Las virtudes en la práctica médica. Edmund Pellegrino. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Edmund Pellegrino
Издательство: Bookwire
Серия: Humanidades en Ciencias de la Salud
Жанр произведения: Медицина
Год издания: 0
isbn: 9788418360206
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Nuestro abordaje será teleológico, en el más puro sentido aristotélico y tomista, pues toma las virtudes como instrumentos prácticos para alcanzar los fines de la medicina.

      Disponer de una filosofía de la medicina es esencial para cualquier teoría de las virtudes, pues necesitamos definir los fines hacia los cuales las virtudes se dirigen y de los que procede su razón de ser. Es más, la elección de las virtudes que se han de tener en cuenta y aplicar a cada problema clínico se debe hacer de acuerdo con una filosofía de la medicina. Ya hemos explicado, en otros trabajos, cómo la esencia moral de la profesión médica radica en la especial relación que la enfermedad establece entre el sanador y el paciente.

      Por este motivo, las virtudes que nos interesan en este libro son las que emergen del vínculo del cuidado (que comprende la sanación, la curación y el cuidado) y de la confianza pública tácita mediante el compromiso de cuidar de otro: fe y sanación, confianza, esperanza, compasión, perseverancia, fidelidad, entre otras. Y sin duda muchas virtudes más. Nuestro análisis no podrá extenderse a todas ellas. Eso sí, las virtudes que vamos a considerar son aquellas que emergen, según nuestra filosofía de la medicina, del enfoque que damos a la relación entre médico y paciente. En efecto, vamos a contrastar la teoría ética con la ética aplicada mediante la consideración de determinadas virtudes en la práctica clínica, sin que esto implique necesariamente que aceptemos la discusión previa en torno a dichas virtudes. De hecho, también estamos interesados en ahondar en los aspectos teóricos que subyacen en el concepto y puesta en práctica de las virtudes. Tendremos en cuenta este asunto, aunque de manera sucinta, en los momentos y lugares apropiados. En el capítulo 2, abordaremos el espinoso problema de la relación de las virtudes con los principios y las obligaciones en medicina. En el capítulo 13, aplicaremos la ética de las virtudes a la medicina para mostrar cómo marca diferencias a la hora de abordar los dilemas actuales; para ello, analizaremos algunos casos prácticos. Y en el capítulo 14 discutiremos sobre el problema de si es posible enseñar las virtudes en medicina.

      Queremos considerar un conjunto de virtudes vinculadas con aquello de ser un buen médico. De este modo, nos situamos a mitad de camino entre la teoría y la práctica, como también lo hace la propia tarea médica. En mayor medida, adoptaremos el punto de vista tomista —un abordaje realista a la hora de explicitar las virtudes—, pero consideraremos selectivamente las reflexiones de otros pensadores, como ya hiciéramos en dos trabajos previos sobre la filosofía de la medicina. Este abordaje permite enriquecernos con la percepción de filósofos y teólogos diversos, e iluminar así, más en profundidad, unos u otros aspectos de la práctica médica.

      Por estas razones, este libro trata del renacido interés por la ética de las virtudes y, de forma específica, de su aplicación a la ética médica. Partimos de la tesis de que (1) la virtud es un elemento irrenunciable de la ética médica; (2) la ética de las virtudes ha de ser, sin embargo, redefinida, puesto que debe considerar la contribución de la ética analítica, también llamada de los dilemas; (3) las virtudes propias del buen médico provienen de la fusión de una ética de las virtudes particular y general; (4) como en otras profesiones y tareas sociales, en la práctica médica las virtudes derivan de la naturaleza propia de la medicina, como actividad humana que es; (5) el hecho de que las virtudes propias del médico deriven de los fines de la medicina previene las dificultades que siguen a una ética de las virtudes en exceso autónoma; (6) es necesario buscar una aproximación entre las éticas basadas en principios, obligaciones y virtudes, y (7) en alguna medida hay que vincular filosofía y psicología moral; es decir, el reconocimiento del bien con la motivación por hacer el bien.

