En unión sagrada con un pastor. Somerville Mary. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Somerville Mary
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Религия: прочее
Год издания: 0
isbn: 9781629461519
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cargas como logros; es una visión por la cual vale la pena entregar nuestras vidas. Podemos vivir con nuestro mayor potencial por el reino de Dios a través del poder del Espíritu Santo.

      El título de este libro, En unión sagrada con un Pastor, envuelve lo que creo es la clave para una vida plena como esposa de un ministro; expresa la relación que tienes con tu esposo y con Cristo. Estar unido a ambos es la clave. Como creyentes somos uno con el Buen Pastor, quien compró Su grey por su muerte en la cruz; apartados de Él, nada podemos hacer; si permanecemos en Él, podemos lograr muchas cosas. Así mismo, cuanta mayor unidad haya en nuestro matrimonio con un pastor del rebaño del Señor, mayor efectividad tendremos en nuestro llamado personal.

      ¡Cuánto fortalecimiento hay en la unidad unos con los otros y con el Señor! “Y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Ec. 4:12). Cuanto mayor unidad haya en nuestros matrimonios, mayor gozo tendremos, nuestros esposos serán más efectivos y la iglesia de Cristo será fortalecida. Confío en que este libro sea una ayuda para llegar a ese fin. No tengo todas las respuestas; yo misma estoy en este camino buscando con fe, buscando guía en Dios y Su palabra– todo para la gloria de Dios y ser gloriosamente uno con el pastor.

      — Mary Somerville

      ENTENDIENDO

      NUESTRO PAPEL

      COMO ESPOSA

      

Un noble rol

      Muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas.— Proverbios 31:29

      Ella es un precioso tesoro, de genuino valor y posee un celo para ayudar a esta pobre gente.— Hudson Taylor hablando de su esposa María1

      Bien, buen siervo y fiel…entra en el gozo de tu Señor.— Mateo 25:21

      Como esposas de pastores o ministros de la iglesia, estos serían los reconocimientos que todas quisiéramos escuchar; pero, en ocasiones, estamos tan preocupadas por cumplir con las expectativas de otros, aparte de las del Buen Pastor, que nos abrumamos con innumerables tareas.

      ¿Un rol confuso e imposible?

      «Se busca: mujer que trabaje de tiempo completo, sin ninguna paga, en la oficina de su marido, largas jornadas, requiriendo re-ubicación frecuente. Debe ser amable y comprensiva todo el tiempo.» Miles de mujeres, dirigidas por el amor y devoción a Dios y a sus familias trabajan en este puesto, el cual es ser esposa de un ministro. Pero la tensión de la soledad, luchas financieras y cargas pesadas de la iglesia, pueden apagar el gozo de su matrimonio.2

      El párrafo anterior es un comunicado de la Associated Press titulado “Esposas de ministros enfrentan desafíos”.

      ¿Esto te describiría? ¿Sientes la tensión del ministerio y te sientes abrumada por la presión y demandas que conlleva este rol? De acuerdo con el artículo citado no estás sola, miles de esposas de ministros se sienten de la misma manera.

      ¿Estás confundida por no saber en dónde encajar o cómo suplir las necesidades del ministerio compartido de tu esposo? Cada trabajo trae requerimientos y expectativas. Generalmente hay una clara guía de las expectativas de un pastor o de un líder de jóvenes, el encargado de la alabanza, educación cristiana, misiones, adoración y familias de los ministros. Así mismo para los misioneros, diáconos, ejecutivos de la iglesia y otros que trabajan fuera del edificio de la iglesia local. Rara vez se encuentra una descripción del trabajo que debe cumplir la esposa de un pastor, eso sin mencionar las expectativas que se tienen de ella.

      “La esposa del pastor (esposa del pastor de jóvenes, esposa de un misionero) debe ___________”. ¿Cómo llenar el espacio en blanco? Tal vez la esposa del ex-pastor lo hacía todo y por tal motivo estableció un precedente. Posiblemente, la iglesia tenga altas expectativas de lo que esperan que la siguiente esposa del pastor deba o no realizar.

      Todo esto se agrava por el hecho de que la familia pastoral vive en una pecera, se espera que sean un ejemplo en todo lo que hacen, son escudriñados y criticados; y después de todo esto, vienen las expectativas que tú te exiges a ti misma.

