Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
Скачать книгу
nunca. En aquellos cuya vida está amenazada, se llama “deseo de vivir”. Para aquellos cuya identidad está amenazada, es el grito del individuo. Para algunos es la vocación de crear, y para otros la vocación de amar. Algunos se niegan a abandonar la esperanza y entregarse al cinismo. Otros lo llaman ética, moral, valores, y declaran que esa raya es la que nunca cruzarán. Es el grito que proclama: “Yo no venderé mi alma”.

      7.7 Regocíjate de que haya algo en este mundo que no negociarás, algo que consideras sacrosanto. Ese algo es tu Ser. Sin embargo, este Ser por el que sientes tanta estima que nunca renunciarías a él es precisamente aquello que debes estar dispuesto a dar libremente. Éste es el único Ser que contiene la luz de quien eres en verdad, el Ser que está unido con Cristo en ti.

      7.8 Es a este Ser a quien va dirigida esta llamada. Permite que sea escuchada y sostenida dentro de tu corazón. Guárdala gozosamente junto con aquello que ya ocupa tu corazón: el amor que has apartado y la parte de ti a la que no vas a renunciar. A medida que aprendas que aquello que des lo recibirás en verdad, verás que aquello que mora en tu corazón es lo único digno de que lo entregues y lo único que desearías recibir.

      7.9 Volvamos ahora a lo que desearías guardarte, para observar los efectos que ello tiene sobre ti y sobre el mundo que parece mantenerte separado. Ésta es, en efecto, la primera lección y la más genérica en lo que respecta a la reserva: el mundo no te mantiene separado. Tú te mantienes separado del mundo. Esto es lo que ha convertido al mundo en lo que es. Aquello que te reservas permite que rija la ilusión y que la verdad esté guardada bajo llave en una cámara acorazada, tan impenetrable desde hace tanto tiempo que la has creído olvidada. No te has dado cuenta de que la cámara acorazada es tu propio corazón, ni de que la verdad es lo que has elegido mantener seguro y apartado ahí. Cuando llegues a creer que esto es así, y que aquello que des lo recibirás en verdad, abrirás de par en par las puertas de esta cámara de seguridad, y toda la dicha que te has negado, retornará. Un poderoso viento barrerá tu corazón y provocará un gran intercambio, así como la liberación de todo el amor que le has negado al mundo. Fluirá en todas las direcciones y no dejará ni un rincón del universo sin tocar. En un instante sobrevendrá lo eterno. La muerte será un sueño en el momento en que el viento de la vida, reunido consigo mismo, sople desde direcciones que están más allá de toda dirección, e insufle el hálito de la vida en aquello que ha estado durante tan largo tiempo encerrado. Después, vendrá una brisa suave que ya nunca más te abandonará, mientras la vida respirará en unidad.

      7.10 Aquello que te reservas adopta muchas formas que, sin embargo, no son sino los efectos de la misma causa que mantiene la verdad separada de la ilusión. Donde haya llegado la verdad, ya no habrá ilusión. La verdad no precisa tu protección, pues la verdad llevada ante la ilusión ilumina la oscuridad con su luz y la hace desaparecer.

      7.11 Sólo hay dos formas de reserva: aquello de ti que le niegas al mundo, y aquello del mundo que te guardas para ti. Un agravio, por ejemplo, es algo que has elegido para ti, una parte de una relación que has disgregado y que observas con desprecio y superioridad moral. No te das cuenta de que eliges esta forma de reserva a veces decenas, o incluso cientos de veces al día. Una llamada telefónica no devuelta, un atasco en la carretera, una palabra áspera, un recado olvidado… todo ello pueden ser ofensas que te guardas y te niegas a soltar. Ya al comenzar el día, puede que tengas varias de estas ofensas en la mente, donde las conviertes en motivos para seguir acumulando reservas. Ahora cuentas con un pretexto –o varios– para tener un mal día. ¿Por qué habrías de darle algo a alguien cuando el día ya te ha tratado tan mal? Te reservas incluso las sonrisas, porque has elegido anteponer los agravios al amor.

      7.12 Es posible que decidas hablar de tu mal día con aquellos que te encuentres, y si te muestran una medida adecuada de comprensión, puede que consideres que has recibido algo a cambio de los resentimientos que llevas contigo. Si resulta que lo que se ha intercambiado es de igual valor, tal vez incluso los sueltes. Sin embargo, una respuesta poco comprensiva simplemente se añade a tu lista de ofensas, hasta que el peso de la carga que llevas termina siendo más de lo que puedes soportar. Ahora buscas a alguien sobre quien puedas descargar el peso que llevas, con la esperanza de que puedas traspasar tus ofensas en bloque a otra persona. Si lo consigues a través del enfado, el despecho o la mezquindad, te sientes culpable y te retraes aún más en tu propio sufrimiento.

