En unión sagrada con un pastor. Somerville Mary. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Somerville Mary
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781629461519
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      Las ancianas así mismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñan a las mujeres jóvenes a amar sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. (Tito 2:3-5)

       Cualidades de carácter para tu rol

      Nótese que, sobre todas las cosas, Dios está interesado en el carácter de la mujer ejemplar en la iglesia. Si tus hijos ya son mayores, entonces la enseñanza a mujeres mayores aplica directamente a ti. Pero no importa qué edad tengas, como esposa de pastor, eres vista como un ejemplo. Así que, debemos valorar las cualidades de carácter de una mujer mayor.

      La primera cualidad de carácter en la que nos enfocaremos será la de ser reverente. El término reverente es tomado de la palabra reverenciar, lo cual significa observar con afectuosa admiración o veneración. Dios desea que modelemos actitudes que exhiban afectuosa admiración a Dios. Una forma en que podemos mantener este enfoque es meditar en los atributos de Dios y Su Hijo. Es sencillo dejar que las demandas de esta vida y la cultura alrededor nos distraigan de nuestro más grande privilegio, conocer y reverenciar a Dios. La obediencia fluirá naturalmente del respeto amoroso. Necesitamos constantemente tener nuestros ojos puestos en el grandioso Dios al cual servimos.

      Una mujer mayor, de la cual quisiera seguir su ejemplo, es mi querida suegra, quien tiene 97 años de edad y aún demuestra su reverencia a Dios, buscando crecer en el conocimiento de Su Palabra y obedeciéndola. Le pedí que escribiera sus peticiones de oración en mi diario, hace como un año. Esto es lo que ella escribió:

      Ora por mi actitud, que pueda ser amorosa, amable, considerada y sabia en mi forma de hablar. Ora que pueda ser agradecida por mi salud, el lugar donde vivo y por mis queridos hijos. Que pueda ser un buen ejemplo para ellos y mostrar aprecio en todo lo que hacen por mí. Que Dios me ayude a ser paciente, a saber ceder y renunciar y estar contenta cuando debo estar satisfecha y ser sabia si debo de estar en desacuerdo con algo, poder ser amable y amorosa cuando estoy en desacuerdo. Ora para que nunca olvide quién está en control.

      Dios ha respondido a esa oración. Es evidente que esta mujer ha caminado con Dios y le ha reverenciado por muchos, muchos años, y ¡quiero ser como ella!

      La siguiente cualidad es que debemos asegurarnos de controlar nuestra manera de hablar y de nuestros apetitos. Ser calumniadora o esclava del vino podría derrumbar nuestras vidas y nuestros ministerios. Es sencillo crear chisme usando la excusa “te lo digo para que ores”, y así pasar información confidencial de lo que otros han hecho o dicho.

      Esto puede dañar el nombre de Cristo y lastimar el ministerio de nuestro esposo. ¡Qué daño tan grande puede hacer una lengua desenfrenada! Dios puede manifestar su fruto del Espíritu, específicamente el auto-control, sometiendo esta área a Él. A medida Él nos da una lengua y deseos controlados, esto nos hará sobresalir del mundo y nos preparará para el ministerio.

       El rol de las ancianas

      Continuando en Tito 2:3, podemos observar que Pablo se refiere a las ancianas como aquellas que primordialmente ejercen el liderazgo en el ministerio de la iglesia. Si estás libre de la responsabilidad de la crianza de tus hijos, entonces caes en esta categoría, igual que yo. Este no es el momento de la jubilación, es tiempo de “enseñar lo que es bueno”. Ponte tu uniforme de trabajo y prepárate para usar toda la sabiduría que acumulaste en tu vida y en tu hogar durante años. Alienta a las mujeres más jóvenes a que se enfoquen en su ministerio principal, que es su hogar. Involúcrate en los ministerios de mujeres, ya sea los que son personales o en grupos más grandes. No podemos excusarnos de no servir, pensando que las mujeres más jóvenes no querrán escuchar nuestras opiniones. Las mujeres más jóvenes necesitan aliento de aquellas que ya pasaron por ese camino. Ellas necesitan ser disciplinadas por aquellas que son más maduras en la fe. Como esposa de pastor, probablemente este trabajo caerá naturalmente en ti. Así que dedícate a ello y recluta a todas las ancianas piadosas en tu iglesia para que se involucren junto contigo. Ahora presta atención a cómo me dirijo a las mujeres más jóvenes, porque esto es lo que tú como anciana estarás enseñándoles.

