Además de actualizar mi tesis con la inclusión de datos recientes de las misiones e iglesias estudiadas, he ampliado la primera parte del libro con un capítulo sobre los tres movimientos que influyeron en el desarrollo de la iglesia protestante peruana. En la segunda parte, he añadido dos capítulos sobre la historia de la Iglesia Católica en el Perú.
Sólo me resta agradecer profundamente a todos aquellos que, con su ayuda y estímulo, participaron en la preparación de este libro, y expresar mi convicción de que este no representa la historia definitiva del protestantismo en el Perú. La historia definitiva la tendrán que escribir los peruanos. Mi propósito es facilitarles el trabajo y reunir una parte del material.
Lista de abreviaciones
abs | Sociedad Bíblica Americana, con sede en Nueva York. |
ahm | Archivo del doctor H. Money en Nueva Zelandia. |
aim | Archivo de la Iglesia Maranatha en la Av. Brasil, Lima. |
apra | Alianza Popular Revolucionaria Americana. |
bfbs | Sociedad Bíblica Británica y Extranjera con sede en Londres. |
acym | Alianza Cristiana y Misionera con sede en Nueva York (sigla en inglés cma). |
cno | Oficina de la Iglesia del Nazareno en Chiclayo. |
eal | Librería de la Alianza Evangélica de Sudamérica en Londres. |
eusa | Unión Evangélica de Sudamérica con sede en Londres (ahora Enlace Latino). |
eusao | Oficina de la Unión Evangélica de Sudamérica en Londres (ahora Enlace Latino en Londres). |
fcs | Iglesia Libre de Escocia con sede en Edimburgo. |
iep | Iglesia Evangélica Peruana. |
iepp | Iglesia Evangélica Presbiteriana del Perú. |
irm | Revista Internacional de Misiones, 475 Riverside Drive, Nueva York. |
mml | Librería de la Misión Misionera, Nueva York. |
phco | Oficina de la Iglesia de los Peregrinos en Chiclayo. |
pml | Librería de la Misión Presbiteriana, 475 Riverside Drive, Nueva York. |
pnsc | Compañía de Vapores del Pacífico. |
rbmu | Unión Misionera para Regiones Lejanas con sede en Londres (ahora Enlace Latino). |
sdal | Librería Adventista en Washintong D.C. |
wdo | Oficina de “World Dominion” en Londres. |
ymca | Young Men’s Christian Association. |
Parte I
El trasfondo de las iglesias peruanas
Capítulo 1
Los tres movimientos que influyeron en el protestantismo peruano
Las culturas y religiones precolombinas
Antes de la llegada de los conquistadores, había dos civilizaciones grandes en América: el Imperio incaico, que se extendía desde el Ecuador hasta Chile, y el Imperio azteca, el cual abarcaba la mayor parte de México. Ambas civilizaciones habían conquistado a otras y, como consecuencia, en sus religiones se había incorporado a los dioses y cultos de los pueblos subyugados. Los incas introdujeron en su religión los cultos de Tiahuanaco y Chavín, en la sierra, y de Pachacámac y Chimú, en la costa, para mencionar solamente algunos1. A su vez, estas religiones más avanzadas en conjunto se levantaron sobre una base animista que no pudieron desplazar. Según este animismo, el mundo estaba dominado por espíritus que se manifestaban en la tierra, en ciertas plantas, en los manantiales, en los ríos, en las rocas grandes y en los cerros elevados2.
Tanto en el Imperio incaico como entre los aztecas, la religión oficial tenía prioridad sobre los cultos locales. La de los incas, o sea el culto al Sol, tenía tres fines:
1. Apaciguar a los dioses. Para esto, se sacrificaban llamas y otras bestias.
2. Indicar el tiempo de la siembra y cosecha. Para ello, había artefactos que permitían seguir el movimiento del Sol y de las estrellas.
3. Unir y afianzar al estado político. Por eso existía una relación estrecha entre el trono y el altar. Los sacerdotes esparcidos por todas partes del imperio, a través del sumo sacerdote en el Cusco, eran responsables ante el Inca, quien decía ser hijo del Sol.
Tanto en el Perú como en México, se desconocía el individualismo que caracterizaba a la cultura de los conquistadores. Por eso las religiones oficiales no se ocupaban tanto de la salvación individual como de la colectiva. Quizás ello explique el hecho de que las religiones oficiales no hayan podido desplazar el animismo, que sí respondía, en cierto modo, a las necesidades del individuo. Como sea, este animismo infundía un profundo fatalismo en el alma del indio americano.
El gobierno de los incas era excepcional en el sentido de basarse en un sistema no de tributos fijos, sino de trabajos. En tiempos de malas cosechas, se reducían por igual los ingresos del gobierno y los del pueblo3. Todo súbdito debía dedicar parte de su tiempo a labrar terrenos del Inca, el producto de los cuales se destinaba al sostén de este, de sus oficiales y de sus ejércitos. Además, debía dedicar otra porción de su tiempo a cultivar los terrenos del Sol, con cuyos productos se mantenía a los sacerdotes. Por último, los hombres tenían que ayudar a construir las fortificaciones, templos y palacios, y a mantener los caminos y puentes, además de prestar servicio militar. Todas las mujeres tenían que tejer telas para el Inca, los sacerdotes, los oficiales y los guerreros y además ayudar en la labranza de la tierra. A cambio de todo esto, cada familia recibía un terreno para uso propio durante su vida.
El gobierno incaico no conocía el tributo en dinero ni la esclavitud. Sin embargo, no existía la libertad ni había tampoco incentivo para desarrollar un sentido de responsabilidad personal. Los ancianos de cada pueblo o distrito tomaban las decisiones que afectaban la vida local. A su vez, ellos eran responsables ante los oficiales superiores, quienes tomaban las decisiones regionales. Por último, todos eran responsables ante el Inca. Sin la persona de este, todo se habría venido abajo.
El catolicismo español
El catolicismo español fue profundamente influido por la lucha contra los moros, que duró cuatro siglos. Durante los años 205 antes de Cristo hasta 414 después, la Península Ibérica formaba parte del Imperio romano, y durante este período se introdujo el cristianismo. Desde el año 414 hasta el 711, dominaron los bárbaros, pese a lo cual el cristianismo se mantuvo incólume. Cuando los moros invadieron España y ocuparon la mayor parte de la Península en 711, el cristianismo se vio en apuros. Se conservaron intactos unos reinos cristianos menores en el norte, pero en el resto de la Península los cristianos tuvieron que convivir con moros y judíos. Sin embargo, durante casi cuatro siglos hubo una relativa tolerancia y tranquilidad4. A mediados del siglo xi, el movimiento de los monjes reformistas de Cluny en el sur de Francia llegó a prevalecer en la iglesia española5.
Dicho movimiento le impuso a la iglesia una disciplina muy necesaria, pero al mismo tiempo fomentó el fanatismo que posteriormente desembocaría en las cruzadas. En España se enseñaba a los cristianos que el alma de quienes morían en la lucha contra los moros pasaría al Purgatorio, aunque estuviera en ese momento en estado de pecado mortal. Así se desarrolló una “teología de la violencia” igualada sólo en las cruzadas, y la convicción de que se servía a Dios blandiendo la espada y volándoles la cabeza a los moros6. Durante la larga guerra de reconquista, el patriotismo y la religión se unieron de tal forma que el ser español llegó a significar ser católico.
Por