Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
Скачать книгу
tu mente a una idea, tu cuerpo a un trabajo, tus días a actividades que no te interesan ni te satisfacen. Aceptas lo que te pagan dentro de ciertos límites que tú has fijado; cuentas con que determinados logros conlleven cierto grado de prestigio; aceptas que es necesario realizar determinadas tareas para sobrevivir. Esperas que en estos ámbitos haya cierta equiparación entre lo que das y lo que recibes a cambio. Esperas que tu esfuerzo produzca resultados, que la cena que has preparado se coma con gusto, que tus ideas sean consideradas inspiradas. Pero no cuentas con ello. De hecho, a menudo supones lo contrario, y agradeces cada reconocimiento que el mundo te brinda por la forma en que pasas tus días. Porque eso es lo que haces, pasar los días, y pronto se irá agotando el número limitado de días que hay reservados para ti, y morirás. “La vida no es justa, ni tiene por qué serlo” –proclamas– “pero el amor es otra cosa”.

      4.18 En esto estás en lo cierto, pues el amor nada tiene que ver con tu imagen de la vida, y en nada se asemeja a la forma en que pasas los días ni a la manera en que éstos han de terminar. El amor es lo único que se mantiene aislado en tu percepción de lo que haces aquí. Crees que al estar aislado de esta manera, el amor tiene poco que ver con otras áreas de tu vida. Se ve como una cosa personal, como algo que otra persona te entrega de una manera especial sólo a ti, y que tú le entregas a ella. Tu vida amorosa nada tiene que ver con tu vida laboral, con los asuntos que atañen a la supervivencia, con tu capacidad de triunfar, con tu estado de salud ni con tu bienestar general.

      4.19 Incluso tú, que no reconoces qué es el amor, proteges lo que llamas amor de las ilusiones que has construido.

      4.20 Una cosa que está aislada de la locura del mundo nos resulta útil ahora. Tal vez no sea lo que es el amor, pero lo que es el amor te ha guiado en tu decisión de aislar el amor de lo que llamas “el mundo real”, de aquello que en realidad es la suma total de lo que tú has fabricado. El mundo que tanto esfuerzo te cuesta navegar es aquello que tú has hecho de él, un lugar en el que el amor no tiene cabida y en el que, en verdad, no entra. Pero el amor ha entrado en ti, y no te abandona, así que tú tampoco debes tener un lugar en este mundo que has fabricado, sino que debes tener otro lugar en donde estés en tu casa y donde puedas morar en presencia del amor.

      4.21 Algunos afortunados habéis construido dentro de vuestro mundo un lugar que se parece al hogar. Es el lugar donde guardáis el amor bajo llave, detrás de puertas cerradas. Es adonde regresáis tras vuestras incursiones en el mundo que habéis fabricado, y al entrar creéis que dejáis la locura del mundo afuera. Aquí os sentís seguros, rodeados de vuestros seres queridos. Aquí compartís las aventuras del día, encontrando sentido hasta donde podéis y omitiendo el resto, y aquí recuperáis las fuerzas necesarias para volver a salir por esa puerta al día siguiente. Os pasáis la vida con la intención de retiraros a este lugar seguro, de amor, que habéis construido en un mundo de locura, y confiáis en que viviréis para ver el día en el que podréis dejar atrás la locura, y en que seguiréis encontrando amor tras las puertas que tantas veces habéis atravesado en un viaje dedicado a ganaros el derecho de no tener que volver a dejar ese espacio seguro.

      4.22 Hay quienes llaman egoísta a una vida así, y se preguntan cómo los moradores de ese sueño, a medias feliz, han obtenido el derecho de dar la espalda al mundo, aun durante las pocas horas en las que fingen poder hacerlo. Hay quienes sólo están dispuestos a aceptar, en sí mismos y en los demás, una interacción a fondo con el mundo de locura. Son los airados, que quieren exigir que otros lleven consigo a la locura el amor que tienen, para asumir la responsabilidad del embrollo que se ha hecho, para intentar restablecer orden en el caos, para hacer cualquier cosa que les permita sentirse menos solos ante lo que les muestra su enojo. El amor, dicen los airados, no se puede aislar, por lo que no sienten amor, y tampoco lo ven. Y sin embargo, también ellos reconocen el amor como lo que es cuando gritan: “Tú no puedes tenerlo mientras estas otras personas no lo tienen. No puedes guardarlo para ti, habiendo tantos necesitados”.

