El amor no es para mí. Dana Darius. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Dana Darius
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788412235753
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para dejar de pensar en Lucas e igual me he pasado un poquito.

      —¿Un poquito? Dirás un pocazo. No me extrañaría que hubieras dejado sin existencias de alcohol al bar de donde venís.

      —Bueno, no pasa nada, es del tío de Noah.

      —Anda, vamos al lavabo a que te refresques un poco.

      De camino, se acerca Noah, le dice algo a Carol que no escucho muy bien y Carol se va.

      —¿Qué le has dicho a mi amiga? —le digo con cara de pocos amigos.

      —Que te llevaba a que te diera el aire, nada más, si no te encuentras bien te llevo a casa. —Me mira y se acerca, sigue acercando su cara a la mía.

      «¿Qué coño hace?».

      —No… Noah… voy a vomitar. —Salgo corriendo al baño y en efecto lo echo todo, lo que he bebido ahora, lo de hace un rato, lo de ayer… y creo que echo hasta el biberón de cuando era un bebé porque no paro.

      —Ella, ¿eres tú? ¿Estás ahí?

      «¿Ese es Jordi? Joder, sí que estoy mal…».

      Como puedo me levanto de la taza del váter.

      —Jordi… ¿Eres tú? Joder, qué vergüenza…

      —Qué pasa, que te han dado garrafón, ¿no? —Se echa a reír… Esto es humillante.

      —¿Está Noah por ahí? Qué vergüenza, casi le vomito encima.

      —No, está con unas fans, creo que se ha olvidado de ti. —Salgo y es cierto. ¿Dónde coño está? Claro, este ha dicho… «Esta noche no mojo» y ya le he dado igual…

      —Qué fuerte… y me ha dejado tirada con lo mala que estoy.

      —Normal… Anda, vamos que te llevo a casa, espera aquí sentada que voy a despedirme de los chicos.

      Se va y no tarda ni cinco minutos en volver y eso que veo que una morena despampanante quiere tema con él. Le mando un mensaje a Noah al móvil y le digo que me voy, que lo veo ocupado y no le quiero molestar, ni se entera.

      Jordi me coge por la cintura, me mete en su coche y conduce hasta mi casa. Cuando subimos le invito a pasar, no a una copa, porque creo que si ahora bebo algo más me da un coma etílico… pero a él no le importa, se conforma con un café.

      —Ella, para salir a beber hay que saber… ¿Cuánto has bebido?

      «Ya estamos… Claro, como somos chicas, con dos copas ya vamos contentas…».

      —Pues no sé, creo que a la décima copa perdí la cuenta.

      —¿Diez? ¿Estás loca o qué?, pero ¿cómo se te ocurre?… Y, ¿cómo se le ocurre a Noah dejarte beber así?

      Parece que está enfadado de verdad… Joder… Qué miedo me da, parece mi padre…

      —Oye, no te pongas así, es que estaba hecha polvo, no tendría que haber quedado con Noah pero me sabía mal dejarlo tirado, y a él no le ha importado que beba porque imagino que ha pensado que así se acostaría conmigo, lleva toda la noche tirándome la caña, pero es que a mí no me interesa.

      —Joder, Ella, sí, estás mal, porque cualquier chica estaría deseando acostarse con Noah…

      «Pero yo no soy cualquiera, chato».

      —No lo dudo, es un chico que está muy bueno, pero no estoy de humor, además es mi compañero, si nos peleamos no podemos cantar como cantamos, porque estaremos resentidos, ¿lo entiendes? —Me escucho a mí misma y no quiero ni que me conteste porque él y yo somos compañeros también, él me compone las canciones y eso no me impidió acostarme con él.

      —Ella, invéntate otra excusa, sabes que eso no es impedimento, pero me alegro de que no hayas caído rendida a sus pies, te mereces algo mejor, a alguien mejor. ¿Me vas a contar por qué estás así? ¿Qué es lo que te causa tristeza? Tienes la vida que quieres, un pisazo increíble, un bar que ya mismo abrirás y estás grabando el disco de tus sueños y, aun así, estás triste, no te entiendo.

