El astrágalo es una de las plantas tónicas más populares de China, donde también recibe el nombre de «ginseng de los jóvenes», pues se considera una planta energética especialmente indicada para ellos. La medicina china afirma que actúa sobre la energía externa, mientras que el ginseng actúa sobre la interna. El astrágalo es una de las plantas más importantes de la terapia Fu Zheng, una escuela de fitoterapia que trata las enfermedades potenciando el organismo y normalizando el chi o energía central del cuerpo.
1. Mete las plantas en un tarro de vidrio de boca ancha y cúbrelas con un brandy de calidad. Ciérralo herméticamente y déjalo macerar entre seis y ocho semanas; cuanto más tiempo, mejor.
2. Cuela el brandy y desecha las plantas. Por cada taza de líquido, añade media taza de concentrado de cereza negra. Asegúrate de utilizar concentrado, no zumo, y no añadas más cantidad de la indicada. Agita bien y vierte el elixir en una botella. Normalmente vuelvo a poner el ginseng entero en la tintura, pero también puede laminarse. La dosis diaria estándar es un octavo de taza.
LICOR DE LA LONGEVIDAD
Este maravilloso licor es una manera ideal de disfrutar de los beneficios de la damiana y el ginseng. Sé creativo: puedes añadir otras plantas medicinales, como el astrágalo y el fo-ti. Prepara el licor con antelación y sírvelo al inicio de una cita romántica. Está peligrosamente delicioso y es increíblemente fácil de preparar.
30 g de hojas secas de damiana
30 g de ginseng fresco (la raíz seca también sirve)
2 tazas de vodka o brandy
1½ tazas de agua de manantial
1 taza de miel
Extracto de vainilla
Agua de rosas
1. Macera las hojas de damiana y la raíz de ginseng en el vodka o el brandy durante cinco días. Cuela y reserva el líquido. Vuelve a sumergir el ginseng en el alcohol.
2. Remoja las hojas de damiana empapadas de alcohol en el agua de manantial, durante tres días. Cuela y reserva el líquido.
3. Calienta ligeramente el extracto acuoso, a fuego lento, y disuelve la miel en él. Mezcla ambos extractos (agua y alcohol) y remueve bien. Vierte el líquido en una botella limpia y añádele un chorrito de vainilla y otro de agua de rosas, para darle sabor. Déjalo reposar durante al menos un mes; con el tiempo se vuelve más suave.
Miel de ginseng
A menudo conservo en miel mis plantas medicinales. En ocasiones, cuando utilizo raíces de ginseng frescas, que contienen mucha agua, la miel fermenta y acabo obteniendo un hidromiel de ginseng. Si no te gusta el hidromiel (tiene un sabor un poco fuerte), seca parcialmente las raíces antes de utilizarlas.
Por supuesto, en tu miel de ginseng puedes añadir otras plantas. Prueba con la ashwagandha, el astrágalo, el fo-ti o cualquier combinación de especias, como cardamomo, canela y jengibre (una de mis mezclas favoritas).
Todo lo que necesitas para elaborar miel de ginseng es:
• Raíces de ginseng
• Miel
Corta las raíces en rodajas, como una zanahoria, y viértelas en un tarro de boca ancha. Si utilizas raíces secas, probablemente necesites remojarlas en agua antes de cortarlas. Cubre completamente las raíces con miel tibia y deja macerar la mezcla dos o tres semanas. La miel absorberá las propiedades del ginseng y podrás utilizarla en infusiones o para cocinar.
* Hemos optado por traducir el término inglés whole foods por «alimentos en su estado natural», ya que este término se utiliza para designar aquellos alimentos que no han sido transformados mediante procesos industriales. [N. de la T.].
* Cuando la autora habla de la avena se refiere sobretodo a la planta fresca, cuando la semilla está inmadura y suelta una leche, en su defecto también se puede utilizar paja de avena que es la planta seca. [N. de la E.].
* También llamada fatiga suprarenal [N. de la E.].
* Esta medida se refiere a coger la planta y llenar un recipiente de 1 litro hasta su capacidad máxima tres veces [N. de la E.].
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Controlar el estrés y la ansiedad
La conexión cuerpo-mente está rodeada de controversia y misterio. ¿Cómo afectan a la mente las experiencias físicas y qué influjo ejercen sobre el cuerpo las experiencias psíquicas? Nadie lo sabe todavía con certeza; lo que sí sabemos, no obstante, es que dicha conexión existe.
Hasta hace poco la mayoría de los científicos occidentales se resistían a reconocer la conexión entre estas dos fuerzas aparentemente independientes. En la actualidad el auge de los trastornos depresivos lleva a personas de todo el mundo a recurrir a la medicina natural para sanar desde dentro hacia fuera.
Sea como sea tu filosofía de vida, el único medio de conectar y relacionarte con el mundo que te rodea es tu sistema nervioso. Si lo tratas como el instrumento sensible que es, tocará para ti una música dulce y enriquecedora. Mantenlo afinado y sano, nútrelo y trátalo bien. La recompensa será una extraordinaria calidad de vida. Incluso ante los acontecimientos más estresantes, te sentirás centrado y fuerte. Por el contrario, si lo maltratas, la música se convertirá en una cacofonía, los colores se apagarán y la pasión y las ganas de vivir se disiparán y se convertirán en indiferencia.
Este capítulo contiene remedios para los trastornos más comunes del sistema nervioso y, aún más importante, consejos para fortalecerlo y cuidarlo. Esta parte de ti que no puede medirse ni cuantificarse, que entiende lo que en estos momentos estás leyendo y lo asocia con conocimientos previos, esta parte capaz de trascender los límites físicos a través del pensamiento creativo se encuentra alojada dentro del sistema nervioso. Es tu instrumento musical: solo tú puedes decidir qué música quieres tocar y qué danza deseas bailar.
Comprender el sistema nervioso
El sistema nervioso nos vincula al entorno ejerciendo tres funciones básicas: recibir, interpretar y responder. Desde el punto de vista del limitado paradigma de la ciencia occidental moderna, esto implica solo a nuestro ser físico y al mundo material en el que vivimos. Tenemos cinco sentidos básicos para percibir el mundo exterior, e incontables neuronas sensoriales para gestionar nuestro mundo interior. Además, el cerebro está constituido por 12.000 millones de células: nuestro sistema operativo o cuartel general.
Este hecho por sí solo convierte el sistema nervioso en el más importante del organismo. Es lo que integra y coordina nuestra vida. Nos permite ver, sentir, tocar, actuar y reaccionar. Sin esta respuesta física básica, no habría vida. La calidad, el brillo y la riqueza de nuestra experiencia vital disminuirán en proporción al daño que sufra nuestro sistema nervioso.
Pero el sistema nervioso es mucho más que el director de orquesta del organismo. Es el lugar donde la vida misma, la conciencia consciente de uno mismo se acopla al vehículo físico y convierte al títere en titiritero. Es la interfaz que nos permite soñar, pensar en abstracto, crear e intuir. Es nuestra conexión principal con la Conciencia Universal, o lo que hay de divino en cada uno de nosotros.
«El estrés puede presentarse ante cualquier situación, desde un latigazo hasta un beso apasionado».
— Hans Selye, cofundador del Canadian Institute of Stress
¿La última frontera?
La cultura científica occidental y las técnicas experimentales