Y es que, tanto para el sector público como para la empresa privada, el conocer cómo ocurre el proceso de envejecimiento y cómo afecta la calidad de vida de las personas, de manera real y precisa, se convierte en una estrategia para enfrentar los retos generados por el acelerado envejecimiento poblacional, el cual implica preguntas como por ejemplo: ¿cómo promover que las personas mayores sigan siendo independientes y activas a medida que envejecen?, ¿cómo mejorar la calidad de vida de las personas mayores?, ¿cómo reconocer y promover el papel tan importante que desempeñan los viejos en el cuidado de otros?, ¿cómo trazar políticas de promoción y prevención de la salud dirigidas a las personas mayores?, ¿cuáles son las transformaciones que deben realizar los sistemas empresariales ante el incremento de esta franja poblacional?, ¿cómo lograr un nivel de corresponsabilidad equilibrado entre el Estado, la empresa privada, la sociedad, la familia y el individuo, para el cuidado de las personas mayores que requieren asistencia?, ¿de qué manera el aseguramiento individual, a través de seguros de vida y/o de salud, es una alternativa para mejorar la calidad de vida de las personas mayores?
Desde la Universidad de Antioquia se ha apostado por el trabajo con este segmento creciente de personas en edades de prejubilación y mayores de 60 años, y, teniendo en cuenta que en el medio no existen muchos antecedentes investigativos en torno a la calidad de vida de las personas mayores, se ha reconocido la necesidad de comprender el fenómeno, describirlo y consolidar estrategias metodológicas que permitan comparar, conocer y comprender a las personas mayores.
Para esto, se ha acordado, desde la Línea de Investigación Envejecimiento y Trabajo, abordar esta tarea en conjunto con los diferentes actores, entidades gubernamentales, organizaciones sociales y la empresa privada, consolidando sinergias sociedad-empresa-academia que producen un diálogo y un trabajo mancomunado hacia una comprensión más amplia y realista del fenómeno del envejecimiento. Esta primera publicación es fruto de un convenio entre la Universidad de Antioquia, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, y Suramericana S.A., que financió y acompañó el desarrollo de este estudio.
Siguiendo esta línea de trabajo y con la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el envejecimiento activo como marco general, que invita a cambiar viejos paradigmas negativos de la vejez y mirar otras posibilidades de envejecimiento, además de descubrir de nuevo las bondades de la edad, se presenta el libro Calidad de vida en la vejez, el cual busca realizar una reflexión sobre la pregunta por la calidad de vida de las personas mayores en Colombia y proponer una metodología de abordaje para su caracterización.
Así está estructurado el texto: en el primer capítulo se conceptualiza y contextualiza la calidad de vida en el proceso de envejecimiento y vejez, subrayando esta como un proceso vital; se presenta la situación actual del envejecimiento en términos demográficos y se señalan los indicadores globales del envejecimiento. Seguidamente, se presenta el contexto de la calidad de vida en el envejecimiento y la vejez en Colombia, haciendo un análisis específico de la calidad de vida en Medellín.
El segundo capítulo se ocupa de mostrar por qué la calidad de vida en la vejez es un problema de investigación importante, cómo la construcción de indicadores de calidad de vida en la vejez se convierte en un reto multidimensional y cómo se podrían definir indicadores de caracterización de calidad de vida, a partir de los determinantes del envejecimiento activo propuestos por la oms. Se describe entonces cada uno de los determinantes del envejecimiento activo y se presenta una reflexión teórica sobre los mismos.
En el tercer capítulo se plantea la necesidad de construir una metodología ágil de caracterización de la calidad de vida de las personas mayores, que pueda ser aplicada al contexto colombiano. En este capítulo, se subrayan también elementos importantes en torno a la ética en investigación con personas adultas mayores.
Finalmente, se desarrolla un apartado final con conclusiones y líneas de recomendación. Para terminar, es necesario volver a señalar que este texto es producto de un trabajo interdisciplinario y mancomunado entre la academia, los actores sociales y Suramericana S.A., que marca un hito en este tipo de investigaciones y que demuestra las potencialidades que este tipo de relaciones tiene para transformar nuestra sociedad en una donde nosotros y los que nos siguen podamos desarrollar una buena vida y un buen envejecer.
Capítulo 1. Vejez, envejecimiento y calidad de vida
Hablar de envejecimiento, vejez y calidad de vida en el ámbito de las sociedades modernas es una tarea que requiere aclarar y definir algunos conceptos. Es importante delimitar dos niveles de discurso cuando se habla de vejez y envejecimiento: uno general, que trata de las sociedades, y otro particular, que se refiere a los individuos. Para los dos ámbitos, el término vejez es una categoría descriptiva de un estadio del ciclo vital y el envejecimiento se centra en la descripción de un proceso. Esta aclaración facilita la comprensión de la propuesta aquí planteada para describir el envejecimiento con calidad de vida.
Desde los tiempos de la Grecia antigua se ha ofrecido a Occidente una comprensión particular sobre la multitud de actitudes y cambios de roles, atributos y expectativas de las personas mayores, a través de los diferentes modelos culturales que jerarquizaban las edades del individuo y las capacidades propias de cada edad.1 En la antigüedad clásica, la vejez era concebida desde dos visiones filosóficas. Por un lado, una completamente negativa representada por Aristóteles, quien señalaba que la senectud era sinónimo de deterioro y ruina, y por Séneca, quien afirmó que la vejez era una enfermedad incurable. La otra visión era la de Platón y Cicerón, y planteaba que la vejez traía consigo el dominio de las pasiones y que el viejo era respetado en tanto mantenía su autoridad y el respeto sobre los suyos. Ciertamente, Aristóteles y Séneca presentaban una imagen negativa de la persona mayor, destacando a estas personas como dignas de compasión social y calificándolas como personas desconfiadas, inconstantes, egoístas y cínicas.
A diferencia de Aristóteles, Platón expuso en La República2 diferentes aspectos positivos del envejecimiento, adoptando una postura de respeto y de elogio hacia la vejez. Cicerón, en su De senectute,3 defendió la vejez y las capacidades intelectuales de las personas mayores, describiéndolas como personas dignas, que pueden alcanzar la prudencia, la discreción, la sagacidad y el juicio.
Estas visiones filosóficas han participado en la construcción de representaciones sociales y estereotipos, tanto positivos como negativos, que hoy en día se tienen de la vejez, debido a que han dotado de sentido el papel que las personas mayores han tenido en la sociedad.
Hoy en día prevalecen algunas visiones negativas de la vejez, dándosele más peso a las nociones de belleza, salud y eterna juventud, que se convierten en la base de los valores de nuestra época; sin embargo, empiezan a emerger nuevas visiones positivas de la vejez.
En las sociedades modernas, se concibe que desde que se nace envejecemos y que el envejecimiento individual es aquel proceso natural, lento y paulatino que viven los seres humanos, desde el nacimiento hasta su muerte.4 El envejecimiento constituye un proceso fisiológico, que comienza desde la concepción y que, para la oms, se caracteriza por el deterioro progresivo y generalizado de las funciones, lo que produce una pérdida de respuesta adaptativa al estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la edad.5
El envejecimiento es, pues, el proceso de acumulación de eventos que progresivamente aumentan la probabilidad de morir y está relacionado con un declive progresivo, con la edad, con un deterioro de las funciones fisiológicas, procesos específicos inevitables e irreversibles relacionados con la edad, que aumentan