El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos. Eliseo Vila. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Eliseo Vila
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9788417131753
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gramaticales, marcó un hito en la exégesis bíblica, por lo que sus comentarios al texto bíblico son especialmente conocidos y apreciados.

      4 Lo mismo sucede tradicionalmente con los himnos en el mundo anglosajón. Un repertorio de melodías básicas y bien conocidas encajaban con la métrica de distintos himnos y solía elegirse una en particular para cantarlo con ella adjudicando a esta melodía un nombre en particular, de modo que junto al título de cada himno suele venir el nombre de la melodía (o melodías) con la que es habitual cantarlo. Algunas melodías han quedado definitivamente asociadas a un himno en particular, por ejemplo, el himno “El Señor es mi Pastor” (Salmo 23) suele cantarse siempre en inglés con una vieja melodía conocida como Crimond, en honor de su autora JESSIE SEYMOUR IRVINE [1836-1887] hija del pastor de este pequeño pueblo en el noroeste de Escocia que lleva este nombre. Y el himno “Santo, Santo, Santo” con la conocida como Nicaea (Nicea) en recuerdo y honor del Concilio de Nicea en el año 325 donde los Padres de la Iglesia formularon la doctrina de la Trinidad en oposición a la herejía de Arrio.

      5 ATANASIO DE ALEJANDRÍA [296-373] en su carta a su discípulo Marcelino sobre la naturaleza y valor de los salmos le dice refiriéndose a este salmo: «Si intuimos que los inicuos disponen lazos y trampas en nuestro camino, levantémonos temprano por la mañana y entonemos el Salmo 5, para que nuestra oración llegue pronto a oídos del Eterno». El Tomo I de “El Tesoro de David” incluye una traducción completa de la Carta de Atanasio a Marcelino. [Tomo I - pp. 49].

      6 Un tema que expone claramente desde el Salmo 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores (…) Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas (…) No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento (…)”

      7 Hebreos 5:7.

      8 AGUSTÍN DE HIPONA [354-430] lo resume del siguiente modo: «Este salmo tiene cinco partes. Primera: Una oración pidiendo ser escuchado que incluye los versículos uno y dos (5:1-2). Segunda: Una relación de todo aquello que podría empañar u obstaculizar la percepción de que la súplica ha sido escuchada por Dios, versículos del tres al seis (5:3-6). Tercera: la esperanza de estar en la casa de Dios y su paulatino acercamiento a ella con santo temor (5:7). Cuarta: en su avance le preocupa el obstáculo que implican sus enemigos y pide la guía y dirección necesarias para manejarlo correctamente porque teme verse arrastrado por sus lisonjas (5:8-9). Quinta. Una profecía sobre el final que aguarda a los impíos y el castigo que se infligirán a sí mismos; y otra sobre el premio reservado a los justos que habiendo sido llamados y rodeados del escudo divino han resistido con valentía todas las tribulaciones (5:10-12)».

      9 Dice al respecto AGUSTÍN DE HIPONA [354-430]: «“Atiende mi gemido”. Un gemido salido de lo más íntimo del corazón, sin estridencias, pero de tal intensidad que llega hasta la morada secreta de Dios. El gemido silencioso del alma es siempre más intenso que la voz física, porque la voz física tiene que introducirse por los oídos; mientras que el gemido, la voz espiritual del alma, penetra directamente en los sentimientos».

      10 Éxodo 14:11-22. Así se expresa también JUAN CRISÓSTOMO [347-407]: «Este “gemido” nada tiene que ver con el volumen de la voz sino con la intencionalidad del alma. Dios le pregunta a Moisés: “¿por qué clamas?”. No le dice “por qué pides”, porque no había pedido nada, solo se había dado en su interior un suspiro, un sentimiento vehemente, pero Dios lo había detectado. Con ello aprendemos que no depende del grito que la oración sea escuchada, sino de la disposición del corazón y la intencionalidad de la mente».

