Las siete fiestas de Jehová. Eduardo Cartea Millos. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eduardo Cartea Millos
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788417620417
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su vez, celebra la liberación de la persecución persa, según la narración del Libro de Ester, y se celebra con fiestas de disfraces y gran alboroto18 ... Hay otro detalle del calendario que merece una explicación. En la diáspora, surgió la costumbre de observar un día adicional para cada fiesta de peregrinaje (incluidos el primero y último día de Sukkot y Pessah). Esta costumbre, que se remonta a la antigüedad, fue abandonada por algunos judíos reformados y conservadores, que, como los israelíes, siguen la normativa bíblica”.

      “Los años se numeran a partir de la fecha tradicional de la creación del mundo, en 3.761 a. C. De modo que, por ejemplo, el año comenzado en el otoño de 2.000 es el A. M. (Anno Mundi) 5.761”.

      Los meses judíos

      1.Tishrei o Tishrí, 30 días (תשרי) - cae aproximadamente en septiembre u octubre.

      2.Jeshván, 30 días (חשוון, llamado también Marjeshván -מרחשוון) - octubre o noviembre.

      3.Kisleu, 30 ó 29 días (כסלו) - noviembre o diciembre.

      4.Tevet, 29 días (טבת) - diciembre o enero.

      5.Shevat, 30 días (שבט) - enero o febrero.

      6.Adar, 29 días (אדר) - febrero o marzo.

      7.Nisán, 30 días (ניסן) - marzo o abril.

      8.Iyar, 29 días (אייר) - abril o mayo.

      9.Siván, 30 días (סיוון) - mayo o junio.

      10.Tamuz, 29 días (תמוז) - junio o julio.

      11.Av, 30 días (אב, llamado también Menajém Av - אב מנחם) julio o agosto.

      12.Elul, 29 días (אלול) - agosto o septiembre.

      Las fiestas anuales

      Había tres fiestas en el primer mes, una en el tercero y tres en el séptimo. Y como apunta J. A. Hartill: “Jehová era el anfitrión; Israel los convidados”19.

      El siguiente cuadro ilustra sencillamente las fiestas anuales instituidas por el Señor para su pueblo Israel:

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      Ver Apéndices IV y V, Tablas de las Fiestas anuales.

      Significado de las fiestas

      El contenido histórico y escatológico. Vistas todas en conjunto, presentan un panorama del plan de Dios para los siglos. La primera, la Pascua, habla de redención en base a la muerte de Cristo (1Co. 5.7). La última, la fiesta de los Tabernáculos, habla de la gloria milenaria, es decir, los tiempos de la restauración de todas las cosas (Hch. 3.21). Ese tiempo futuro, escatológico, es el reino milenial, en el cual, el Señor, el Mesías de Israel reinará en medio de Su pueblo terrenal y lo hará con poder y gloria.

      Así que, las siete fiestas prefiguran eventos singulares en la historia de la redención. Los cuatro primeros ya se han cumplido históricamente, los siguientes tres, aún esperan su cumplimiento profético.

      Eventos ya cumplidos en el pasado:

      La Pascua: la muerte del Señor Jesús, el Cordero de Dios.

      Los panes sin levadura: El hombre perfecto que cargó con nuestros pecados; su cruz y su sepultura.

      La fiesta de las primicias: La resurrección de Cristo.

      Pentecostés: El nacimiento y la consumación de la Iglesia.

      Eventos a cumplirse en el futuro:

      Las trompetas: La reunión de Israel previa a la segunda venida de Cristo.

      El día de la expiación: El arrepentimiento de Israel al ver al Mesías herido que siempre rechazó.

      La fiesta de las cabañas o tabernáculos: La gloria del reino milenial del Señor Jesucristo.

      La tipología Cristológica.

      En el marco de Levítico 23:

La Pascua v.4-5 Mes: Primero, a 14 días del mes. Cristo, el Cordero Pascual
Panes sin Levadura v.6-8 Mes: Primero, a 15 días del mes. Cristo, su perfecta humanidad, su muerte y sepultura.
Las Primicias v.9-14 Mes: Primero, a 22 días del mes. (1er. día de la semana siguiente al final de la fiesta de los Panes sin levadura). Cristo, su resurrección, primicias de los que durmieron.
Pentecostés v.15-22 Mes: Tercero (50 días después del 15 de Abib o Nisán). El Espíritu que habla de Cristo, muestra su Persona y su obra en toda su dimensión.
Las Trompetas v.23-25 Mes: Séptimo, el 1er. día. Cristo obrando para la reunión de su pueblo terrenal.
Día de la Expiación v.26-32 Mes: Séptimo, a 10 días del mes. Cristo revelado a su pueblo Israel como Mesías y Redentor.
Los Tabernáculos v.33-43 Mes: Séptimo, a 15 días del mes. Cristo reconocido como Rey sobre Su pueblo Israel.

      Lección espiritual para el cristiano.

      Estas fiestas tienen un precioso significado espiritual que tiene aplicación directa a nuestra experiencia como creyentes.

      Es cierto que los cristianos no tenemos obligación de “guardar” estas fiestas. Esto pertenece al antiguo pacto, a la antigua dispensación de la Ley. Colosenses 2.16-17 nos dice: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”. O dicho de otra forma: “la realidad se halla en Cristo”.

      Pablo escribe a los Gálatas y les dice a modo de reproche: “Ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” (4.9-11).

      Pero, aunque no tengan valor de precepto para guardar, tienen un hondo mensaje espiritual para dejarnos, pues “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir... ” (2 Ti. 3.16).

      Dice Hugo Zorrilla20:

      “Jesús es el culto verdadero como el cordero de Dios. Pues bien, si los verdaderos adoradores de Dios no tienen que ir a Jerusalén a festejar, y si a Dios se le encuentra en Jesús, entonces el culto está en el seguimiento a él. El culto es obediencia en amor sacrificial. La iglesia primitiva llega, entonces, a aceptar la invalidación de víctimas y de materias sacrificiales. Jesús pone su vida y la vuelve a tomar por sus ovejas (Jn. 10. 17, 18). Las ovejas sacrificadas siguen siendo un culto imperfecto e injusto. Él es el sacrificio perfecto, nuestra pascua, como dice Pablo: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1Co. 5.7). Más tarde el Apocalipsis expresará su visión de la nueva Jerusalén: “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el