      Tal vez te encuentres alguna vez diciendo a los demás, “Sé que los padres de nuestros jóvenes quisieran que estuviera más involucrada, pero simplemente no puedo con dos preescolares en casa. Me hace sentir mal no poder ayudar más a mi esposo con los jóvenes, por ello, a menudo me siento excluida de su vida, ya que no puedo ayudar más”. He estado ahí, y sé lo que se siente experimentar eso.

      Otra esposa compartió “Me siento desgarrada. No sé cómo balancear los roles en la iglesia, las necesidades de mi esposo, educar en casa a tres niños pequeños y pasar tiempo con mi mamá que se encuentra sola desde que mi papá murió. Sé que la iglesia espera más de mí, pero no puedo dar más”. ¿Te suena familiar? Me he sentido así, especialmente cuando cuidé a mi padre inválido en casa. Hay presión en todos lados.

      ¿Cómo una esposa de ministro sabe cuándo ha llevado a cabo su tarea y hecho un buen trabajo? ¿Cómo puede lidiar con las expectativas de todos, incluyendo las propias expectativas? He observado que las esposas de ministros usualmente son mujeres de alto rendimiento. Los esposos están ahí afuera cambiando el mundo y sus esposas están ahí a su lado. Deseamos estar ahí y dar lo mejor de nosotras para la gloria de Dios.

      Si deseas ser libre del peso de la culpa, primero debes determinar si has cedido a expectativas no bíblicas. Proponte descubrir y completar el llamado de Dios, sabiendo que no te dará más de lo que puedas soportar. Comprende también que no respondemos a nadie más; sólo respondemos a Dios por nuestras acciones. Pablo decía que lo que pensaran las personas de él no tenía importancia y que, incluso, su propia opinión de sí mismo era inconsecuente. Se dio cuenta que a Dios era al único que debía complacer (1 Corintios 4:1-5, 1 Corintios 3:13, 2 Corintios 5:10). “De manera que cada uno dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12). Esto significa hacer oídos sordos a las quejas y críticas que son infundadas. Y cuando decidimos seguir un plan de acción ante Dios, debemos saber que no todos estarán de acuerdo con nuestros planes. Hermanas, es necesario agradar a Dios antes que a los hombres. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:23).

      Ahora bien, habrá personas que proveerán críticas constructivas que nos ayudarán a cumplir las expectativas de Dios para nosotras. En ese caso, no debemos intimidarnos por la confrontación, sino estar agradecidas por la ayuda. ¡Admitámoslo, no somos perfectas! Necesitamos que no piensen que lo somos. Es importante ser la mujer que Dios espera de nosotras, sin miedo a lo que piensen los demás. Vivimos bajo la misericordia y gracia de Dios. Si fracasamos, admitimos nuestra falla y obtenemos perdón de Dios y de aquellos a los que hayamos ofendido. ¡Hay libertad radical en la gracia de Dios! “Estad, pues, firmes en la libertad con la que Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1). Así que, aclaremos nuestro rol como esposas de pastor, salgamos con confianza y seamos la mujer para lo cual Dios nos creó.

       Claridad en nuestro rol

      Algunas iglesias se sorprenderían de saber esto, pero la Biblia no enseña que la esposa del pastor debe tocar el piano, estar a cargo del ministerio de mujeres y ser anfitriona de todos los eventos sociales. En realidad, la Escritura no da una descripción de los quehaceres de la esposa de un hombre en el ministerio. ¿Entonces, qué sabemos acerca de lo que Dios espera de nosotras? Lo que Pablo establece son cualidades de carácter de los diáconos y esposas de los diáconos. “Las mujeres así mismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo” (1 Timoteo 3:11).

      Como esposas de un hombre que está en el ministerio, debemos estar seguras que exhibimos esta clase de carácter ejemplar. Pero, ¿a qué se refiere este pasaje cuando dice que debemos ser fieles “en todo”? La Escritura es clara en decir que nuestro llamado debe ser como el de cualquier otra mujer en la iglesia: ser una mujer piadosa, esposa, madre y fiel miembro del cuerpo de Cristo.

      Echemos un vistazo de cerca a un pasaje clave de la Biblia que define el rol