      11 Así traduce la versión inglesa KJV el término hebreo הֲגִֽיגִי hăḡîḡî de הֲגִיג hagig: “consider my meditation”, aunque prácticamente todas las versiones españolas traducen “gemido” o “lamento”. SCHÖKEL lo traduce por “susurro”: “percibe mi susurro; y KRAUS por “suspiro”: “presta atención a mi suspiro”. De hecho el término הֲגִיג hagig como sustantivo solo aparece aquí y en el Salmo 39:3, en cuyo caso sí parece estar más claro, como señala SCHÖKEL, que se trata de meditación o de «una actividad interior realizada en silencio o en murmullo», por lo que tanto la Reina-Valera como otras versiones españolas lo traducen como “meditación”: “En mi meditación se encendió fuego” (RVR); o “mientras meditaba, se encendió el fuego” (LBLA); “Al meditar en esto, el fuego se inflamó” (NVI).

      12 Mateo 6:7.

      13 Lucas 18:9-14.

      14 MATTHEW HENRY [1662-1714] dice al respecto: «El salmista invoca a Jehová como un Dios que escucha las oraciones, así lo ha hecho desde el momento en que los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová (Génesis 4:26), y así continúa tan dispuesto a escuchar oraciones como siempre lo estuvo. David lo invoca aquí bajo ese nombre en los versículos 1, 3, 8, 12, como el Ser Supremo, Eterno, Salvífico, al que debemos la más rendida oración y el más absoluto amor; y en el versículo 2, como “Rey mío y Dios mío”, al que había jurado homenaje de pleitesía y bajo cuya regia protección se había puesto. Creemos que el Dios a quien oramos es no solo Dios, sino también Rey, y lo hemos de tener en cuenta en nuestras plegarias.

      15 Esta misma idea de que antes de dirigirnos al Señor en oración deberíamos sospesar cada una de las palabras que vamos a decir porque Dios las escrutará una a una, se refleja claramente en algunos de los comentaristas de la antigüedad. JUAN CRISÓSTOMO [347-407] dice al respecto: «Cuando acudas a Dios en oración adopta la actitud humilde de un mero suplicante que implora misericordia inmerecida, evitando afianzar tu petición en méritos propios; o peor a aún, justificarla en las actitudes y proceder de otros. Pues si lo haces ya no acudes en calidad de suplicante sino como exigente; y peor aún, como acusador». Deberíamos tener muy en cuenta la oración del Salmista en el versículo ocho (5:8): “Señor, guíame en tu justicia”. No es a nosotros a quienes corresponde acusar y juzgar, quien juzga es Dios. (Recomendamos sobre este tema la lectura del comentario de Agustín de Hipona al versículo ocho).

      16 Salmo 39:3-4.

      17 Génesis 24:63.

      18 Ver nota 2 de este mismo Salmo 5.

      19 Se refiere a la versión de la Biblia al inglés con notas y ayudas para el estudio conocida como GENEVA BIBLE o BIBLIA DE GINEBRA, llevada a cabo por diversos eruditos ingleses refugiados en Ginebra, en época de Calvino y Beza, huyendo de la persecución contra los protestantes desatada en Inglaterra por María I conocida por ello en Inglaterra como “La Sanguinaria”, y bajo la supervisión de WILLIAM WHITTINGHAM [1524-1579]; fue la primera Biblia impresa en inglés para difusión entre el pueblo. La edición del Nuevo Testamento apareció en Ginebra en 1557, y la Biblia completa en 1560, aunque no fue impresa en Inglaterra hasta el 1575. Precedió por tanto en casi 50 años a la KJV y fue la Biblia usada por William Shakespeare, John Milton, John Knox y John Bunyan. Fue la versión de la Biblia más usada por los puritanos de la época, llevada a Estados Unidos por los peregrinos del Mayflower.

      20 Se refiere a GIOVANNI EMMANUELE TREMELLIO o IMMANUEL TREMELIUS [1510-1580], judío nacido en Ferrara, Italia, y posteriormente convertido al cristianismo, erudito hebraísta conocido por su traducción de la Biblia del hebreo y siríaco al latín junto con FRANCISCUS JUNIUS, apodado “El Viejo” [1545-1602], un erudito teólogo hugonote.

      21 Daniel 6:10.

      22 Los términos hebreos en este caso son por un lado: אֲמָרַ֖י ămāray de אֵ֫מֶר emer, “palabras”; הֲגִֽיגִי hăḡîḡî de הֲגִיג hagig, “rugido, gemido, lamento”; שַׁוְעִ֗י šaw‘î de שֶׁ֫וַע sheva, “llanto, clamor, petición de ayuda”; y אֶתְפַּלָּֽל ’eṯpallāl de פָּלַל palal, “oración, plegaria”;