El amor no es para mí. Dana Darius. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Dana Darius
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788412235753
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bien en tus labios! Es fantástica, ¿qué te parece si la hacemos más tuya y creamos un single?, puede ser tu canción de lanzamiento, pero en el disco tendremos que poner alguna canción también más pop, ¿te parece bien? —Leopoldo está muy contento y Jordi aplaude, parece que le gusta.

      —Me gusta mucho esta canción, me siento identificada con la letra, y creo que para cantarla bien hay que vivirla, y eso es lo que me ha hecho decidirme por esta, pero hay varias que me gustan. No me importa cantar otro tipo de canciones, entiendo que hay que hacer varios tipos para vender más pero no quiero alejarme mucho de las baladas aunque alguna sea más movida.

      —Tranquila, que buscaremos algo acorde con tu tono y tu estilo, cada cantante tiene que tener su estilo propio, es lo que los identifica y lo que hace que le guste a sus fans y tú, pequeña, creo que tendrás muchos fans. —Jordi me mira de arriba abajo con aprobación, le gusta lo que ve y escucha, y él no está nada mal. Es un chico alto y guapo, de unos treinta y cuatro años, castaño claro con unos reflejos rubios, ojos azules, con una mirada que te penetra hasta el alma. Algo en él me ha llamado la atención, lo miro y es como si ya nos conociéramos, es una sensación extraña. —Por cierto, Ella, ¿te gustaría ir a tomar un café? No me malinterpretes pero conocerte un poco mejor me ayudará a escribir canciones para ti. —Vaya decepción… Yo ya había pensado en esa posibilidad pero bastante distinta, ya estaba pensando que ese café llevaría a una copa y esa copa lo llevaría a mi cama. Porque paso del amor pero no del sexo y este tío tiene pinta de dar sexo del bueno. Es un caramelito muy dulce. Sé que con Noah también me ha pasado, pero a diferencia de Jordi, es más niño y Jordi tiene algo que no sé describir. Con él sí que me iría a la cama sin pensármelo dos veces, dijera lo que dijera mi mente.

      —¿Eh?… Sí, claro, no tengo nada que hacer ahora, pensaba grabar durante un par o tres de horas, aunque he quedado con unos amigos luego, pero sí, podemos hacer ese café. —Ha torcido un poco el gesto al saber que he quedado luego, ¿debo de interpretar eso como que él quiere lo mismo que yo? Bueno, vamos a tomar ese café y lo descubrimos.

      Nos dirigimos a la cafetería que hay cerca del estudio de grabación y por el camino me encuentro a Raúl, me mira de lejos y mira a Jordi, no es que Raúl fuera feo… pero Jordi le da mil vueltas. Creo que ha pensado que estamos juntos y sinceramente me importa tres pepinos, pero mira, le está bien empleado por tonto.

      —Leopoldo me ha dicho que eres un diamante en bruto y hoy he podido comprobar que no se equivoca, cantas muy bien. ¿De dónde sale esa faceta tuya?, si no es mucho preguntar. —Parece bastante curioso, eso me gusta, no el típico tío que no habla de nada.

      —Bueno, lo cierto es que lo llevo en la sangre, mi madre era Leonor Reyes, supongo que habrás oído hablar de ella. —Me mira con cara de asombro y no sé qué significa eso.

      —¿En serio? Me encanta cómo cantaba tu madre. Siento mucho su muerte, fue algo muy inesperado y una gran pérdida para el mundo de la música. —Lo dice muy sincero—. Yo siempre la escuchaba y me inspiraba mucho a la hora de escribir y componer para otros cantantes. Hace mucho que dejó de grabar discos, supongo que tú debiste ser el motivo y no la culpo, tener un hijo y dedicarle todo tu tiempo debe de ser lo mejor del mundo, pero ella era muy grande. Me siento afortunado de trabajar contigo, podemos componer una canción para ella.

      —Sí, la verdad es que me gustaría mucho, tengo el título perfecto: Mi estrella, porque ella siempre lo fue para mí, fue mi inspiración para muchas cosas. La verdad es que disfrutaba cantando con ella y viéndola en galas. Su pérdida fue muy dura para todos nosotros pero tuvimos que sobreponernos rápido, ella no hubiera querido vernos tristes, así que, cómo pudimos, decidimos seguir con nuestras vidas.

      —¿Siempre te has dedicado a la música, o es algo que ha aparecido así de repente?