      7.13 De lo que no te das cuenta es de que cada situación es una relación, incluso aquellas tan simples como una llamada telefónica no devuelta o un atasco. Te relacionas con alguien o con algo en cada situación en la que te encuentras, y lo que tienes contra ellos es lo que reservas para ti. Te has llevado una parte de ellos y te la guardas de manera poco amable, no para unir sino para separar. Totalmente inconsciente, tú también eres objeto de estos caprichos de tus hermanos y hermanas, por lo que a veces partes de ti quedan desperdigadas aquí y allá. Sabes que están perdidas sin saber cómo se produjo la pérdida ni dónde puedes recuperar las partes que faltan, y sin saber que puedes prevenir toda pérdida siendo uno. Lo que está unido no puede ser partido ni desperdigado, sino que ha de permanecer íntegro. Lo que está unido reside en paz y no conoce la ofensa. Lo que está unido mora intacto en el amor.

      7.14 Hay otra manera en la que te reservas partes de las relaciones para ti. En este caso, la reserva no se produce en forma de agravio, sino en forma de ser especial. Te reservas algo para hacerte especial, siempre a expensas de otro. Todos tus esfuerzos por ser mejor que tus hermanos y hermanas son así: toda competición, toda envidia, toda codicia. Todas ellas están relacionadas con la imagen que tienes de ti mismo y con tus esfuerzos por reforzarla. Es tu deseo no de ser inteligente, sino de ser más inteligente que tu compañero profesional. Es tu deseo no de ser generoso, sino de ser más generoso que tu pariente. Es tu deseo de ser más rico que tus vecinos, más atractivo que tus amigos, de tener más éxito que el hombre promedio, que la mujer promedio. Compites no sólo con otras personas sino con grupos y naciones, con equipos y organizaciones, con religiones, y con vecinos y familiares. Es el deseo de tener razón, de tener el control, de tener más, o de ser más. Es la vida basada en la comparación de la ilusión con la ilusión.

      7.15 Tú no consideras que esto sea reservarte algo. Sin embargo, apropiarte de algo a expensas de otro, lo es, y en vuestro mundo no sabéis apropiaros de algo sin negárselo a otro. Ahora habéis creado la situación en la que os reserváis vuestra inteligencia, no vaya a ser que otros lucren con ella. Queréis que vuestra inteligencia se conozca y se reconozca, pero que se conozca y se reconozca como vuestra. Si alguien quiere la inteligencia que tú puedes ofrecer, algo tiene que dar a cambio. Lo que exiges puede variar desde la admiración hasta el dinero, pero es todo lo mismo, y la exigencia siempre existe. Es el rescate que insistes que hay que pagar, el homenaje que consideras que se te debe rendir, sin lo cual te reservarás lo que tienes. Y agradeces estas cosas por las que puedes pedir rescate al mundo, pues sin ellas serías tú quien habría de pagar.

      7.16 Éstos son ejemplos de lo que guardas del mundo para ti. ¿Y las cosas tuyas que le niegas al mundo? En realidad, ambas categorías son similares, pues aquello que guardas apartado de los demás, aquello por lo que pides un rescate y que no entregas libremente, tampoco lo puedes usar tú. Esas ideas que vas guardando, esa creatividad de la que sólo tú sacarías provecho, esa riqueza que acumularías… son cosas tan inútiles cuando se guardan para ti solo como lo serían si no existieran. No te conducen a la verdad ni a la felicidad; no pueden comprar el amor ni el éxito que buscas. Lo que le niegas al mundo, te lo niegas a ti mismo, porque no estás separado del mundo. En cada situación, lo que pretendas guardar es lo que no vas a tener, porque es sólo a ti mismo a quien se lo niegas.

      7.17 Ahora debemos volver a la relación y corregir cuanto antes cualquier idea errónea que tengas, en especial las que podrían hacer que esto parezca un asunto baladí, o un asunto específico, no susceptible de generalización. Toda relación existe en la totalidad. Los pequeños ejemplos utilizados antes pretendían ayudarte a reconocer la relación en sí misma, la relación como algo distinto de los objetos, las personas o las situaciones con las que te relacionas. Ahora corresponde desarrollar esta idea.

      7.18 Ampliar tu visión de lo específico a lo genérico es una de las tareas más difíciles del programa de estudios. Será fácil ver por qué esto es así cuando reconozcas hasta qué punto