      Se trata de ambiciosos proyectos filosóficos con implicaciones que van más allá de la ética médica. Sin embargo, nuestra atención se centrará en la ética médica, en la relación de sanación, en la fenomenología de esta relación y en cómo las características del buen médico son consecuencia de la naturaleza propia de la actividad médica. De modo habitual, dejaremos a la interpretación del lector las implicaciones que nuestro análisis pueda tener más allá del ámbito de la medicina. Baste decir que la medicina proporciona un verdadero paradigma para explorar la ética de las virtudes y la ética personalista, y la relación de estas dos con las otras teorías que ahora dominan el campo de la ética médica.

      Una vez sentadas estas bases, tendemos a aceptar la noción de que existe una naturaleza humana y de que esta naturaleza, en cuanto que se desarrolla física y socialmente, trasciende el tiempo y el lugar concretos, de modo que es posible elevar premisas desde ella. Entre estas premisas, aquellas que dan cuerpo a la propia medicina. Otras, obviamente, se han ido desarrollando en el ámbito de la ética a lo largo de siglos. Pero incluso aceptando que en el discurso moral existen esferas o tradiciones aparentemente irreconciliables, como señala MacIntyre, la suficiente homogeneidad entre los seres humanos y la actividad humana hace posible debatir, desde cada una de estas tradiciones, sobre los puntos de vista, las suposiciones, la lógica y la aplicación de sus perspectivas a otros sistemas de investigación moral. Finalmente, aunque reconocemos la contribución de la ética teológica —tanto a la ética médica como al debate en las deliberaciones morales—, la contribución que representa este trabajo se restringe a la argumentación filosófica, con la renuncia a recurrir a las Sagradas Escrituras, a la tradición religiosa o a la autoridad de la Iglesia.

      Este libro va dirigido a médicos, a filósofos atraídos por la teoría de las virtudes y, en general, al público instruido e interesado por la situación actual de la ética profesional. En el ámbito de la enfermería y otras profesiones sanitarias, se podrá percibir que mucho de lo tratado en este libro le es aplicable, por su analogía con dichas disciplinas. Como es lógico, habrá cuestiones éticas específicas de las distintas profesiones sanitarias que no serán examinadas. En nuestra opinión, es más apropiado que esto lo hagan los profesionales correspondientes y los especialistas en ética que trabajen en su cercanía. Ojalá nuestra reflexión sobre las virtudes en la práctica médica los estimule a una investigación similar en los campos de la enfermería, el trabajo social y demás ámbitos sanitarios.

      En estas páginas, animamos a reorientar la ética médica hacia la condición de persona de médico y paciente, y desde la más antigua aspiración de buscar el bien del ser humano. Con independencia de la teoría ética que uno profese (principialista, deontológica, casuística, emotivista, situacional o intuicionista), la persona, el agente moral, es un elemento siempre presente en desarrollo del acto moral. La virtud, las virtudes y la persona virtuosa son conceptos inevitables. Esperamos que este trabajo sirva para dejar esta idea bien asentada.

      I

      TEORÍA

      1

      TEORÍA DE LA VIRTUD

      LA MEDICINA ES UNA COMUNIDAD MORAL porque, de forma intrínseca, es una tarea moral y sus miembros se encuentran vinculados por un propósito moral común. Si esto es así, dichos miembros deben beber de una fuente de moralidad compartida, de un conjunto de reglas y principios fundamentales, o rasgos personales, que definan una vida moral acorde con los fines, objetivos y propósitos de la medicina. Durante siglos, esta fuente fue la propia persona del médico y, según la filosofía moral de cada época, la ética de las virtudes proporcionaba las bases conceptuales de la ética profesional. En tiempos más recientes, por razones que luego explicaremos sucintamente, la ética de las virtudes ha sido desplazada por la ética de los principios y de los deberes.

      En este capítulo, se analiza el concepto de virtud, su evolución en los períodos posmedieval y moderno y su reciente resurgimiento en la ética general y en la ética médica. En el siguiente capítulo, nos dedicaremos a las teorías éticas centradas en las virtudes, los principios y las obligaciones. Ambos capítulos constituyen los prolegómenos del grueso de esta obra, en la que se describen las virtudes más específicas de la medicina, el modo en que estas configuran los rasgos de carácter que el buen médico debe exhibir y la forma en que las virtudes moldean la práctica de la medicina.

       El concepto de virtud

      Podemos identificar cuatro períodos en la historia del concepto de virtud: