45 Para J. Berman, una de las principales funciones del año sabático era la de “poner límites a la institución de la esclavitud. La diferencia de valores de la Torah, cuando se compara con los que encontramos generalmente en la sociedad del antiguo Cercano Oriente, es más evidente en este punto que en todos los demás. Mientras que los contemporáneos de los antiguos israelitas no veían ningún mal en la esclavitud y utilizaban sus sistemas legales para mantenerla como institución, la Torah manifiesta una clara preferencia por la libertad y utiliza estructuras legales para limitar tanto los males como la extensión de la esclavitud. Así, el código de Hammurabi (#282) estipula que al esclavo fugado que oculta su condición social, si es capturado, debe cortársele la oreja como castigo por su delito. La Torah, aun cuando conoce un castigo menos grave, la perforación de la oreja, lo aplica al delito exactamente opuesto, es decir, para el esclavo que después de serlo seis años rechaza su libertad y desea seguir siendo esclavo (Éxo. 21:6). Esta alteración de valores, de afirmar la esclavitud a negarla, no puede ser más evidente para un pueblo familiarizado con los sistemas penales del antiguo Cercano Oriente” (“The Extended Notion of the Sabbath”, Judaism 22 [1973], p. 350).
46 La función liberadora de los años sabáticos se verá en el capitulo 5, parte 1.
47 A este respecto, Ernst Jenni ha observado que la función social del sábado está relacionada con la experiencia de la liberación de Israel (Die theologische Begründung des Sabbatgebotes im Alten Testament, 1956, pp. 15-19). También apunta que Deuteronomio insiste no menos de cinco veces en “recordar” la liberación divina con el fin de actuar con misericordia con los desheredados de la sociedad (Deut. 5:15; 15:15,16,12; 24:18, 22).
48 Abram Herbert Lewis, Spiritual Sabbatism, 1910, p. 67.
49 Eduard Lohse disiente de esta idea: “El mandamiento del sábado requiere el descanso absoluto del trabajo. Esta orden no presupone necesariamente condiciones agrícolas tales como las alcanzadas por Israel después de la conquista. También hubiesen podido ser observadas por nómadas. Por lo tanto, la observancia del sábado se remonta al origen remoto de la religión de Yahweh” (“Sabbaton”, Theological Dictionary of the New Testament, 1971, t. 3, p. 3). Ver H. H. Rowley, p. 117.
50 Ver William Foxwell Albright, Yahweh and the Gods of Canaan: A Historical Analysis of Two Contrasting Faiths, 1968, pp. 64-73; John Brigth, A History of Israel, 1959, pp. 72, 73; H. H. Rowley, From Joseph to Joshua: Biblical Traditions in the Light of Archeology, 1950, pp. 157ss.
51 Del mismo modo, Salomón Goldman declara: “Roger Williams, ¿no tuvo más visión que la mayoría de los habitantes de la Nueva Inglaterra de su tiempo? ¿No fundó Rhode Island con la esperanza de que pudiese servir en el futuro como ‘un refugio para los perseguidos por motivos de conciencia’? ¿No anticipó Jefferson en muchos aspectos la América de nuestros días? Y Lincoln, ¿no tuvo que presionar a su generación para llegar a formular la Ley del Suelo y de ese modo hacer provisión para los numerosos millones que habitarían el país algún día? ¿Por qué pues negarle tal clarividencia a Moisés?” (p. 64).
52 Ver Friedrich Delitzsch, Babel und Bibel, 5a ed., 1905, p. 65. Karl Budde menciona también a varios otros partidarios de este punto de vista, p. 5.