       El rol de las jóvenes

      Pablo nos enseña que el ministerio de la mujer joven se debe enfocar en su hogar. Así que incluso como una esposa de pastor, tu rol principal es amar a tu esposo e hijos, guardar tu pureza, ser trabajadora (una trabajadora amable) en casa y ser sujeta a tu propio marido para que la Palabra de Dios no sea blasfemada. Cualquier otro ministerio que realices en la iglesia no debe de interferir con tus prioridades.

      “Trabajar en casa” simplemente significa ser ama de casa. Así es como debemos cumplir con nuestro llamado de amar a nuestro marido y a nuestros hijos. Nuestra prioridad como esposa y madre es que nuestro hogar esté preparado para ellos. El mejor ministerio que puedes tener dentro de la iglesia es la provisión de un hogar para el pastor donde él pueda recibir el descanso y rejuvenecimiento que necesita para ser capaz de servir eficazmente como su pastor espiritual.

      Amo profundamente a las personas de nuestra iglesia, pero creo que deberían entender que mi relación con Bob tiene mayor prioridad que cualquier otra relación. Mi primer ministerio va directamente dirigido a él, antes que la iglesia y todas sus demandas. Mi familia es el trabajo de Dios.

      Creo que nosotras como esposas y madres somos la esencia de nuestros hogares. Nuestra presencia en él, para cuidar a nuestra familia, es lo que constituye un hogar. Un miembro de nuestra iglesia, quien perdió a su esposa, comentó conmovedoramente: “Nuestra casa ya no es un hogar, así que la venderé”.

      Así mismo, hacemos de nuestro hogar un lugar de amor, de entrenamiento para nuestros hijos y de orden. Servimos a un Dios de orden, no de confusión. Para tener un hogar caracterizado por el orden, debemos ser disciplinadas con nosotras mismas, teniendo un lugar para cada cosa y entrenando a nuestros hijos a que pongan las cosas en su lugar cuando hayan terminado de utilizarlas, limpiar su cuarto y vivir armoniosamente uno con el otro.

      En ocasiones, algunas personas preguntan si se puede trabajar fuera de casa. Muchas de las esposas de ministros son mujeres con educación universitaria y, probablemente, hayan trabajado antes de casarse. ¿Deberían renunciar a esto para trabajar en casa? Este es un problema que debe ser puesto ante Dios, considerando nuestras necesidades y nuestros deseos. Decide con tu esposo cómo cumplirás con este rol ante Dios.

      Bob y yo acordamos que mi lugar sería quedarme en casa y no en un trabajo. He encontrado que el rol de esposa y madre, aunado a ser esposa de pastor, es muy demandante y gratificante. Ha sido mi carrera. Mi consejo para las mujeres buscando dirección es que deberían hacer de su hogar su carrera, al menos que su esposo no pueda ganar suficiente dinero para suplir todas las necesidades y ella necesite ayudar temporalmente. Pero es posible que se pueda suplir el ingreso sin salir de casa. Si prestamos atención a la mujer de Proverbios 31, podremos ver que hay muchas maneras laboriosas y creativas donde una esposa puede ayudar a proveer para su familia e, incluso, ganar dinero para su hogar.

      Una esposa de misionero, a la cual admiro profundamente, es Mary Moffat, quien, junto con su marido, fueron pioneros en las misiones en Sudáfrica, donde nuestros hijos sirven hoy día. Mary fue suegra del famoso David Livingstone. Mary tuvo 10 hijos y administró la estación misionera; la mayor parte del tiempo sin ayuda. Aprendió el idioma Bechuana, viajando con su esposo por territorios hostiles cuando él iba a predicar y ayudo a su marido en tiempos de frustración y en su penumbra cuando se encontraba sólo, peleando contra abrumadoras dificultades. Le dio fortaleza para seguir adelante. Él la llamó, “su amada compañera”.

      Así que, muchas de las labores de Mary involucraban mano de obra para dirigir el hogar. Temprano en su ministerio, ella llegó a frustrarse y deprimirse diciendo, “¿Ésta es la clase de trabajo por la cual he dejado mi casa y amigos y pasar el resto de mi vida en esta tierra desagradable y pagana?” En su biografía se escribe,

      Dentro de ella, debido a la fuerza de su fe y de su profundo compromiso, ya casi olvidado, una voz dijo: ´Si fuera una figura de madera y un cajón de agua en el templo de mi Dios, ¿No sería aun así