Shakey. Jimmy McDonough. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jimmy McDonough
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Изобразительное искусство, фотография
Год издания: 0
isbn: 9788418282195
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es verdad… No creo que tenga que ver con Pam, aunque puede que fuera un tema soterrado. Ahí todavía queda algo por resolver, porque cada vez que hablo de ello me asaltan todo tipo de sentimientos.

       —¿Haces eso por principio: borrar de tu mente cualquier episodio desagradable?

       —No se trata de ningún principio. Creo que así es como actúa mi cabeza en el plano subliminal; me quedo con las cosas buenas y punto. Puede que en mi subconsciente hayan quedado grabadas todas esas cosas en las que no quiero pensar, que ni siquiera recuerdo, porque las he tenido encerradas a cal y canto dentro de mi propia cabeza. Y puede que sea eso lo que alimente ese tipo de sentimiento particular que brota de mi música.

       —Pam recuerda que os volvisteis a ver en la heladería Dairy Queen, donde tú le profesaste tu amor y ella te respondió: «Tú me quieres a mí; y yo quiero un helado».

       —Sí, seguro que aquello me estuvo rondando por la cabeza durante un par de semanas.

       —Eso es lo que pensó Pam.

       —Je, je. No se me ocurre nada que pasara con Pam que no fuera bueno. Por ejemplo, ya sé que debimos de cortar en algún momento, pero no lo recuerdo. Prefiero recordar cómo me sentía en aquella época sin intentar especificar demasiado, porque parece que cuanto más lo haces, más se apaga el sentimiento…

       Pam es un encanto de chica; una buena persona. Lo pasábamos muy bien juntos. Era desenfadada, era divertido hablar con ella, estar con ella; y además, era guapa.

       Nunca se volvió contra mí, je, je. Eso es lo que más me gusta de ella, porque recuerdo que siempre tenía palabras de apoyo para mí.

       Yo soy demasiado cabezón y ponía a Pam de los nervios. Lo único que recuerdo ahora es que sé que me quería tanto como yo a ella. Puede que no fuera capaz de decirlo, pero lo sé.

      «Estaba jugando al tenis y viene Neil y me dice: “Acabo de escuchar a unos tíos que llevan unos flequillos larguísimos que les tapan toda la frente; se llaman los Beatles”», recuerda Allen Bates. «Estaba flipadísimo.»

      La Invasión británica arrasó Winnipeg a principios de 1964 y, como era habitual, los primeros en apuntarse a la nueva moda fueron los Reflections, que empezaron a incluir temas de los Beatles en su repertorio, y de paso hicieron que los Squires se engancharan al nuevo sonido. El ídolo de Young, Randy Bachman, llegó incluso a cambiar su adorada Gretsch por el instrumento preferido de los pelo-casco: una Rickenbacker. La Beatlemanía introduciría otro cambio radical además del peinado de orinal y los botines, porque la música instrumental de los Squires ya no bastaba para hacerse un nombre en la escena musical de Winnipeg; ahora era indispensable tener un cantante. En la era de Paul McCartney, Cliff Richard y Roy Orbison, los agudos gorgoritos de Young sin duda alguna destacaban. Según recuerda Ken Smythe, los primeros pinitos que hizo Neil como vocalista durante los ensayos en el sótano de su casa no cautivaron al personal precisamente. «Mi madre era profesora de música y pensaba que no lo hacíamos nada mal, allá abajo en el sótano… Hasta que Neil empezó a cantar.»

      «Neil no estaba seguro de valer para cantar», afirmaba Koblun. «Creo que fue el aspecto económico lo que le hizo decidirse, porque si pillábamos a un cantante, tocábamos a menos pasta por cabeza.» El primer recuerdo que tiene Neil de cantar en público es en la cafetería del Instituto Kelvin versionando a los Beatles. Algo más adelante, durante la siguiente sesión de grabación de los Squires en la emisora CKRC el 2 de abril de 1964, la banda grabó un puñado de temas originales de Young, entre ellos uno titulado «I Wonder», que incluía voz.

      Al acabar la sesión, el ingeniero de sonido Harry Taylor le dijo a Young sin rodeos: «Chaval, eres un buen guitarra, pero nunca llegarás a nada como cantante».

