Historia de la evangelización en el Perú. Juan B. A. Kessler. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan B. A. Kessler
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786124252914
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la explotación. Al final, en el Perú la Independencia terminó por imponerse desde afuera. Argentina y Venezuela se sentían inseguras mientras seguía intacta la base del poderío español en el Perú. Por tanto, mandaron sus ejércitos para acabar con la hegemonía española en este país.

      La República

      Durante los primeros cien años de la República peruana, hubo unas cien revoluciones. Por supuesto que no se trataba de movimientos populares, sino de los efectos de una lucha de poder dentro de una oligarquía. El régimen colonial no había hecho cosa alguna para capacitar a los criollos en el gobierno de su país. Otro factor adverso fue la herencia individualista de los españoles. Pero quizás la causa decisiva de la inestabilidad haya sido la falta de una vigorosa clase media. Se trataba de un círculo vicioso. La estratificación de la sociedad impedía el crecimiento de este segmento social. Desgraciadamente, la Iglesia Católica se había aliado con la clase alta, y lejos de promover el cambio, constituía más bien un factor conservador.

      Después de la salida de Ramón Castilla, siguió un período de tensión casi continua que incluyó la Guerra del Pacífico y que terminó con la toma del poder por Andrés A. Cáceres en el año 1886. La Guerra del Pacífico tuvo su origen en el descubrimiento de ricos yacimientos de nitratos en el desierto de Atacama. Tanto Perú como Bolivia y Chile reclamaron los yacimientos como suyos. El ejército chileno logró derrotar a los de Bolivia y Perú, y avanzó por la costa hasta apoderarse de Lima. Este desastre tuvo un aspecto saludable para el Perú en cuanto que la sociedad peruana aprendió por la fuerza la necesidad de modernizarse. Desde entonces, a pesar de los períodos de conservadurismo reaccionario, la historia peruana se ha caracterizado por un avance lento, pero definido hacia el establecimiento de un gobierno más democrático, hacia la libertad de pensamiento y hacia una sociedad más justa.

      De 1886 a 1890, Andrés A. Cáceres procuró reconstruir el país y su presidencia se caracterizó por su liberalismo. En 1890, Cáceres fue depuesto y siguió un período de desasosiego hasta el año 1895. Con todo, en 1891 la Corte Suprema del Perú estableció la legalidad del culto no católico para los peruanos siempre que fuera de índole completamente privada.

      Augusto B. Leguía fue presidente de 1908 a 1912, y al principio mostró tendencias liberales. En 1915, el Congreso modificó la Constitución en el sentido de tolerar el culto protestante. En 1919 Leguía se apoderó de la presidencia y gobernó como dictador por espacio de once años. Ayudado por préstamos de los bancos norteamericanos, hizo mucho en pro de la economía, pero su proclividad a censurar la prensa y encarcelar a sus opositores provocó al fin una fuerte reacción. En 1929, Leguía firmó una ley que prohibía dar instrucción protestante inclusive en colegios administrados y financiados por protestantes; pero antes de que entrara en vigencia esta ley, la caída de la bolsa en Wall Street lo privó de una de sus principales fuentes de apoyo, y en 1930 Sánchez Cerro lo derrocó.

      El liberalismo

      Con esta salvedad, se puede decir en términos generales que se producía una corriente de ideas liberales cada vez que ascendía al poder un gobierno que procuraba mantener la tranquilidad interna por medio de un régimen autoritario fundado en la ayuda del extranjero y una alianza con la Iglesia Católica. El liberalismo, el nacionalismo y el anticleralismo constituían las manifestaciones de la reacción contra tales gobiernos. El liberal se oponía al aspecto autoritario del gobierno, el nacionalista buscaba liberarse de la dependencia del extranjero y el anticlerical objetaba la injerencia de los curas en los asuntos gubernamentales. Tales situaciones creaban alianzas curiosas. Algunos dictadores se valían de préstamos de países democráticos para mantenerse en el poder frente a una posición liberal. Los anticlericales eran capaces de unirse con los despreciables protestantes para detener las aspiraciones políticas de la Iglesia Católica, y los liberales a veces usaban a los protestantes como arma contra sus enemigos conservadores. Estas alianzas con los protestantes solían ser de corta duración porque ambas partes pronto se percataban de que sus objetivos eran muy distintos.

      Los anticlericales querían restringir la autoridad de la Iglesia Católica, especialmente en el campo político, a pesar de lo cual, solían aceptar la autoridad de la iglesia en la esfera religiosa y familiar. La gran mayoría de los protestantes que llegaron al Perú a fines del siglo pasado estaban convencidos de que la política no se relacionaba en nada con la religión, y por eso apoyaban a los liberales en su lucha contra la injerencia católica en los asuntos políticos. Con todo, había una diferencia. Los liberales querían una restricción de la autoridad de la iglesia, mientras que los protestantes pretendían reformarla totalmente. Los liberales y los protestantes se hallaban de acuerdo en cuanto a la necesidad de un programa educativo. Las escuelas desempeñaron un papel muy importante en la implantación del protestantismo en el Perú y los primeros misioneros estaban conscientes