La adquisición del sistema verbal español por aprendices alemanes y el papel del aspecto gramatical. Tim Diaubalick. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Tim Diaubalick
Издательство: Bookwire
Серия: Language Development
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9783823301363
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Equivalente al aspecto durativo en la terminología de Verkuyl (2002) Englobando a las clases vendlerianas de estados y actividades sujeto a variaciones interlingüísticas determinado por los medios morfosintácticos de una lengua dada subdivisión binaria, oposición más relevante concierne a la (im)perfectividad Aspecto perfectivo Presenta el evento en su totalidad Evento como objeto singular Visión desde fuera Caso especial: aspecto perfecto ⇒ estrecha relación con el presente Aspecto imperfectivo Acciones habituales o continuas Evento presentado en su progreso Visión desde dentro Fenómenos de coerción Posibilidad de interacciones entre los dos niveles aspectuales Una forma morfosintáctica dada puede forzar una reinterpretación necesaria del aspecto léxico Esta influencia mutua tiene lugar en la Forma Lógica, la interfaz entre sintaxis y semántica

      Tabla 1:

      Terminología usada a continuación

      4 La expresión del pasado en distintas lenguas

      Las distintas posbilidades de cómo las categorías de tiempo y aspecto son integradas en las gramáticas llevan a una gran variación observable en las distintas lenguas (Dahl 1985). Cabe recordar que el concepto del aspecto como fenómeno lingüístico tiene su origen en las lenguas eslavas (Binnick 1991, Klein 2009, compárese →4.1). Estas lenguas, no obstante, se caracterizan por unas propiedades que las distinguen claramente de otros idiomas. Por ejemplo, el marcaje de la habitualidad y la perfectividad no se excluyen mutuamente (Comrie 1976: 31). En ruso, por ejemplo, el tiempo se marca con sufijos flexionales, mientras el aspecto se produce por la co-aparición de dos paradigmas separados de cada verbo, tradicionalmente clasificados como formas perfectivas e imperfectivas. Aspecto y tiempo, por lo tanto, representan conceptos nítidamente disociados1 (Borik et al. 2004: 22). También en cuanto al aspecto léxico, las lenguas eslavas funcionan de manera diferente –por ejemplo, no se observa una interdependencia entre la definitud de los determinantes y la telicidad (Díaz et al. 2008: 495, Slabakova 2001: 82).

      Ante este fondo, no sorprende que el mismo término no se pueda aplicar de manera fácil o evidente a otros sistemas (recuérdese →4.2.2).

      La función de esta sección es la de describir las notables diferencias tanto entre varias familias lingüísticas como dentro de las mismas. Por ejemplo, a pesar de que tanto las lenguas románicas como las germánicas pertenecen al grupo de las lenguas indoeuropeas, la manifestación concreta de la aspectualidad es muy distinta.

      4.1 Generalidades de las lenguas románicas

      Una propiedad compartida por todas las lenguas románicas es su diferenciación consistente entre dos formas competitivas de expresar el pasado. Adaptando una visión panrománica, pueden llamarse pretérito perfecto simple (esp. canté, it. cantai, fr. je chantai, pt. cantei) y pretérito imperfecto (esp. cantaba, it. cantavo, fr. je chantais, pt. cantava). Ambos pertenecen al grupo de los tiempos simples, donde se agrupan con el presente y el futuro sintético. De estos, solo el último es un invento románico, mientras que los tiempos del pasado simples descienden de manera directa de la lengua latina, en la que competían las formas CANTĀVI y CANTĀBAM.

      Mientras que el imperfecto se usa para describir un plano inactual, el perfecto se caracteriza por su anterioridad en relación con el momento del habla (Coseriu 1976, Giorgi & Pianesi 1997). Debido a estas características, ambos tiempos verbales coinciden en su posibilidad de referirse al pasado. El imperfecto describe hábitos, acciones continuas y estados, y por lo tanto puede asociarse con el aspecto imperfectivo; el perfecto en cambio alude a eventos completados, y consiguientemente marca el aspecto perfectivo (Zagona 2007). Debido al hecho de que los términos del aspecto gramatical se originaron en el ámbito de las lenguas eslavas, sin embargo, su aplicación a las lenguas románicas no se presenta de manera evidente (Binnick 1991, Klein 2009: 52). En la sección 4.2.2 se ejemplificarán distintos modelos de explicación aplicados a la lengua española.

      Según Coseriu (1976), la oposición entre los dos tiempos puede explicarse a través de distintas perspectivas: con el imperfecto, el hablante adopta una perspectiva paralela a la acción, y la contempla desde el interior en su progreso. El perfecto, en cambio, ilustra la perspectiva no-paralela, y ve la acción desde fuera en su compleción (Coseriu 1976: 94). Explicaciones similares se encuentran en obras de la Gramática Cognitiva (Doiz Bienzobas 2002, 2013, Jansen 2013, López García 2005).

      Al contrario que la lengua latina, la mayoría de las lenguas románicas hoy en día también disponen de formas verbales compuestas para expresar una perspectiva secundaria de anterioridad (Coseriu 1976). En latín, el perfecto simple no solamente aludía a eventos completados y disociados del presente, sino también podía expresar acciones recientes y relevantes para el momento del habla (Penny 2010: 247). En la terminología de Comrie (1976), por lo tanto, la forma unía el aspecto perfectivo con el aspecto perfecto. Las lenguas románicas, en cambio, disponen de una forma compuesta para resaltar el aspecto perfecto de manera explícita (esp. he cantado, it. ho cantato, fr. j’ai chanté, pt. tenho cantado). Por la comparación entre las distintas lenguas, en las que se presentan diferencias tanto en referencia a su formación como a su uso (→4.4.2), resulta que el origen del perfecto compuesto ya se dio en el latín vulgar, donde el participio inicialmente funcionó meramente como adjetivo derivado de un verbo, y empezó a gramaticalizarse paulatinamente (Vincent 1982).

      Aparte del aspecto perfectivo, imperfectivo y perfecto, algunas de las lenguas románicas también disponen de una perífrasis para marcar el progresivo (Bertinetto 2000). Formado por el verbo descendiente de latín STARE y el gerundio (esp. estoy cantando, it. sto cantando, pt. estou cantando), sirve para la expresión de una acción en progreso. El progresivo, por lo tanto, no es un tiempo del pasado por defecto, pero dado que puede combinarse con el imperfecto1, puede incluirse en el análisis de los tiempos del pasado. En comparación con los otros tiempos verbales mencionados aquí, sin embargo, su uso en las lenguas románicas no es obligatorio, sino que sirve para dar énfasis.2

      En resumen, el hablante de una lengua románica tiene que marcar el aspecto de manera explícita cuando habla sobre el pasado. Mientras que solo en este contexto su marcaje es esencial y obligatorio, y por medio de la construcción con el gerundio, también puede marcarse el aspecto progresivo en el contexto de otros tiempos verbales.

      La Tabla 2 resume las propiedades comunes de los tiempos del pasado románicos. No obstante, precisa resaltarse el hecho de que la tabla está sujeta a modificaciones posteriores, y, como se verá, las categorías no poseen límites tan nítidos como este análisis preliminar sugiere.

Tiempos del pasado Otros elementos aspectuales
Perfecto simple Imperfecto Perfecto compuesto Progresivo
De latín CANTĀVI de latín CANTĀBAM de latín vulgar HABEŌ CANTĀTUM de origen románico
aspecto perfectivo visto desde fuera evento completado aspecto imperfectivo visto desde dentro acción en progreso o continuación aspecto perfecto evento con estrecha relación con el presente aspecto progresivo uso facultativo función

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