Cuidados básicos del niño sano y del niño enfermo. Roser Casassas. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Roser Casassas
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Медицина
Год издания: 0
isbn: 9789561425279
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que los padres aprendan a evaluar el desarrollo del niño, pues son ellos en etapas tempranas y posteriormente los profesores quienes pueden sospechar una alteración de la visión.

       Olfato

      El olfato es uno de los sentidos del que menos se conoce. Todos los receptores olfatorios están maduros al nacer. Existen pruebas que indican que frente a olores conocidos, o muy intensos, el neonato reacciona con llanto, hace muecas y muestra cambios en el ritmo y frecuencia respiratoria. Se ha descrito que alrededor del quinto día el recién nacido distingue a su madre por el olor, especialmente el de la leche o pecho materno.

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      La agudeza olfatoria es diferente de una persona a otra y está influida por factores como la permeabilidad de fosas nasales, procesos inflamatorios y desviaciones del tabique.

       Gusto

      Este sentido está presente en el recién nacido pero poco diferenciado; sin embargo, existen evidencias de que ya a fines de la segunda semana el niño reacciona frente a determinados sabores, aumentando la succión con los estímulos dulces y haciendo gestos de desagrado con los ácidos y amargos.

      Entre los dos y tres meses la madurez alcanzada por el sentido del gusto le permite discriminar cambios en el sabor de los alimentos.

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      Si bien el feto a la vigésima semana de gestación realiza movimientos respiratorios como ensayo de su actividad futura, el sistema respiratorio inicia su actividad funcional en el nacimiento con la primera respiración, suceso muy trascendental en todo ser humano, siendo la primera hora el período más crítico de la vida, cuando se suscita el cambio radical de la vida intrauterina a extrauterina. Las estructuras básicas de las vías aéreas están presentes desde el nacimiento, pero al igual que en otros sistemas, el crecimiento post-natal del aparato respiratorio continúa probablemente más allá de la adolescencia. Es por esto que las características anatómicas y fisiológicas del niño son diferentes a las del adulto, diferencias que se van haciendo menores en la medida que el niño crece.

      Vías aéreas y pulmón: Al nacer el niño respira exclusivamente por la nariz; debido a su nariz más pequeña y lengua proporcionalmente grande, hasta alrededor de los tres meses no sabe respirar por la boca. Esta nariz de tamaño pequeño, junto a una mucosa nasal menos vascularizada, con cilios poco desarrollados, determinan que no cumpla la función de filtrar, humidificar y entibiar el aire inspirado igual como en el adulto.

      La trompa de Eustaquio, estructura cartilaginosa que comunica el oído medio con la faringe, está ubicada en una posición más horizontal en comparación con el adulto, situación que favorece la diseminación de procesos infecciosos desde la vía aérea al oído.

      La laringe, la tráquea y bronquios son de longitud y diámetro más pequeño, aproximadamente un tercio del tamaño del adulto, característica que incide en la gravedad de procesos inflamatorios locales.

      La producción de secreción mucosa está aumentada, ya que hay un mayor número y tamaño de glándulas, que junto a una actividad ciliar y tos poco eficiente ocasionan mayor riesgo de problemas obstructivos. En los niños menores las secreciones se acumulan a nivel de la tráquea y bronquios, o en el mejor de los casos son deglutidas.

      En los pulmones el número de alvéolos aumenta rápidamente en los tres primeros años de vida (de 20 millones a 200 millones) y su dimensión también aumenta alrededor de cuatro veces. A los ocho años el número de alvéolos corresponde a los del adulto, alrededor de 300 millones. A medida que se produce la multiplicación alveolar aparecen nuevos vasos sanguíneos, por lo que la relación entre número de alvéolos y arterias permanece relativamente constante durante la infancia.

      Conformación del tórax y movimientos respiratorios: Las costillas se encuentran al nacer en posición horizontal, situación que limita la expansión de la caja torácxica. Cuando el niño inicia la marcha, comienza el cambio a la posición oblicua, la que queda establecida definitivamente entre los cinco y siete años.

      Los músculos intercostales están poco desarrollados y son fácilmente fati-gables, por lo que la respiración es de tipo abdominal con predominio del diafragma. Cerca de los veinticuatro meses hay mayor participación de los músculos intercostales, la respiración se hace tóraco-abdominal y alrededor de los cinco años de predominio torácico, por el mayor desarrollo que han alcanzado estos músculos.

      La caja torácica es blanda y fácilmente comprimible, sus movimientos pueden verse limitados por factores externos como vestuario o determinadas posiciones.

      Capacidad torácica relativamente pequeña: El corazón, mediastino y timo en el niño son grandes y ocupan gran parte de la cavidad torácica; es así como a los doce años estas estructuras ocupan el 43% del tórax, mientras que en el adulto sólo el 33%. A esto se suma el gran contenido de la cavidad abdominal que lleva al diafragma a una posición más alta. La mayor frecuencia respiratoria es un mecanismo de compensación.

      El cuello de los recién nacidos y lactantes menores es corto, situación que puede agravar un problema respiratorio cuando se acuesta al niño en posiciones inadecuadas que dificultan el paso del aire.

      Mayor frecuencia respiratoria: La gran actividad metabólica que debe realizar un organismo en crecimiento y desarrollo requiere de más oxígeno, elemento indispensable para el metabolismo celular. La satisfacción de esta mayor demanda, con un sistema en desarrollo, es compensada con una frecuencia respiratoria más rápida que la del adulto, que va disminuyendo a medida que la actividad metabólica decrece y el aparato respiratorio aumenta su capacidad funcional.

       Frecuencia respiratoria en diferentes edades

Edades Respiraciones por minuto
Recién Nacido 40 a 60
Lactante 30 a 40
Preescolar 20 a 30
Escolar 15 a 20
Adulto 12 a 16

      El cambio más trascendental del sistema circulatorio ocurre en el momento del nacimiento, en el cual se realiza el paso de la circulación feto-placentaria a la circulación propia, y de esta manera el intercambio gaseoso que se efectuaba en la placenta pasa a los pulmones.

      Estos cambios cardiopulmonares no ocurren en forma simultánea, algunos se producen a las pocas horas del nacimiento y otros pueden tardar días e incluso meses; ellos son:

      • Oclusión de las arterias umbilicales, las que se transforman en ligamentos vesicales. La vena umbilical se convierte en el ligamento redondo.

      • Oclusión del conducto arterioso que comunica la arteria pulmonar con la arteria torácica. Cierre funcional que se hace definitivo al cuarto mes de vida.

      • Derivación de la sangre fetal a la arteria pulmonar.

      • Cierre del agujero oval que comunica las aurículas del corazón en la vida fetal. El cierre definitivo ocurre al final del primer año.

      • Cierre del conducto venoso, el que se convierte en el ligamento venoso.

      El corazón tiene una velocidad de crecimiento acelerada