Las cámaras enfocaron de preferencia a la Diablada de Iquique, el mejor cuerpo de baile religioso en cuanto a indumentaria típica de estos conjuntos de origen peruano-boliviano. Llamó poderosamente la atención por lo bien lograda reproducción de las mascaras demoníacas y la elegancia de sus vestimentas, vestidos a la usanza aymará completan este conjunto danzante.
El Tarapacá
24 de Julio de 1961, página 5
La suspensión de la fiesta
Las malas condiciones de salubridad del Norte Grande a comienzos del siglo XX amenazan con suspender la fiesta de La Tirana en varias ocasiones. La única vez que se suspende hasta el año 1973, es la del año 1934 (Guerrero, 2008). Sin embargo, en el 1923 se sugirió la suspensión por temas de salud, sobre todo de carácter respiratorio. Lo mismo acontece el año 1942, que no de mediar la acción del obispo de ese entonces, Pedro Aguilera Narbona, la fiesta se hubiera suspendido, por las mismas razones, epidemia de gripe, en este caso. El año 70, esta vez por razones de otro tipo, la fiesta estuvo a punto de no llevarse a cabo (Guerrero, 2014). La instalación de un quiosco en medio de la plaza o explanada apoyado por los tiraneños, generó un conflicto en la que los bailes religiosos, entre otros, amenazaron con no asistir. A partir del año 1934 se realiza en la plaza Arica la llamada Tirana Chica. Por lo mismo hemos incorporado notas de prensa de esta fiesta barrial que reunía a todo Iquique en ese sector. A partir de los años 90, la Tirana Chica se celebra en diversos barrios de la ciudad.
El pueblo de La Tirana
A lo largo del siglo XX y desde fines del siglo XIX, la prensa entrega noticias acerca del pueblo de La Tirana. Lo denominan pueblo, caserío, aldea y cuando se realiza la fiesta la nombran “la metrópoli del desierto”. Todos lo vinculan a Huantajaya con la explotación de la patria. Luis Díaz Salinas es quien más elabora este aspecto. Escribe:
Hasta hace unos 100 años había algunas fundiciones de minerales, en las cercanías de La Tirana que llevaban los nombres de Trinidad, Infiernillo, San José, Rosario. Aprovechando la leña que producen los árboles de tamarugos, se fundían los minerales procedentes de las minas de plata de Huantajaya y de cobre de Sagasca, Yabricoya y otras mineras.
Posteriormente las familias que vivían en La Tirana y La Huayca explotaron la crianza de ganado menor y la venta de leña y carbón de tamarugo, explotación que tuvo gran consumo en las oficinas salitreras. En la misma forma habían plantaciones de algunas especies agrícolas, especialmente los famosos melones de Canchones. Inexplicablemente hoy que se cuenta con mejores medios para la extracción del agua se ha dejado de mano la plantación de melones que tenía gran acogida por su alta calidad.
De las principales familias que vivían de estas pequeñas industrias aún rinden familiares en La Tirana y en otros lugares de la provincia. Las familias Medina, Silva, Caballero, Gamellis, Barrio Nuevo, Riveros y otras recuerdan un pasado esplendoroso de años ya ido. Otros apellidos tuvieron destacadas actuaciones en la industria salitrera, los hermanos Germán y Manuel Riveros fueron administradores de las oficinas Carmen y Buen Retiro, don Carlos Petersen de La Palma que más tarde se llamó Santiago Humberstone y Enrique Medina, lo fue de Mapocho, Iris y varias otras.