      4.23 Dondequiera que miras, hallas pruebas de la diferencia del amor. Esa diferencia es tu salvación. El amor no se parece a nada de lo que ocurre aquí. Por eso se han construido los lugares en los que rendís culto al amor: vuestros sacramentos protegen la santidad del amor y vuestros hogares albergan a vuestros seres más amados.

      4.24 De este modo, tu percepción del amor te ha preparado para aquello que es el amor. Pues dentro de ti se encuentra el altar para tu culto, dentro de ti se ha protegido la santidad del amor, dentro de ti mora el Anfitrión que ama a todos profundamente. Dentro de ti está la luz que te mostrará qué es el amor y que dejará de mantenerlo aislado de la vida. El amor no puede traerse al mundo de la locura ni el mundo de la locura puede llevarse ante el amor. En cambio, el amor permitirá que veas un mundo nuevo, un mundo en el que podrás morar en la presencia del amor.

      4.25 Toma todas las imágenes que has hecho del amor aislado y extiéndelas al exterior de las puertas del amor. ¿Cuán diferente sería un mundo de amor para quienes cierran sus puertas al mundo? ¡Cuán vasto sería el alcance del mundo de amor que podrían extender, una vez que el amor se hubiera unido al mundo! ¡Qué poca necesidad tendrán los airados de persistir en su enojo cuando el amor se haya unido al mundo! Pues el amor efectivamente se une al mundo, y es en esta unión, tan sagrada como él, donde mora el amor.

      4.26 El mundo no es sino un reflejo de tu vida interior, la realidad que todas tus estrategias y defensas no ven y para la cual no te han preparado. Te preparas para todo lo que ocurre fuera de ti, y no para lo que ocurre dentro. Sin embargo, es la unión que ocurre en tu interior la que produce la unión de todo el mundo, para que todo el mundo la vea. Esta unión del mundo en tu interior no es sino tu reconocimiento de aquello que es el amor, protegido y a salvo dentro de ti y de tu hermano, al uniros en verdad. No pienses que esta unión es una metáfora, una serie de palabras agradables que te consolarán si les haces caso, un sentimiento más en un mundo donde las palabras bonitas reemplazan aquello que quieren decir. Esta unión es la meta que buscas, la única meta digna de la llamada del amor.

      4.27 Esta meta se aísla de todas las demás, al igual que se aísla el amor aquí. Es una meta que no atañe a lo que percibes como un mundo sin amor. No guarda relación con el mundo que te rodea, pero sí con el mundo interior, donde en presencia del amor los mundos exterior e interior se transforman en uno y dejan fuera de tu visión el mundo que has visto y que has llamado tu hogar. Este mundo extraño, donde te has sentido tan solo y asustado, perdurará un poco más, donde ya no pueda aterrorizarte, hasta que al final se desvanecerá en la nada de donde vino, mientras un nuevo mundo emergerá para ocupar su lugar.

      CAPÍTULO 5

      5.1 El Cristo en ti es completamente humano y completamente divino. Al ser completamente divino, nada le es desconocido. Al ser completamente humano, todo se ha olvidado. Así es que comenzamos a reaprender lo conocido como el Uno que ya posee todo. Es esta unión de lo humano y lo divino la que anuncia la presencia del amor, mientras va desapareciendo todo lo que te ha causado miedo y dolor, y vuelves a reconocer lo que es el amor. Esta unión de lo humano y lo divino es aquello en lo que consiste tu propósito aquí, el único propósito digno de tu pensamiento.

      5.2 Tú, que has llenado tu mente con divagaciones sin sentido y pensamientos que no piensan en nada que sea real, alégrate de que haya una manera de acabar con este caos. El mundo que ves es un caos y no se puede confiar en nada de lo que contiene, incluidos tus pensamientos. Por esta razón es necesario consagrarlos de nuevo y dedicarlos al único propósito digno de tu pensamiento: el propósito de la unión con tu verdadero Ser, Cristo en ti.

      5.3 Ya lo he dicho antes: es sólo a través de la unión conmigo que aprendes, porque es sólo en unión conmigo que eres tu Ser. Ahora debemos expandir tu comprensión de la unión y de la relación, así como tu comprensión de mí.

      5.4 La unión es imposible sin Dios. Dios es unión. ¿Acaso no parece esto lo mismo que decir que Dios es Amor? El amor es imposible sin unión. Lo mismo ocurre con la relación. Dios crea toda relación. Cuando piensas en la relación, piensas en una relación y después en otra. La que compartes con este amigo o con este otro, con tu esposo o esposa, con tu hijo, con el empresario para el que trabajas, con tu padre o tu madre. Al pensar en estos términos concretos, has perdido el significado