En unión sagrada con un pastor. Somerville Mary. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Somerville Mary
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781629461519
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      Utilizó sus dones de la práctica, administración y enseñanza al máximo, al momento de trabajar junto con su esposo, lo cual resultó ser un rol muy satisfactorio para ella.

      ¡Qué ejemplo tan increíble es Mary para mí! Sirvió fielmente y pasó por dificultades horrendas al lado de su esposo por 50 años. Enterraron en África 5 hijos, de 10 que tuvieron. Ella se hubiera puesto furiosa ante la sugerencia de que Robert Moffat debería trabajar sólo. Me es difícil identificarme ante este servicio tan sacrificial, pero me motiva profundamente a llegar a un mayor compromiso.

      Al seguir a Cristo y al servir al lado de nuestro esposo, seremos ejemplo a las demás mujeres de la grey. Nos guste o no, somos sus modelos. Cualquier cosa que tú y yo hagamos, las mujeres de nuestra iglesia querrán hacerlo también. Tendremos que ser cuidadosas en las decisiones que tomemos. Por ejemplo, cuando comenzamos a plantar una nueva iglesia y no teníamos para el depósito de una casa, les hicimos saber a los miembros de la iglesia que yo trabajaría como maestra por unos cuantos años. Nuestros hijos tenían cinco y seis años de edad. Inmediatamente, una madre joven de la iglesia usó mi situación para insistirle a su esposo que ella debería de salir y buscar un empleo. Al final, Bob y yo cambiamos de parecer acerca de mi trabajo de maestra y, al final de todo, me quedé en casa. La mujer que estaba utilizando mi situación de excusa para trabajar fuera de casa, después dijo que, gracias a esto, perdió el poder de convencimiento con su marido.

      A veces, pareciera ser más productivo conseguir un trabajo y generar ingresos extra. Pero Proverbios 31:27 habla de la importancia del rol de una esposa como cuidadora del hogar. “Considera la marcha de su casa”. La palabra Hebrea para “considera” es la palabra que se utiliza para un guardián que cuida a la ciudad de los enemigos invasores. Así como no te gustaría tener un velador cansado y tenso a causa de otro trabajo, tampoco te agradaría tener a la veladora de tu casa gastando todo su esfuerzo y energía en alcanzar otras metas, dando lo que sobra a su familia. De cualquier forma, cada pareja debe decidir ante Dios cuál es la mejor manera para esa esposa, para que ella pueda cumplir con sus responsabilidades de ama de casa y de ser un verdadero ejemplo a la grey. Al buscar el reino de Dios y Su justicia, Él promete suplir todas nuestras necesidades. Sin embargo, esto no significa que estaremos exentas de sufrir.

       Tu rol dentro del Cuerpo de Cristo

      Como hemos visto, nuestro primer llamado es hacia nuestro Dios y Salvador, después a nuestros esposos e hijos. ¿Significa esto que debemos dejar que sea nuestro esposo el que realice todo el trabajo de la iglesia? ¿Cuál exactamente en nuestro rol? También tenemos el llamado de usar nuestros dones espirituales como miembros del cuerpo de Cristo. Todos tenemos dones. Encontramos listas de dones en Romanos 12:3-8; 1 Pedro 4:10 y 1 Corintios 12. Algunos son dones de comunicación y otros de servicio. Si alguien no está utilizando sus dones, la iglesia se vuelve inválida. Así que, no intentes ser un oído cuando eres un ojo. Si eres un ojo, sé el mejor ojo que pueda haber, no intentes escuchar o saborear también. Eres libre de servir con todo tu corazón y alma para la gloria de Dios como cualquier otro miembro de la iglesia lo haría, en el poder de Espíritu.

       El gozo de cumplir con tu rol bíblico

      ¿No lo ves, querida hermana?, Hay una maravillosa libertad que viene de comprender nuestro rol bíblico. Cuando nos “limitamos” a complacer a Dios, eres liberada de la presión de cumplir con expectativas inalcanzables. Quedas libre de tratar de hacer malabares en tu vida con dos o tres carreras. Has descubierto que el rol de una esposa de un hombre en el ministerio no es diferente a cualquier otra mujer ejemplar de la iglesia. Eres libre de concentrarte en tu propio carácter, en tu esposo, en tu hogar y, después, en las áreas específicas de los dones espirituales. Ten en mente que no te encuentras en un pedestal por ser esposa de un ministro. Tanto tú como yo somos simples pecadoras salvadas por Su gracia incomparable. No tenemos nada de qué jactarnos en nuestras propias fuerzas.