Luis Díaz Salinas
El Tarapacá
7 de julio de 1968, página 3
La voz de los intelectuales
Los periodistas de los medios aquí registrados se concentran en las noticias que ocurren con la realización de la fiesta de La Tirana. Los columnistas, son los que a menudo reflexionan sobre esta festividad. En su mayoría hablan sobre la leyenda que da origen a la masiva peregrinación. El año 1965 visita la fiesta el musicólogo Jorge Urrutia Blondel (1903-1981). Estas son algunas de sus reflexiones:
Dado que era mi primera venida, agregó, para estos efectos, fui fuertemente impresionado por el colorido, la música, la gran cantidad de personas y el extraordinario fervor religioso que rodea a la fiesta, no puedo analizar a fondo estas manifestaciones máxime que es muy difícil hacer una investigación exhaustiva estando completamente solo, pero en este segundo viaje he apreciado que en los bailes hay elementos ajenos a la tradición y el folklore como todos aquellos conjuntos que no son expresión de lo típicamente regional o autóctono, bailes árabes, cosacos o japoneses nada tienen que ver o hacer en una manifestación de fe danzada que fue impuesta por una antigua tradición, que en la actualidad se está desvaneciendo por la intromisión de estos elementos que no han sabido ajustarse a los preceptos que el pasado ha legado.
Y prosigue:
El ritual folklórico danzado existe y se mantiene a través del templo en forma inalterable en 6 provincias de Chile desde Tarapacá a Valparaíso y estos cambios solo se han producido en la festividad de La Tirana lo que también atribuyó a transculturización de estas actividades religiosas. Aquí mismo podemos ver que el conjunto de Los Gitanos es el que siempre acompaña más de cerca de la virgen ya que es de propiedad y a la vez el mas antiguo que se ha mantenido inalterable en cuanto a la forma y la música desde el siglo XVII a la fecha.
Para corregir esta situación en que lo tradicional se va diluyendo en el torrente de las innovaciones que desvirtúan la fama de su autenticidad que tienen las festividades de La Tirana, el Sr. Urrutia opina que los organismos directamente vinculados con estas celebraciones deben ir en defensa del folklore, que en este caso, es un factor primordial de la expectación en los que concurren a este santuario con la curiosidad de lo antiguo y lo autóctono.
Cavancha
18 de Julio de 1965, página 5
El año 1976, Jorge Urrutia Blondel recibe el Premio Nacional de Artes Musicales de Chile.
Estamos frente a una opinión que hay que ubicar en la época. Una mirada que más tiende a ver estas expresiones desde un prisma de esencialismo folklórico, percibiendo a la cultura como un objeto que no debe ser impactado por otras influencias.
En ese mismo tenor, encontramos las opiniones de Jorge Checura Jeria el cual, al seguir a un peregrino que hacía mandas de rodillas, escribe:
Es curioso observar lo contraproducente de cada cosa, puede aprestar en cierta oportunidad a un señor que de rodillas caminó por el sendero de la procesión, está es a través de todo el pueblo para llegar prácticamente en el límite de sus fuerzas a besar los pies de la imagen. Hasta aquí me impresionó fuertemente su religiosidad y fe hasta tal extremo que decidí seguirlo para ver la posibilidad de entrevistarlo, me mantuve a la expectativa y lo vi, sacar fuerzas de flaqueza para cargar al hombro un cordero desollado y llegar a su campamento donde se encontraban los acordes de una guitarra y las voces destempladas por el alcohol de sus amigos y familiares, la llegada del cordero fue un acontecimiento y el cumplimiento de la manda, un motivo para reanudar la celebración con más énfasis; a la media hora el promesero estaba tan embriagado como los demás y sus expresiones soeces me dejaron completamente confundido. Sin decir dos palabras la entrevista estaba concluida.
Cavancha
16 de julio de 1963, página 3
Al igual que Urrutia, Checura está en un contexto ilustrado, que no lo permite ver la lógica que anima y explica este tipo de conductas.
Visitas ilustres
La fiesta de La Tirana conforme avanza el siglo XX va adquiriendo notoriedad. El año 1963 diplomáticos visitan la fiesta. El periódico Cavancha (1963-1966) reseña:
Cabe notar que en esta oportunidad, han llegado hasta ese lugar viajeros de diferentes países sudamericanos, atraídos por la forma que toma esta ceremonia.
Incluso para el día de hoy es esperado en esa localidad, el embajador de Gran Bretaña, Sir David Scott Fox, el embajador de Italia, señor Livio Theodoli, el cónsul general de ese país en Chile, Sr. Tullio Grazioli.
Cavancha
16 de julio de 1963, página 1