      —No, que va, nunca me lo había planteado, he sido camarera muchos años, pero hace poco Leopoldo me abordó en el parque y me propuso cambiar de vida, si se le puede llamar así. —Jordi me mira con cara de asombro y de repente como si hubiera contado el chiste más gracioso del mundo comienza a reírse como un loco, y vaya sonrisa…. ¡Pero qué bueno está este tío!

      —Perdona, pero es que me estoy imaginando a Leopoldo persiguiéndote por el parque en plan acosador y me hace mucha gracia.

      —Sí, no es la mejor manera de ofrecer un trabajo, pero bueno, la verdad es que algo en su mirada me hizo fiarme un poco de él, y decidí darle una oportunidad a aquella proposición, porque una parte de mí cree que a mi madre le hubiera gustado.

      —Seguro que sí, ¿actualmente trabajas de camarera?

      —Bueno, sí, de vez en cuando, lo cierto es que estoy mirando un local para abrir mi propio bar de copas, ya sabes, un lugar para bailar y relajarte, antes de salir de fiesta. Tengo unos cuantos amigos que me ayudarían a despegar y mañana justamente voy a ver un local que me gusta, porque tampoco sé si esto que estamos haciendo va a prosperar, así que seguiré con mis planes, ya que puedo compaginármelo perfectamente.

      —Bueno, de momento sí, pero piensa que cuando grabes tu disco, tendrás que hacer una gira y eso te llevara bastante tiempo.

      —Bueno, pero mis amigos cuidarán de mi negocio, eso no me preocupa, son gente de confianza.

      —Eso está muy bien. Pues cuando lo tengas abierto iré con mis amigos. Y bueno, veo que te gustan las canciones de amor, la que has escogido para el single es un poco trágica. ¿Tienes pareja? Es solo para documentarme.

      «Sí, ya… claro»

      —Para documentarte, ¿eh? No, no tengo pareja ni ganas de tenerla tampoco, pero esa canción me ha hecho recordar al único amor verdadero que he tenido en la vida y es por eso que me ha gustado. Fue mi primer amor, mi novio en el instituto y le dejé por tonta, como dice la canción. Después de eso mis relaciones han resultado ser un tanto desastrosas, así que me he cerrado al amor, solo al amor, el sexo es otra cosa, no voy a desperdiciar una buena oportunidad. —Lo miro con mirada lasciva pero… ¿Qué coño estoy haciendo? Ya lo entiendo, mi mente calenturienta anda muy necesitada… Pero, hombre, no hay que ser tan loba. —Perdona, no quería molestarte. «No, más bien quería otra cosa… ¡coño!, ahora mi móvil… Es Maka, tengo que cogerlo». —Perdona un segundo. —Me aparto un poco de la mesa. —¡Maka! Se me ha ido el santo al cielo, perdona, es que no hemos podido grabar hoy y estoy con el compositor que me ha presentado Leopoldo para que componga las canciones de mi disco. «Me escucho a mí misma y aún no me lo creo, mío…». Bueno, a lo que iba, que el tío está como un queso y estamos tomando un café conociéndonos un poco, y la verdad no sé cómo se me ha pasado el tiempo tan rápido.

      —Ya entiendo. Bueno, si quieres nos vemos mañana, porque me ha llamado tu prima para ir de tiendas, y como no me habías llamado. Bueno, y así ya de paso puedes comerte ese queso.

      —Que va, tía, no creo que me coma nada, no lo veo muy por la labor, pero bueno, ya te cuento mañana, que os divirtáis.

      —¡Diviértete tú que te hace más falta! —Cuelga riéndose la muy perra, y le digo perra porque lo es, está loca y además dice lo que piensa y eso es lo que más me gusta de ella, no tiene pelos en la lengua y aunque a veces puede resultar un poco incómodo yo lo prefiero así.

      Vuelvo a la mesa donde estábamos sentados y me sorprendo al ver que Jordi se ha ido, joder, la he cagado pero bien, ya no sé ni cómo atraer a nadie, a tomar por culo la noche de diversión aunque, oye, quizá el chico tuviera novia o algo… No me extrañaría con lo bueno que está.

      Recojo mis cosas y me dirijo a la puerta cuando de repente noto unas manos en mi cintura que me detienen.

      —¿Pensabas irte sin mí, preciosa? —De repente me gira y me mira con los ojos cargados de pasión. No, mi radar no me engañaba. —Perdona, no quiero incomodarte—. Retira las manos de repente, un poco avergonzado.

      —No me incomodas, ¿quieres tomar una copa? No vivo muy lejos, no quiero parecerte atrevida, pero hay algo en tu mirada… No me entiendas mal, ya te he dicho que no busco relaciones amorosas y mi