       Harry, quiero que sepas, ¡que tienes toda la razón! Pero lamentablemente, por motivos económicos, voy a tener que cantar. Aquello fue un factor determinante. Teniendo en cuenta que nos sacábamos veinte dólares por noche a repartir entre cuatro, si metíamos a otro tío más, nos costaba un pavo a cada uno. Pensé, venga, voy a probar a ver qué pasa. No es que me muriera de ganas por ser el cantante y pensara: «Cómo mola, tengo unas ganas locas de salir ahí fuera a cantar».

       —¿Qué reacción provocó tu manera de cantar?

       —Bueno, seguro que no debió de ser como para tirar cohetes, ¿no te parece? La primera vez que salí a cantar delante de todo el mundo, fue una rayada de la hostia. Todavía recuerdo aquel día; estaba cagado. Tocábamos en un colegio; montamos todo el equipo y tocamos allí mismo, en la cafetería. Creo que tocamos «It Won’t Be Long» y «Money». Y luego nos fuimos a clase.

       —¿Se te pasó el cague después de cantar?

      —Ajá. Después de exponerme de aquella manera, creí oír a alguien gritar algo del tipo: «Chaval, no vuelvas a hacer eso». Je, je. La verdad es que no recuerdo bien cuál fue la reacción; recuerdo más bien cómo me sentí yo, que me sentí genial por haber cantado.

       —Y seguirías cantando.

       —Sí, aunque no lo describiría como una prueba, en plan que iba a cantar y si me salía bien, seguía, je, je. Cuando te pones a cantar —a no ser que todo el mundo te grite a la cara: «No vuelvas a hacer eso»—, creo que ya no paras. Yo seguí intentando cantar; lo estaba intentando, je, je. Mi propia voz me resulta un puto misterio. No sé qué pasa, pero suena distinta todo el tiempo. Puedo cantar en plan tranquilo y sonar de una manera, y puedo cantar alto y berreando y sonar de manera completamente distinta. Llevo varias voces diferentes en mi interior, y cuanto más me suelto, más canto y mejor lo hago.

      Canadá estaba bastante al día en el tema musical. Podías conseguir muchos discos raros en Canadá que ni siquiera llegaban a Estados Unidos. Los primeros discos de los Beatles, por ejemplo. Nosotros ya los conocíamos mucho antes de que aparecieran en El show de Sullivan. Los Beatles fueron número uno en Canadá antes que en Estados Unidos. Todos los singles del principio, «From Me to You»; «She Loves You» fue número uno, y nunca llegó a ser número uno en Estados Unidos; total, que nos llegaba todo el rollo inglés de inmediato.

      Pero yo creo que estaba mucho más metido en mogollón de música rara que me molaba. Wolfman Jack; Dick Biondi, que era un disc-jockey la hostia de importante en Chicago por aquel entonces. En la WLS, emisora que se pillaba desde Winnipeg. American Bandstand Shindig, con Leon Russell26, teníamos acceso a todos aquellos programas. Vi a los Crickets después de que muriera Buddy Holly. Con Glen Hardin al piano, Sonny Curtis, Jerry Allison; eran fantásticos. Lo único es que no tenían a Buddy con ellos. Tocaron en una pista de patinaje en Winnipeg Beach. Recuerdo ver cómo montaban el equipo ellos mismos; llevaban un Cadillac y una furgoneta de alquiler. ¡Qué tiempos aquellos!

      Fui a ver un programa de Dick Clark Caravan of Stars con Fabian de presentador27. Esto era cuando el tío ya estaba de vuelta de todo; salía y no paraba de decir: «No os preocupéis, no voy a cantar». Vi a Roy Orbison cuando estaba en lo más alto, joder, en el 61 o el 62; en Winnipeg. Roy and the Candymen. Se salieron.

       Los Beatles molaban porque eran un grupo; pusieron de moda las bandas, por eso me afectaron los Beatles. Me dejaron muy impresionado al principio, pero no siguieron juntos mucho tiempo, así que perdías un poco la pista de lo que hacían. Los Beatles aportaron muchas cosas en muy poco tiempo; fue brutal. Dejaron la hostia de material.

       ¿Qué pensaba de John Lennon? Que era increíble; un tipo curioso, tan idealista. Nunca llegué a verlo en directo. Ojalá hubiera tenido la oportunidad de tocar con él; seguro que habría molado.

      Los Rolling Stones, aquello ya era otra cosa, porque siguieron en el ajo, en vez de durar solo cinco años. Tardaron más en aportar algo grande. Los Beatles tardaron unos cinco años en hacer su aportación; visto y no visto, ¿verdad? Los Rolling Stones sacaron