      —Es por Lucas… Hoy he estado viendo fotos nuestras, mira… —Le enseño mi despacho y las fotos del ordenador, me mira con cariño—. No puedo evitarlo. Hay veces que pienso que fui una tonta y no me lo puedo perdonar, yo le eché de mi lado. ¿No lo entiendes? Y le perdí.

      —Ella, mira, yo no conozco a Lucas pero sí que te conozco a ti y aunque hubieras hecho una tontería y cada uno hubiera seguido con su vida, si le importaras de verdad no te habría dejado, quiero decir que seguiríais siendo amigos, no sé lo que os pasó y sé que es delicado para ti pero creo que el destino existe y que las personas están hechas para estar juntas si sus vidas se entrelazan de alguna manera, además quizá algún día te sorprenda si de verdad te quiere.

      —Anda… deja al destino… ¿Quieres ver una peli? —Sí, he cambiado de tema, pero es que no me gusta el cariz que está tomando nuestra conversación, no quiero hablar más de Lucas.

      Nos ponemos una película, hacemos palomitas y compartimos un buen rato, parece que se me ha pasado un poco la tontería de la borrachera, estamos muy bien juntos. Lo cierto es que en este poco tiempo que nos conocemos nos hemos convertido en muy buenos amigos, y parece que nos conozcamos desde siempre, sabe lo que estoy pensando al igual que yo sé lo que él piensa, nos divertimos juntos sin compromisos de ningún tipo y me gusta estar así con él y parece que a él le pasa igual.

      Estamos tan tranquilos viendo la película y me pasa el brazo por el hombro, no me importa porque estamos muy a gusto, yo acomodo mi cabeza en su hombro y me relajo, cierro un poco los ojos… descansando la vista, no creas lo que no es, bueno, sí, vale me duermo… Pero es que se está tan bien aquí tumbada con su calorcito y mi cabeza todavía está pensando en cubatas cuando de repente noto como se levanta muy poco a poco pero lo noto.

      —¿Dónde vas?

      «¿Qué hace? ¿Con lo bien que estamos y se va a ir? No quiero…».

      —Ella, es tarde… Me voy, no quiero molestarte.

      —Oye, Jordi. ¿Por qué no te quedas a dormir? Te juro que no te tocaré ni me aprovecharé de ti, es solo que estaba muy a gusto.

      —Ella… si me lo pides así no me puedo negar. ¿Dónde quieres que duerma? «Vaya pregunta me hace… Parece tonto este también…».

      —¿Pues dónde vas dormir? Conmigo, Jordi, somos amigos, no pasa nada, además, nos conocemos muy bien y ambos sabemos que ninguno de los dos busca nada romántico, por lo que sabes que no va a pasar nada. —Aunque ahora que lo veo aquí en mi sofá, cómodo, sin preocupaciones y con ese cuerpo tremendo… me arrepiento de lo de que no pase nada.

      —¿Sabes que nunca he dormido con ninguna chica? Bueno, quiero decir… sin que seamos nada.

      —Ya, pero nosotros sí somos algo, amigos, y no pasa nada.

      Vamos a mi habitación a dormir, porque ambos estamos supercansados, mañana es sábado y podemos dormir todo lo que queramos. Jordi se quita la ropa y se queda en bóxer, y lo miró sin perder detalle, madre mía, cómo está… Pero seré buena… Yo me pongo un pijama, nada del otro mundo, camiseta de tirantes y pantalón corto, nos acostamos, cada uno se gira para un lado y nos dormimos, pero al rato noto como se gira y me abraza. Me gusta estar así y notar que podemos compartir cama sin que haya nada más… Que no te negaré que también me gustaría, pero estar así de bien con alguien con esta complicidad me tranquiliza, caigo en un sueño profundo y me pongo a soñar con, cómo no… Lucas.

      A la mañana siguiente me despierto con el sonido de mi móvil, es Maka, lo cojo rápido porque veo a Jordi durmiendo y no quiero molestarle.

      —Joder, ya era hora…, tía, lleva el móvil sonando un montón de rato… ¿Qué hacías? —Mira que es cotilla.

      —¿Dormir? ¿Qué quieres