¿Determinismo o indeterminismo?. Claudia Vanney. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Claudia Vanney
Издательство: Bookwire
Серия: Razón Abierta
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9788418360039
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W. 1990. Escritos en torno a la libertad, el azar y el destino. Editado por C. Roldán. Madrid: Tecnos.

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      ALAN HEIBLUM1 - CLAUDIA E. VANNEY2

      En el capítulo 1 se ha señalado que el determinismo fue asociado a diferentes nociones en diversos periodos de la historia, como las de causalidad, ley de la naturaleza o predicción. Para ahondar en la comprensión del determinismo y del indeterminismo, en este capítulo asumiremos un enfoque complementario, que consistirá en examinar a qué se aplica el predicado determinismo. Es decir, nos preguntaremos si el determinismo es una característica de las teorías científicas, de nuestro conocimiento de los sistemas físicos o de la naturaleza. Veremos que esta nueva perspectiva conduce a reconocer la existencia de diversos tipos de (in)determinismos.

      Ante la pregunta sobre cuál es el sujeto del determinismo, la respuesta más inmediata habitualmente consiste en afirmar que el determinismo se predica de la naturaleza. En este sentido, sostener que «la naturaleza es determinista» equivale a decir que las únicas posibilidades son las que, de hecho, ya se han actualizado, se están actualizando o se actualizarán. William James, por ejemplo, explica: «¿Qué sostiene el determinismo? Sostiene que aquellas partes del universo ya establecidas fijan y sentencian absolutamente lo que serán las demás partes. El futuro no tiene posibilidades ocultas en su seno: la parte que llamamos presente es compatible solo con una totalidad. Es imposible cualquier otro complemento futuro al fijado desde la eternidad» (James 1897, 150).

      Pero considerar un determinismo de la naturaleza también alimenta una gran paradoja. Por un lado, como hemos señalado, en una naturaleza determinista todo está ya dado según un devenir inexorable. Por otro, importantes cuestiones de la experiencia humana —como la libertad— encuentran una mejor explicación en un contexto indeterminista.

      Ahora bien, si la experiencia de libertad es tan propia del ser humano, ¿por qué las teorías científicas presentan tan a menudo una comprensión determinista del universo? Esta primera pregunta conduce, además, a una segunda: ¿es el determinismo una característica de la naturaleza o es una consecuencia de la peculiar manera de objetivar la realidad según el método científico?

      En sentido propio, determinismo no indica una propiedad de la realidad, sino que describe una actitud intelectual (como liberalismo, socialismo o chauvinismo) por la que se atribuye a los eventos reales la característica de estar necesariamente determinados. En otras palabras, el determinismo sostiene que la evolución de los estados físicos del universo, considerada en su totalidad, no posee grado alguno de libertad: el mundo, como sistema dinámico, posee una única solución. La posición indeterminista, en cambio, resulta más difícil de precisar. El indeterminista podría aceptar que la solución del mundo sea única, pero negando que sea necesaria (propiedad que la filosofía clásica llama contingencia). Sin embargo, en las discusiones recientes lo más frecuente es identificar el indeterminismo con la simple negación del determinismo (Butterfield 2005).

      En este capítulo propondremos que el dilema «determinismo vs. indeterminismo» se esclarece cuando se admite que las afirmaciones sobre el determinismo tienen un alcance diverso dependiendo del contexto en el que se formulan. Es decir, el reconocimiento de esta diversidad conduce a distinguir diversas perspectivas en este debate, destacando la importancia de no hablar de determinismo o de indeterminismo, sino de determinismos o indeterminismos. Entre los diversos determinismos que distinguiremos, trataremos con especial detalle el determinismo de las teorías científicas, y señalaremos que este tipo de determinismo no tiene como sujeto ni a nuestro conocimiento (como el determinismo cognoscitivo), ni a la naturaleza (como el determinismo ontológico), ya que el determinismo de las teorías científicas se predica de las objetivaciones peculiares del conocimiento científico.

      1. EL DETERMINISMO DE LAS TEORÍAS FÍSICAS

      A comienzos del siglo XX fue bastante habitual considerar a las teorías físicas como un conjunto de enunciados articulados deductivamente, que constituyen un sistema axiomático. Desde esta perspectiva sintáctica, los elementos primitivos y las hipótesis de partida (leyes) de la teoría se adoptan sin demostración, y a partir de ellos es posible deducir un conjunto de enunciados singulares —consecuencias observacionales— que permiten el testeo empírico de la teoría (Klimovsky 1994). Por ejemplo: las nociones de espacio, tiempo, masa y fuerza son los elementos primitivos de la mecánica clásica, y las tres ecuaciones de Newton son sus leyes fundamentales; la teoría electromagnética añade a los elementos primitivos de la mecánica clásica la noción de carga eléctrica, siendo las cuatro ecuaciones de Maxwell, junto con la fuerza de Lorentz, las leyes fundamentales de la teoría; la termodinámica también asume los elementos primitivos de la mecánica clásica, pero añade a estos la noción de calor en lugar de la de carga, adoptando como leyes fundamentales los dos principios de la termodinámica; etc.

      Sin embargo, al asumir que las teorías físicas son sistemas axiomáticos es conveniente distinguir las dimensiones sintáctica y semántica. La dimensión sintáctica es el resultado de las relaciones formales entre los símbolos del sistema. La dimensión semántica, en cambio, se manifiesta en la interpretación del sistema axiomático mediante una correspondencia de cada símbolo con su referente.

      Los autores que adoptan una concepción sintáctica de las teorías científicas consideran que el determinismo es una característica del lenguaje científico, intentando deducirlo desde la estructura proposicional de las teorías físicas. Ernst Nagel, por ejemplo, sostiene que una teoría es determinista si y solo si el conjunto de proposiciones que especifican el estado del mundo en un instante t, junto con una serie de proposiciones nomológicas (leyes) obtenidas en la teoría, permiten obtener deductivamente proposiciones que caracterizan el estado del mundo en otro instante t’ (Nagel 1953). Es decir, para la concepción sintáctica, el determinismo no sería una característica de la realidad física, sino una consecuencia de la estructura del lenguaje teórico de la ciencia.

      La concepción semántica de las teorías científicas, en cambio, sostiene que ni las teorías son entidades lingüísticas, ni los recursos de un determinado lenguaje son instrumentos apropiados para individuar las teorías. Para los autores que defienden esta posición, la identidad de una teoría científica no depende de su particular presentación formal, sino que está dada por una colección de modelos que representan a los fenómenos (Suppe 1989). Así, una misma teoría puede utilizar diferentes formalismos, siempre que estos definan una misma clase de modelos. Desde esta perspectiva, Richard Montague propone una acepción semántica del determinismo: una teoría T es determinista si y solo si dos modelos cualesquiera de T que coinciden en un instante t0, coinciden para todo instante t (Montague 1974).

      En ambos casos, el determinismo de las teorías físicas se aplica a las ecuaciones dinámicas que