Calidad de vida en la vejez. María Eumelia Galeano Marín. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: María Eumelia Galeano Marín
Издательство: Bookwire
Серия: FCSH Investigación
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789585526594
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alarmante en el que, para el 2020, el porcentaje de menores de 15 años será prácticamente igual al de personas mayores, lo que indicaría que por cada niño menor de 15 años habría un viejo en la ciudad.34

      En Colombia, el incremento de personas mayores será de un 12,4 % y los menores de 15 años perderán un 25 % en 100 años, igualándose ambos grupos en el año 2040. En Antioquia, en el año 2015, más de uno de cada diez antioqueños era mayor de 60 años; por su parte, en Medellín en el año 2020 dos de cada cinco medellinenses serán mayores de 60 años.35

      TABLA 1.

      Aspectos demográficos del envejecimiento en Latinoamérica, Colombia, Antioquia, Medellín. Distintos años.

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      Fuentes: *CELADE, tablas de población de la CEPAL, revisión 2013. **DANE. Estimaciones de población 1985-2005 y proyecciones poblacionales 2005-2020. Bogotá: DANE.

      a. Cardona, Segura, y Garzón, Situación de salud.

      b. Ibid.

      Por último, vale la pena decir que, mientras que en el departamento de Antioquia el índice de envejecimiento es de 40,3 % para el año 2014, y la esperanza de vida es de 74 años, en la ciudad de Medellín, a 2014, es del 80,4 % y la esperanza de vida es de 77 años.36

      No solo hay mayor número de viejos en las sociedades latinoamericanas, también se envejece distinto en términos de salud. Sin duda alguna, el envejecimiento constituye un éxito de la salud pública y de un mayor ejercicio de los derechos. La expectativa de vida ha venido aumentando en la mayoría de los países, principalmente debido a la acentuada disminución en la mortalidad prematura por infecciones y enfermedades agudas, además de la mejora en las condiciones sanitarias, habitacionales, nutricionales, médicas, de vacunación y control de infecciones. En torno a esto, comienzan cambios propios de la transición epidemiológica, término que se expresa fundamentalmente en el cambio de perfil de morbilidad y mortalidad, y según causas y grupos de edad.37

      Latinoamérica y el Caribe se caracterizan por contar con una alta incidencia tanto de enfermedades transmisibles, como de enfermedades no transmisibles, una ruptura del principio unidireccional transicional, una transición prolongada y una heterogeneidad entre grupos sociales, según el área geográfica de cada país y entre los diferentes países. Un ejemplo de esto se observa en países como Uruguay, Costa Rica, Cuba y Chile –con proporciones de defunciones por enfermedades transmisibles inferiores al 10 %–, contraponiéndose con países con una proporción superior al 30 %, como Perú, el Estado Plurinacional de Bolivia, Guatemala y Haití, con 54 % de defunciones por enfermedades transmisibles. Con respecto a la esperanza de vida, se aprecia que disminuye de acuerdo con el lugar donde se encuentran en el ciclo de la transición demográfica, es decir, los países menos avanzados cuentan con una esperanza de vida menor.38

      Otro elemento distintivo es la variabilidad en la contribución de las causas accidentales y violentas. En el caso de la República Bolivariana de Venezuela y de Colombia, por ejemplo, la proporción de defunciones por causas relativas a este grupo es respectivamente del 20 y 27 %. Entre las primeras causas de muerte para la región de Latinoamérica y el Caribe se encuentran las enfermedades isquémicas del corazón (10,9 % del total de defunciones), las enfermedades cerebro vasculares (8,2 %) y las condiciones perinatales y diabetes mellitus (5,0 % cada una). Estos datos dejan ver cuales son los desafíos que la región enfrenta, dinámicas típicas de un contexto “moderno”.39

      Al relacionar el tema de la mortalidad con las transiciónes demográfica y epidemiológica, el caso de Colombia, en términos de morbilidad y mortalidad en las personas mayores, presenta otros datos interesantes a analizar.