      Y sin embargo, incluso las pocas responsabilidades que debemos cumplir podrían parecer desalentadoras. Esto es porque nos es imposible hacerlas en nuestra propia fuerza. Afortunadamente, tenemos la promesa de Dios de que Él nos ayudará. ¿No estás agradecida de que tienes la gracia de Dios, no sólo para sobrevivir, sino también para florecer en tu rol? Él te llamó y Él te capacitará para ello. Esta es la promesa: “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, tengamos siempre en todas las cosas todo lo suficiente y abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

      Por fe, podremos apropiarnos diariamente de la increíble gracia de Dios para cumplir tu rol bíblico como esposa de un ministro. Cuando nos enfocamos en lo esencial, encontraremos el gozo de haber realizado un buen trabajo. Serás capaz de examinar cuidadosamente las diversas expectativas y evaluaciones de la multitud y podrás escuchar la voz que debes escuchar: la de tu esposo, diciendo, “Muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas”; y más valiosa aún, la voz de tu Dios, elogiándote como un “Buen siervo y fiel”.

      

Enfrentando las demandas físicas del ministerio

      El ministerio pastoral es vivir con la grey y estar disponible para ella. No importa qué tan grande sea el tamaño de la grey a la que sirves, sentirás que existen cosas que no has hecho y que sería bueno hacer. En ocasiones te sentirás físicamente agotada. Siempre has servido de todo corazón junto a tu esposo, cargando con las preocupaciones que también él lleva. Eso incluye dar consuelo y aliento a aquellos en necesidad, visitar a los enfermos y a los nuevos asistentes, así como estar con personas en medio de sus problemas. Tal vez también te haces cargo de todas las tareas que nadie quiere o puede hacer —atender el cuarto de cunas, realizar el boletín, limpieza, informar a las personas de eventos que se aproximan, ministerio de las mujeres, escuela bíblica de verano, entre otras cosas—. Como resultado de todo esto, te encuentras constantemente bajo el peso del ministerio.

      Tú quisieras tener la vida enfocada y simple de la cual hablamos en el primer capítulo, pero no encuentras la manera de evitar que tu vida sea envuelta por las demandas del ministerio. Así es que, en este capítulo quiero darte doce consejos prácticos para enfrentar las demandas físicas del ministerio. Si tú sigues estos consejos, los cuales hemos descubierto a través de los años, encontrarás que tu vida en el ministerio puede transformarse en una vida más balanceada y enriquecedora.

      Doce maneras de aminorar las demandas físicas del ministerio

       1) Enfócate en tu rol en el Cuerpo de Cristo

      Encontraremos nuestro mayor gozo cuando usemos adecuadamente en la iglesia los dones que Dios nos ha dado.

      “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén (1 Pedro 4:11).”

      ¿Qué posiciones están abiertas para nosotras como mujeres que buscamos utilizar nuestros dones en la iglesia? Dios nos ha instruido a través del apóstol Pablo que primero debemos aprender en la iglesia con una actitud de sumisión hacia nuestros líderes (1 Timoteo 2:9-15). Así como para todos los creyentes, nuestra responsabilidad es someternos y brindar apoyo a aquellos a quienes Dios ha puesto en liderazgo en la iglesia.

      Dios también nos ha instruido a no “enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre” (1 Timoteo 2:12), es decir, sobre el pastor y los demás líderes, cuyo rol es el pastorear al rebaño. Podemos servir en cualquier área de la iglesia de la que la Escritura no nos excluya.

      Hay muchas áreas de vital importancia abiertas para nosotras. Como hemos visto, a las mujeres maduras se les ordena enseñar a las más jóvenes en la fe. Podemos tener un rol muy especial en enseñar, aconsejar y consolar a las mujeres y niños. Podemos así mismo involucrarnos en el ministerio de la música, trabajo de oficina, ministerio de mujeres, ayudar con las visitas y demás.

      Sólo mira a la iglesia primitiva. Se nos han dado ejemplos