Puntos gatillo. Tratamiento para aliviar el dolor (Color). Valerie DeLaune. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Valerie DeLaune
Издательство: Bookwire
Серия: Terapia Manual
Жанр произведения: Медицина
Год издания: 0
isbn: 9788499109015
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Shah et al. (2008) consiguieron medir once sustancias bioquímicas elevadas, como mediadores de la inflamación, neuropéptidos, catecolaminas y citocinas (sustancias sensibilizantes primarias y sustancias bioquímicas del sistema inmunitario), dentro y alrededor de puntos gatillo activos. Además, el pH de las muestras era muy ácido comparado con el de otras áreas del cuerpo. En un estudio dirigido por Issbener, Reeh y Oteen (1996), se descubrió que el pH ácido localizado reducía el nivel de sensibilidad al dolor de los receptores sensitivos (que pertenecen al sistema nervioso), incluso sin daños graves en el músculo. Esto significa que, cuanto más ácido sea el pH de una zona, mayor será el dolor que experimentes, en comparación con otra persona. Se necesitan nuevos estudios que determinen si elevaciones más amplias de la acidez del pH y las sustancias mencionadas arriba predisponen a desarrollar puntos gatillo.

      Se necesitan, por tanto, más estudios para determinar los mecanismos exactos de la formación y fisiología de los puntos gatillo.

      Sensibilización central, puntos gatillo y dolor crónico

      El sistema nervioso autónomo controla la liberación de acetilcolina, junto con las funciones involuntarias de los vasos sanguíneos y glándulas. La ansiedad y la tensión nerviosa aumentan la actividad del sistema nervioso autónomo, lo cual suele agravar el estado de los puntos gatillo y sus síntomas asociados.

      El sistema nervioso central comprende el encéfalo y la médula espinal, y su función es integrar y coordinar todas las actividades y respuestas del cuerpo. El propósito de las respuestas inmediatas de nuestros cuerpos ante agresiones es protegernos de un quemador caliente en la cocina, huir de una situación peligrosa, o descansar una parte dañada del cuerpo debido al dolor. Pero cuando la tensión emocional o física se prolongan, aunque sólo sea unos días, se produce una respuesta anormal: daños en el sistema nervioso central, sobre todo en el sistema nervioso simpático y el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. Éste fenómeno se denomina sensibilización del sistema nervioso central.

      El dolor causa que ciertos tipos de receptores nerviosos presentes en los músculos envíen información a las neuronas localizadas en la sustancia gris de la médula espinal y el tronco cerebral. El dolor se amplifica allí y luego se envía a otros músculos, con lo cual se expande la región de dolor más allá del área afectada inicialmente. El dolor persistente causa cambios duraderos y posiblemente permanentes en esas neuronas, lo cual afecta las neuronas colindantes mediante neurotransmisores.

      Se liberan diversas sustancias: histamina (un compuesto que causa dilatación y permeabilidad en los vasos sanguíneos), serotonina (un neurotransmisor que contrae los vasos sanguíneos), bradicinina (una hormona que dilata los vasos sanguíneos periféricos y aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos) y sustancia P (un compuesto implicado en la regulación del umbral del dolor). Estas sustancias estimulan el sistema nervioso para que libere localmente más acetilcolina, lo cual contribuye a la perpetuación de los puntos gatillo.

      La sensibilización central puede causar que la parte del sistema nervioso que normalmente contrarrestaría el dolor por disfunción deje de hacer su trabajo. Como resultado, el dolor se desencadena con más facilidad con niveles menores de factores estresantes físicos y emocionales, y también es más intenso y duradero. El dolor prolongado debido a la sensibilización del sistema nervioso central puede causar tensión emocional y física. Del mismo modo, la exposición prolongada a factores estresantes físicos y emocionales puede derivar en sensibilización del sistema nervioso central y causar dolor. Los cambios anormales en el sistema nervioso central por sí solos pueden ser autoperpetuantes y causar dolor incluso sin la presencia de los factores estresantes originales o adicionales, lo cual crea un círculo vicioso de dolor y la formación de puntos gatillo.