      En términos de morbilidad, para el año 2011 se registraron 2.622.040 atenciones a personas mayores en Colombia, de las que el 83,9 % fueron en consulta ambulatoria, 9,5 % en urgencias y 6,4 % restante en hospitalización. En este ciclo vital, se ven reflejadas enfermedades crónicas, encabezando la lista como los de mayor frecuencia diagnósticos de hipertensión esencial, diabetes mellitus y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En el servicio de consulta, respecto a la hipertensión esencial y a las infecciones de vías urinarias, las mujeres tienen un porcentaje mayor que los hombres. Sin embargo, la relación se invierte cuando se trata de EPOC, el cual fue 30 % más frecuente en los hombres que en las mujeres.40

      En cuanto a la mortalidad en las personas mayores, las enfermedades del sistema circulatorio aportan alrededor de un 40 % del total de fallecimientos para este período, cuando se desagrega este porcentaje se evidencia que las enfermedades isquémicas del corazón alcanzaron tasas de 585 muertes para el 2008, 542 en el 2009 y 560 en el 2010 por cada 100.000 personas mayores. Las enfermedades cerebrovasculares e hipertensivas ocuparon el segundo y tercer puesto dentro de este gran grupo.41

      En Colombia, las personas en edades avanzadas sufren con mayor frecuencia enfermedades como hipertensión, alergias, artritis, enfermedades del corazón, enfermedades pulmonares, diabetes, enfermedades respiratorias, enfermedad cerebral, enfermedad renal crónica, cáncer y Alzheimer, siendo las mujeres las más diagnosticadas por hipertensión y artritis, y los hombres por enfermedades del corazón y neumonía.42

      La ciudad de Medellín presenta un perfil epidemiológico mixto, caracterizado por la alta frecuencia de enfermedades infecciosas en la infancia, relacionadas con el proceso reproductivo entre la segunda y cuarta década –propio de los países en vías de desarrollo y pirámides demográficas de base ancha–, junto con una alta frecuencia de enfermedades crónicas en la última etapa del ciclo vital, eventos que ocurren en los países desarrollados y que tienden a incrementarse.43

      Las principales causas en atenciones de salud presentadas en el servicio de consulta externa para personas mayores de 60 años en la ciudad de Medellín, para los años 2010-2011, fueron: hipertensión arterial, con 817.8 casos por cada 1.000 habitantes, y diabetes mellitus, que se presentó en 215.4 casos por cada 1.000 habitantes. Por sexo, la cifra varió en hipertensión esencial. En mujeres mayores de 60 años se presentaron 925.6 atenciones en consulta externa, a diferencia de los hombres, con 665.8 atenciones por cada 1.000 hombres mayores de 60 años.

      En Medellín, por diabetes mellitus se presentaron 237.8 casos en mujeres mayores de 60 años y 183.9 casos en hombres mayores de 60 años por cada 1.000 habitantes. En el servicio de urgencias, las principales atenciones registradas de personas mayores de 60 años son las descritas en el CIE10 como “otros” síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte. Como segunda causa fueron los traumatismos en regiones del cuerpo, seguido de dolor abdominal y pélvico. Las principales causas por hospitalización en adulto mayor fueron “otros síntomas”, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio no clasificados en otra parte, correspondientes al 8,9 % del total de hospitalizados. La segunda causa fue bronquitis y otras enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, que fueron el 8,8 %, y en tercer lugar la neumonía, con un 6,4 %.44

      La tasa de mortalidad de la persona mayor de 60 años en Medellín, para los períodos 2005 al 2010, se comportó así: en el 2005 representó el 3,4 % de las muertes con respecto al total de adultos para dicho año, proporción que se mantuvo hasta el año 2008; para el 2009 registró una disminución de las muertes al 2,5 % (7.510) y en el 2010 el porcentaje aumenta en una décima, siendo 7.983 muertes para ese año. El patrón de comportamiento de la tasa específica de mortalidad de la persona mayor, en el año 2006, fue de 35,1 muertes por cada 1.000 habitantes mayores de 60 años, en los años 2007 y 2008 murieron 34.4 personas adultas por cada 1.000 habitantes. Entre los años 2006 y 2010 se redujo el riesgo de morir para esta población adulta, al pasar de 35 a 26 por 1.000 habitantes adultos mayores.

      La causa básica de mortalidad de las personas mayores, en el período