Teoría y análisis de la cultura. Gilberto Giménez Montiel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Gilberto Giménez Montiel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786078768264
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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_8b557cfb-31a8-57cc-8176-3515161dec6a">6- Bergnach Radin, op. cit.

      7- W. Connor, Etnonazionalismo. Quando e perché emergono le nazioni, Princeton University Press, Princeton, 1995.

      8- E. Balibar–I. Wallerstein, Razza, nazione, classe. Le’identità ambigue, Edizioni Associate, 1990, ed. orig., Race, nation, classe. Les identités ambigües, Éditions La Découverte, París, 1998.

      9- P. Pistoi, op. cit.

      10- J. Fishman, Social Theory and Ethnography, en P. Sugar, op. cit.

      11- A.M. Jacono, “Razza, nazione, popolo: facce nascoste dell’universalismo”, en Democrazia e Diritto, núms 2–3, XXXIV, 1994, pp. 111–127.

      12- P. Pistoi, ibid.

      13- T. Parsons, op. cit.

      14- M. Diner, “Memoria e democrazia”, en Micromega, núm. 5; B. Parekh, “Ethnocentricity of the Nationalist Discourse” en Nations and Nationalism, vol. III, núm. 1, pp. 25–52.

      15- E. Balibar–I. Wallerstein, op. cit.

      16- E. Hobsbawm, Nazioni e nazionalismi dal 1780. Programma, mito, realtà, Giulio Einaudi Editore, Turín, 1991, ed. orig., Nation and Nationalism since 1780, Cambridge University Press, Cambridge, 1990.

      17- T. Parsons, op. cit.

      18- J. Fishman, ibid.

      19- P. Pistoi, idem, p. 84.

      20- W. Connor, op. cit.

      21- M. Nash, The Cauldron of Ethnicity in the Modern World, University of Chicago Press, Chicago, 1989.

      22- J. Roth, Giobbe, en J. Roth (ed.), Opere. 1916–1930, Bompiani, Milán, 1987, pp. 11–85.

      23- T. Parsons, op. cit.

      24- W. Connor, op. cit.; Ch. F. Keyes, “Toward a New Formulation of the Concept of Ethnic Group”, en Ethnicity, vol. III, núm. 3, pp. 202–213.

       La complejidad de los procesos de identidad

      De este modo, son las relaciones interpersonales e intergrupos las que forjan la identidad de los actores; la transformación de estas relaciones hace que las identidades se vuelvan caducas y obsoletas, y requiere la elaboración de nuevas identidades.

      En nuestra época la identidad ya no puede estar basada exclusivamente en la búsqueda y culto a sus propias raíces y tradiciones. Esta tendencia traería consigo gérmenes de asfixia. Por consiguiente, la identidad no tiene sentido si no se enfrenta y se asocia con las diferencias del presente y del porvenir.

      Estas pocas ideas sirven tanto para las regiones como para cualquier otro grupo. En la confrontación con otras regiones y grupos, una región construye su identidad según múltiples modalidades.

      Incluso cuando una región no tiene una gran especificidad cultural, se construye una identidad que se vuelve un elemento muy significativo de su desarrollo. Habitualmente, los actores regionales utilizan otros términos distintos al de identidad: imagen de marca, emblema, símbolo, etcétera. Cada uno de estos términos tiene evidentemente su especificidad; para simplificar no utilizaremos más que el término identidad regional.

      La identidad regional es la imagen que los individuos y los grupos de una región moldean en sus relaciones con otras regiones. Esta imagen de uno mismo puede ser más o menos compleja y basarse, ya sea en un patrimonio cultural pasado o presente, en un entorno natural, en la historia, en un proyecto de futuro, en una actividad económica específica o, finalmente, en una combinación de estos variados factores. Si bien la identidad cultural es un proceso cultural, no sólo tiene fundamentos culturales. Finalmente, subrayemos también que esta representación es más o menos negociada con actores exteriores a la región.

      A menudo, esta identidad regional es estimulante para sus habitantes, suscita orgullo y adhesión, una fuente de cohesión regional, una voluntad de actuar a favor de su región. Sin duda esta identidad es raramente unánime: lo que es emblema para unos es estigma para otros. Además la identidad regional es a menudo criticada porque, según algunos, contiene el riesgo de que la región se repliegue en sí misma, cuando el horizonte de todos se mundializa. Por lo tanto, es mucho mejor construir actitudes cosmopolitas. Este debate resurge en contextos muy distintos y, sin embargo, no hay incompatibilidad entre identidad regional y apertura al mundo, sino al contrario: cuanto más amplia y generosa es la apertura, más fuerte y compartida debe ser la identidad regional. Una región será tanto mejor socio dinámico y auténtico de las otras regiones de Europa y del resto del mundo, cuanto más llena de vida esté su identidad. Dicho esto, la identidad regional no es la panacea universal y no sería bueno que lo fuera, pero es un aspecto importante del desarrollo regional.

      Para decirlo así, todas las políticas culturales desembocan en la idea de la construcción, defensa, revitalización, y promoción de una identidad regional, en el marco nacional o en las escenas europea y mundial. En todas las regiones estudiadas, las siguientes políticas culturales también tienen finalidades de identidad: organización de uno o varios festivales de música, teatro, cine, etcétera; realización de exposiciones de arte o de historia en relación con los museos regionales y locales; creación y estímulo de grupos de artistas que no sólo brillan en la región sino en todo el país y en el extranjero; rehabilitación del patrimonio arquitectónico urbano y rural; protección de los emplazamientos naturales; publicación y promoción de obras literarias, artísticas y científicas regionales o cosmopolitas.

      Aun cuando estas manifestaciones tengan un tono cosmopolita, vanguardista o elitista, y por ello sean criticadas por los habitantes de su región, aun en este caso (y puede que sobre todo en este caso), contribuyen a dar a conocer la región, a que sea reconocida, a realzar su prestigio y renombre, a reforzar su identidad.

      Es por estas razones que las autoridades de las regiones reivindican más o menos exclusividad en materia de política cultural. Conocen mejor que nadie la realidad cultural y, por tanto, pueden estimularla, contribuir a su enriquecimiento y a hacerla