Además, mi formación académica y deportiva también han contribuido especialmente en la elaboración de este trabajo: licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el Instituto Nacional de Educación Física (INEF) de Madrid, posgrado de Especialista Universitario en Entrenamiento Personal, máster Profesional de Alto Rendimiento en Deportes Colectivos del FC Barcelona en el INEF de Cataluña y distintos cursos de entrenadores de la Federación Madrileña, donde he tenido la suerte de escuchar y compartir experiencias con los mejores profesionales del mundo del entrenamiento y el fútbol sala.
Para terminar esta breve introducción, quiero expresar mi agradecimiento a todos los entrenadores, jugadores y preparadores físicos del actual panorama del fútbol sala, con los que he podido compartir en mayor o menor medida muchas vivencias a lo largo de mi carrera, que aportan en el capítulo final de este libro una visión profesional de la preparación física y el entrenamiento en el fútbol sala. En él recojo sus opiniones acerca de cómo se trabaja en los diferentes clubes (amateur o de élite), selecciones nacionales o etapas de formación y base desde distintos puntos de vista, reflejando los diferentes matices en el entrenamiento en el fútbol sala femenino o masculino, y la variedad y riqueza de su trabajo actualmente en España. Todo esto hace que haya cada vez más técnicos españoles que exportan su formación y métodos de trabajo fuera de nuestras fronteras.
En definitiva, espero que esta visión personal del fútbol sala sirva a entrenadores, jugadores y preparadores físicos como una nueva aportación a la bibliografía especializada de este deporte, así como a todos aquellos que disfrutan con el fútbol sala.
Andrés Parada López
LEYENDA DE GRÁFICOS Y EJERCICIOS
CAPÍTULO 1
La preparación física en los deportes colectivos
«Nadie puede silbar solo una sinfonía. Es necesaria una orquesta.»
HALFORD E. LUCCOCK, 365 ventanas
Prácticamente todas la obras presentan una propuesta basada en deportes cíclicos fundamentada en un paradigma biológico. Son escasos los textos que tratan la singularidad del entrenamiento en los deportes de equipo; entre ellos se encuentran los capítulos de Godik incluidos en Metrología deportiva, de Zatsiorsky, del cual cito a continuación un párrafo que nos ayudará a introducir el problema:
«En los juegos de pelota resulta más complejo emplear los indicadores físicos de intensidad de la carga que los fisiológicos. Esto se debe al carácter variable de los ejercicios en estos deportes, y a la considerable variabilidad tanto de la intensidad de la carga (la cual resulta muy difícil de medir directamente), como también de la magnitud de las reacciones de respuesta del organismo (las cuales, en general, son más fáciles de medir). Por eso, para evaluar la intensidad aquí se emplean con mayor frecuencia los indicadores fisiológicos y bioquímicos, en particular, la FCC*.»
Tradicionalmente, la preparación física se basaba fundamentalmente en la resistencia, y por ello siempre se desarrollaban las diferentes secuencias aeróbicas, anaeróbicas lácticas y anaeróbicas alácticas. Además, el trabajo aeróbico debía constituir la base sobre la que reposaran las otras dos.
Según Cometti, entre los diferentes medios para mejorar la resistencia, la carrera continua constituía la gran herramienta para trabajarla.
En la actualidad, y gracias al estudio y análisis de la preparación física, ya nos estamos alejando de esa concepción. Es hora de que los preparadores físicos de deportes colectivos suprimamos la carrera continua (footing lento, dar vueltas alrededor de una pista) y nos demos cuenta de que ello no mejora la resistencia ni aumenta el rendimiento en nuestro deporte.
DE LA PREPARACIÓN FÍSICA AL ENTRENAMIENTO INTEGRAL DEL JUGADOR
A la hora de planificar la preparación física en el fútbol sala, debemos considerar su estructura interna como deporte colectivo. De esta manera, planificaremos tareas y entrenamientos que trabajen cada uno de los aspectos con el objetivo de entrenar al jugador o jugadora en todas sus dimensiones. No podemos considerar solo a un sujeto en cuanto a sus capacidades físicas, porque la preparación física es mucho más que eso.
Significado etiamológico
El término preparar procede del latín praeparare, formado por el prefijo prae- («pre-», «antes») y el verbo parare («disponer», «dejar listo»).
La palabra física tiene su origen en el vocablo griego ϕυσις (phisis), que significa «naturaleza». La física es la ciencia que se dedica al estudio de las transformaciones y cambios que sufren la materia y la naturaleza. No obstante, física es un cultismo, pues los griegos que estudiaban la naturaleza no se llamaban a sí mismos físicos, sino estudiosos o investigadores de la phisis.
A su vez, ϕυσις (phisis) proviene del verbo ϕύω, que significa «crecer, producir o desarrollarse». En latín se traduce por «natura». Pero, a su vez, la palabra latina natura deriva del participio del verbo nasci, es decir, «nacer».
Por tanto, entendemos la preparación física como el proceso por el cual el individuo se pone en forma físicamente mediante el entrenamiento sistemático y aprovechando sus aptitudes naturales para su crecimiento y desarrollo constante, con vistas a un mayor rendimiento.
Por otro lado, integral es un derivado culto del mismo origen que entero, el término latino ĭntĕger, que significa «intacto», «entero»: dícese de lo que abarca todos los elementos de algo.
PREPARACIÓN MENTAL DEL JUGADOR
Para entender la preparación física es necesario explicar que no se trata únicamente de eso, de lo físico, sino que debemos entender el entrenamiento del jugador como un todo. El individuo integrado por diversas dimensiones que interactúan todas entre sí y condicionan todas sus acciones. En consecuencia, no solo debemos orientar el entrenamiento al desarrollo físico del jugador, sino también hacia su preparación mental, el esfuerzo, la superación de las adversidades, el trabajo en equipo, la toma de decisiones, las habilidades sociales, el liderazgo, la motivación, sus inquietudes, su estado de ánimo, su relación con los demás y el entorno, su alimentación, sus hábitos y rutinas, el descanso, etc.
En un deporte colectivo como el fútbol sala interactúan entre sí una serie de dimensiones que condicionan el comportamiento del individuo/jugador. Así pues, a la hora de trabajar la preparación física no debemos obviar ninguna y sí tener clara la estructura interna del deporte para trabajar cada una de ellas con el objetivo de alcanzar el máximo rendimiento (figura 1-1).
Sabemos que la mente mantiene una conexión continua de ida y vuelta con el cuerpo a través de los sistemas endocrino y nervioso. Una de las primeras ilustraciones de esta conexión fue la observación de que las contracciones de los músculos faciales afectaban al estado de ánimo. Aunque siempre se ha aceptado que la cara es el espejo del alma, hasta hace relativamente poco tiempo nadie se imaginaba que las expresiones del rostro típicas de ciertas emociones, como la risa o el llanto, aunque sean producidas artificialmente, terminan por producir en la persona los sentimientos genuinos que representan. Esta conexión de doble dirección entre las emociones y sus manifestaciones corporales ya fue intuida por el naturalista Charles Darwin y el psicólogo William James. Este último observó que silbar una melodía alegre en la oscuridad neutralizaba el miedo y estimulaba la confianza en el silbador (Rojas Marcos, 2005).