FIGURA 2-1 Necesidades cardiovasculares y metabólicas del fútbol sala.
ATP-PCr: trifosfato de adenosina-fosfocreatina.
Adaptada de Álvarez et al., 2002.
«El fútbol sala es una habilidad abierta fundamentalmente perceptiva y con objetivos cognitivos que requiere del dominio del propio cuerpo y la relación con los demás, con una gran incertidumbre sociomotriz implícita en el juego que exige un tercer nivel de dificultad, que implica la movilidad constante del objeto y sujeto, es decir, del balón y del jugador, y que, además, conlleva el dominio de los desplazamientos y el conocimiento del oponente.»
JESÚS CANDELAS, seleccionador nacional de Irán
EXIGENCIAS FISIOLÓGICAS EN UN PARTIDO
Desde mi punto de vista, el fútbol sala es uno de los deportes colectivos más completos en cuanto a necesidades fisiológicas se refiere (figura 2-2). La principal cualidad a desarrollar debe ser la fuerza, a partir de la cual podremos trabajar en mejores condiciones todas las demás, pues:
FIGURA 2-2 Exigencias fisiológicas en un partido.
Álvarez et al. (2000) afirman que un partido de fútbol sala suele tener una duración de 75-80 minutos de juego total, aunque se han registrado partidos con una duración de entre 90 y 100 minutos de tiempo total, incluidos los 15 minutos de descanso entre los dos períodos de juego.
Hernández Moreno (2001) registró, en un trabajo realizado en partidos de la División de Honor, tiempos de intervención en situaciones de desplazamiento de entre 55 y 67 minutos para jugadores de campo y de 60 minutos para el portero, con tiempos máximos de duración de un partido de entre 70 y 89 minutos.
Díaz Rincón et al. (2000) señalan que, en competición, la participación media de los jugadores que más juegan es de 25-35 minutos por partido. Además, indican que la duración aproximada de los esfuerzos más cortos y más largos que se suelen dar en fútbol sala es de unos 6-7 y 70-80 segundos, respectivamente. Asimismo, destacan que la frecuencia cardíaca (FC) máxima puede llegar a los 190 lat/min y que la FC media es de 160 lat/min, que los esfuerzos suelen ser de intensidad máxima y submáxima, localizados en el tren inferior, y que la duración de los esfuerzos intensos continuados puede oscilar entre los 2 y 6 segundos.
CUANTIFICACIÓN DE LA CARGA EN FUNCIÓN DE SUS COMPONENTES: VOLUMEN, INTENSIDAD, DENSIDAD Y COMPLEJIDAD, REFERENTES EN EL FÚTBOL SALA
Método de programación de las cargas para optimizar el entrenamiento físico y técnico-táctico
Para planificar un proceso de entrenamiento se deben utilizar aquellos métodos y sistemas que logren el progresivo y sucesivo aumento del rendimiento. Por ello, la programación procurará tratar adecuadamente la dinámica de las cargas, es decir, la manera en que se van a conjugar el volumen y la intensidad a lo largo de los diferentes períodos de la temporada, así como la densidad de los estímulos, la mayor o menor recuperación que se da después de aplicar cada carga.
De este modo, en el momento de organizar un proceso de entrenamiento debemos tener en cuenta la relación que existe entre los componentes de la carga de entrenamiento (volumen e intensidad) y lo que se conoce como factores de entrenamiento (preparación física, técnica, táctica y aspectos psicológicos). Esto es lo que denominamos dinámica de los esfuerzos (figura 2-3).
FIGURA 2-3 Dinámica de los esfuerzos.
Volumen
A veces denominado incorrectamente duración, el volumen engloba la cantidad total de actividad realizada y se compone de:
En el fútbol sala constantemente se realizan cambios de ritmo de carrera, en diferentes direcciones, cambiando las distancias recorridas de cada acción efectuada, tomando contacto con el balón en diferentes lugares de la cancha y en situaciones variadas de juego. Por tanto, habrá que adaptar el volumen de carga de entrenamiento del deportista en función de todas estas características que se dan en el juego.
El volumen constituye la base imprescindible sobre la que incrementar posteriormente la calidad del ejercicio a medio o largo plazo, así como para facilitar la recuperación de los entrenamientos sucesivos.
Intensidad
Si el volumen se asocia a la cantidad, la intensidad es el componente de calidad del entrenamiento. La intensidad se puede medir como:
Es importante reflejar la gran cantidad de acciones variadas que se efectúan durante un partido y la permanente alternancia entre estas. Podemos decir que, de promedio, en un partido de fútbol sala se realizan unas 600-700 acciones de distinta característica, lo que evidencia la gran variabilidad de las intensidades de las acciones propias del juego.