresponsabilidad entre los agentes del bienestar implicados (CEPAL, 2005).
Las importantes trasformaciones tanto de la familia como de las condiciones laborales demandan nuevos enfoques en las políticas que redistribuyan las tareas domésticas y de cuidado y atención de la población infantil y de los adultos mayores. Tres son los conflictos principales entre trabajo y familia que enfrenta la población, especialmente la femenina: el tiempo, puesto que la demanda de un tipo de trabajo impide el cumplimiento del otro; la tensión derivada de la obligación de cumplir bien ambos papeles; y las diferentes cualidades demandadas por uno y otro. Para enfrentar estos problemas son importantes las medidas relacionadas con la organización del tiempo de trabajo, con servicios de asistencia en labores domésticas y familiares, y con medidas de asesoramiento y soporte laboral (CEPAL, 2005, p.27).
PRECISIONES METODOLÓGICAS
A partir de la caracterización de los debates presentados sobre las familias, así como de la incorporación de las categorías de análisis seleccionadas para el presente estudio: configuración familiar, estado civil, tamaño del hogar, jefatura familiar, jefatura económica, ciclo vital familiar y ciclo doméstico; se arriba entonces a la resolución metodológica.
Se parte de que la perspectiva cualitativa es la opción que resulta pertinente para el estudio de la vida familiar, de sus dinámicas internas y su interacción con el entorno sociocultural (Zohn Muldoon, 1997).
Para el análisis de los datos se realizó un proceso de codificación de los materiales empíricos retomando los elementos centrales de la propuesta de Flick (2007) y a partir de las categorías teóricas preexistentes. Una vez sistematizada la información de cada grupo sociocultural, se elaboraron tablas que concentran los hallazgos del total de los grupos tomando en cuenta cada una de las categorías. Así, se privilegia el reconocimiento de los rasgos, características, semejanzas y también contrastes de las familias que componen los distintos grupos.
En este estudio se mencionará, de forma indiferenciada, familia y hogar ya que el total de casos analizados son hogares familiares; es decir, compuestos por relaciones de parentesco (Selby et al., 1994).
El estudio fue realizado con cinco grupos socioculturales, (1) el grupo 1 está conformado por familias con recursos educativos y económicos amplios (GP1 FRA), el grupo 2 está compuesto por familias con recursos educativos y económicos limitados (GP2 FRL), el grupo 3 lo constituyen familias que tienen un hijo con discapacidad (GP3 FHD), el grupo 4 está conformado por las familias que tienen un hijo en situación de albergue (GP4 FHA) y el grupo 5 está constituido por familias indígenas urbanas (GP5 FIU).
HETEROGENEIDAD FAMILIAR EN EL ÁREA METROPOLITANA DE GUADALAJARA (AMG): DESAFÍOS E IMPLICACIONES
Esta sección presenta los hallazgos encontrados a partir del análisis de los datos de las familias pertenecientes a cada grupo sociocultural y tomando en cuenta las categorías señaladas.
La lógica de presentación de los datos está en clave de categoría, así que se muestran los hallazgos con respecto a cada categoría mencionada y en relación a los cinco grupos socioculturales. Los hallazgos son interpretados a la luz de la literatura expuesta y con el interés de poder, finalmente, en las conclusiones, elaborar algunos comentarios que señalen la relevancia de las distintas configuraciones familiares situadas en su contexto sociocultural, para comprender las cualidades del desarrollo de los niños y niñas en la infancia media y la imprescindible necesidad de avanzar en el diseño de políticas públicas incluyentes de la heterogeneidad familiar que presentan las grandes ciudades, como es el caso del AMG.
CONFIGURACIÓN FAMILIAR
Se entiende como el tipo de arreglo / estructura que presenta la familia tomando en cuenta la presencia y los tipos de relaciones de parentesco y de no parentesco. La clasificación propuesta tiene su base en la literatura expuesta, principalmente la propuesta