      Una vez afectado el sistema nervioso central debido a la sensibilización central, incluso si se han resuelto los factores perpetuantes originales, los puntos gatillo pueden seguir formándose y reactivándose. Por tanto, cuanto más tiempo pase sin tratarse el dolor, mayor será el número de neuronas implicadas y mayor el número de músculos a los que afectan, lo cual originará dolor en áreas nuevas y eso afectará a más neuronas… y cuanto mayor se torne el problema, más posibilidades habrá de que el dolor se vuelva crónico. El problema se vuelve más complejo, doloroso, debilitante y frustrante, y más tiempo llevará y más caro será el tratamiento. Cuanto más esperes, menos probable será que consigas un alivio completo y más probable será que los puntos gatillo se reactiven de manera crónica y periódica. Cuanto antes se trate el dolor, lo cual comprende eliminar los factores estresantes iniciales y los factores perpetuantes, menos probable será que devenga un problema permanente con afectación muscular generalizada y cambios en el sistema nervioso central.

      ¿Cómo saber si tienes puntos gatillo?

      Las dos características más importantes de los puntos gatillo son la presencia de bandas tirantes o «nudos» dolorosos a la palpación, y dolor referido. También se aprecia debilidad, disminución de la movilidad u otros síntomas que normalmente no se asocian con problemas musculares.

       Sensibilidad dolorosa, nudos y bandas tirantes en los músculos

      Cuando los puntos gatillo se someten a presión, suelen doler a la palpación. Ello es porque la contracción sostenida de las miofibrillas provoca la liberación de neurotransmisores sensibilizantes mediante un efecto de cascada: la contracción mantenida eleva el nivel de metabolitos como los iones de potasio y el ácido láctico, lo cual eleva los niveles de agentes inflamatorios como la bradicinina y la histamina, que activan las fibras nerviosas sensibles al dolor y eso genera la excreción de transmisores del dolor como la sustancia P.

      Los niveles de intensidad del dolor varían dependiendo del esfuerzo al que los músculos se sometan. La intensidad del dolor también varía como respuesta a brotes de algún factor perpetuante de los que se habla en los capítulos 2 a 4, así como en casos de sensibilización del sistema nervioso central (véase antes). Las áreas en los extremos de las fibras musculares también se vuelven sensibles al tacto, sea en el hueso o donde el músculo se convierte en tendón.

      Los músculos sanos no suelen contener nudos o bandas tirantes y no duelen cuando se aplica presión. Cuando no se usan, son blandos y flexibles al tacto, no como los músculos duros y tensos propios de las personas con dolor crónico. Mis pacientes a menudo refieren que sienten los músculos duros y densos porque entrenan y practican ejercicios de fuerza, aunque en realidad, si los músculos están sanos, son blandos y flexibles en reposo, aunque uno haga deporte. Los músculos con puntos gatillo también se pueden relajar, así que no asumas que no tienes puntos gatillo sólo porque el músculo no esté duro ni denso.

       Dolor referido

      Los puntos gatillo pueden causar dolor referido en el área donde se localizan y/o en otras áreas del cuerpo. Se llaman patrones de dolor referido. Más del 55% de los puntos gatillo habituales no se localizan en el área del dolor referido. Los patrones más habituales de dolor referido están bien documentados y representados gráficamente, y se aportan dibujos en los capítulos dedicados a los músculos en la segunda parte de este libro.

      A menos que sepas dónde buscar puntos gatillo, si sólo trabajas las áreas donde sientes dolor, probablemente no sientas ningún alivio. Por ejemplo, los puntos gatillo del músculo psoasilíaco (a nivel profundo del abdomen) pueden causar dolor en el área lumbar. Si no compruebas si el músculo psoasilíaco presenta puntos gatillo y sólo trabajas el músculo cuadrado lumbar en la espalda, no apreciarás mejorías. La segunda parte del libro te enseña dónde buscar puntos gatillo y cómo tratarlos.

       Debilidad y fatiga muscular

      Los puntos gatillo pueden causar debilidad y pérdida de coordinación, junto con incapacidad para usar el músculo. Muchas personas toman esto como un signo de que necesitan fortalecer los músculos débiles, pero no se puede acondicionar (fortalecer) un músculo que contenga puntos gatillo: estas fibras musculares no están capacitadas para el ejercicio porque ya están contraídas. Si no se desactivan primero los puntos gatillo, es probable que los ejercicios de preparación física provoquen que los músculos