53 Karl Budde observa que “Nehemías (Neh. 13:17-21) tuvo que tomar medidas contra los mercaderes cananeos que traían sus mercancías a Jerusalén en sábado. Y, aun cuando tenemos muy poca información acerca de los antiguos cananeos, tenemos mucha de sus contemporáneos los fenicios, sus vecinos, procedente de lugares del Mediterráneo tan alejados como Cartago, Galia y España: en ninguna otra parte se encuentra la mas mínima traza del sábado; al contrario, Israel es consciente de la no existencia de nada similar en todo aquel amplio ámbito” (p. 5). Eduard Lohse indica igualmente que “la idea de que hayan tomado el sábado de los cananeos es refutada por el hecho de que entre estos no se ha encontrado ningún vestigio de ello” (p. 3).
54 Ver E. G. Kraeling, pp. 226-228; Martin P. Nilsson, Primitive Time Reckoning, 1920, pp. 324-346; H. Webster, Rest Days: A Study in Early Law and Morality, 1911, pp. 101-123; Ernst Jenni, p. 13.
55 Ver C. W. Kiker, “The Sabbath in the Old Testament Cult” (tesis doctoral), Southern Baptist Theological Seminary, 1968, pp. 76-111.
56 El punto flaco de esta hipótesis está en que las más antiguas regulaciones de las festividades anuales (Éxo. 23:14-17; 34:18-23) no exigen la cesación del trabajo ni aparecen nunca relacionadas de ninguna manera con la observancia del séptimo día.
57 Que Ezequiel no transformó el sábado de una institución social en una celebración religiosa se ve también en el modo en que asoció la profanación del sábado con el descuido de las obligaciones morales del hombre hacia sus padres, los extranjeros y los pobres (Eze. 22:7, 8). El profeta vela los aspectos social y religioso del sábado como mutuamente dependientes.
58 Niels-Erik Andreasen, Rest and Redemption, 1978, p. 29, subraya este punto cuando escribe: “El profeta Ezequiel, que vivió en cautividad durante este período, menciona el sábado repetidamente, pero casi siempre lo hace en relación con el Templo de Jerusalén y sus objetos sagrados (Eze. 22:8, 26; 23:38), o en relación con el futuro del templo, por el que suspiraba fervientemente (Eze. 44:24; 45:17; 46:1-4, 12)”.
59 Ver, por ejemplo, el tratado Shabbath, 7, 2, en H. Danby, The Mishnah, 1933, pp. 100-136; George Foot Moore, Judaism in the First Centuries of the Christian Era, 1946, pp. 19-39; S. T. Kimborough, “The Concept of Sabbath at Qumran”, Revue de Qumran 5 (1962), pp. 483-502; 1 Mac. 2:29-41; 1:15, 60; 2 Mac. 6:10; Jub. 50:8.
60 Ver también Jub. 2:20-22. Esta interpretación tan exclusivista del sábado condujo a algunos rabinos a enseñar que la observancia del sábado estaba prohibida para los no judíos. Así, Simón b. Lagish dice: “El gentil que observa el sábado merece la muerte” (Sanhedrin 586). Anteriormente, R. José b. Hanina habla dicho: “El no judío que observa el sábado no estando circuncidado es reo de pena de muerte. ¿Por qué? Porque a los no judíos no se les ha mandado hacerlo” (Deuteronomio Rabbah 1:21).
61 Génesis Rabbah 11:7; 64:4; 79:6.
62 Ver Génesis Rabbah 11:2, 6, 8; 16:8; 79:7; 92:4; Pirke de Rabbi Eliezer 18, 19, 20; Los Libros de Adam y Eva 51:1-2; Apocalipsis de Moisés 43:1-3; Yoma 28b. En estas referencias, sin embargo, se puede detectar a veces cierta tensión entre el concepto universalista-creacionista del sábado y el exclusivista-mosaico. En el Libro de los Jubileos (siglo II a.C.) tenemos un ejemplo. Mientras en 2:1 se dice que “Dios guardó el sábado en el séptimo día y lo santificó para siempre y lo puso por señal de todas sus obras”, en 2:31 se afirma que Dios “no autorizó a ningún otro pueblo a guardar