Pertinencia y convergencia de la integración latinoamericana en un contexto de cambios mundiales. José Briceño Ruiz. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Briceño Ruiz
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Путеводители
Год издания: 0
isbn: 9789587602364
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de nuevo ratificado por la Cumbre siguiente del Grupo de Río reunido en Cochabamba (Bolivia) en el mismo año 1995 (Vieira, 2008, p. 443).

      16 Para conocer el alcance de estas reuniones en la década de los noventa en las que se intentó crear la clan, ver Vieira Posada (2008, pp. 442-444) y Betancur Mejía (2001).

      17 Fue lo que le pasó al Mercosur, donde luego de liberar aceleradamente el comercio intrarregional en la década de los noventa como respuesta a la apertura económica, no se hizo ninguna armonización o acercamiento en el manejo de las políticas cambiarias en la región y cuando Brasil, al final de la década, tuvo que devaluar su moneda favoreciendo e incrementando sus exportaciones, Argentina no pudo reaccionar devaluando en alguna proporción, pues estaba atado a un sistema de paridad fija de su moneda frente al dólar, por lo cual la reacción fue el restablecimiento de barreras al comercio que ya estaba liberado, lo que perjudicó los avances logrados de integración comercial.

      18 Una mayor explicación de la necesidad y la conveniencia de una institucionalidad en la integración latinoamericana de soberanía compartida se puede consultar en Vieira Posada (2019, t. 1).

      19 En la Cumbre de presidentes sudamericanos, realizada en Brasilia en septiembre de 2000, se había acordado la formación de una zona de libre comercio entre la Comunidad Andina y el Mercosur, con lo cual solo faltaría la incorporación de Chile y hacer la convergencia con Centroamérica y México. La convergencia del intercambio comercial debería complementarse con el perfeccionamiento de normativas regionales armonizadas en temas como origen de las mercancías, cláusulas de salvaguardia y procedimientos aduaneros, entre otros.

      20 El Caribe operaría por aparte dados sus intereses distintos en el relacionamiento internacional con sus antiguas metrópolis, excepto el caribe de habla española: Cuba y República Dominicana. Sobre la validez de perseverar en el proyecto de lograr una Comunidad Latinoamericana de Naciones (clan), el integracionista chileno Patricio Leiva afirmaba en 2008: “El gran ausente del proceso es una iniciativa para emprender un camino de integración global, que reúna a todos los latinoamericanos en torno a una Comunidad Latinoamericana de Naciones que busque emplear, de manera conjunta, sus propios recursos y potencialidades como una fuente fundamental para su desarrollo y para forjar una verdadera y eficiente identidad internacional. […] Un camino necesariamente gradual, de geometría variable, en cuanto a la incorporación de los países en cada uno de los espacios de integración, pero de convergencia y de plazos definidos, que asegure un camino previsible y dinámico para alcanzar el objetivo de una real integración latinoamericana” (Leiva, 2008, p. 14).

      Capítulo 2

      Las dificultades en la convergencia de la integración latinoamericana

      José Briceño Ruiz

      ¿Cómo citar este capítulo? / How to cite this chapter?

      Briceño Ruiz, J. (2020). Las dificultades en la convergencia de la integración latinoamericana. En A. J. Hurtado Briceño y E. Vieira Posada (eds.), Pertinencia y convergencia de la integración latinoamericana en un contexto de cambios mundiales (vol. 5, pp. 63-90). Bogotá: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia.

      doi: https://doi.org/10.16925/9789587602364

      Introducción

      América Latina es una de las regiones del mundo donde la unidad regional es un tema de discusión en círculos académicos, intelectuales y de tecnócratas, y donde la práctica de la integración y la cooperación regional ha proliferado durante décadas, manifestada a través de iniciativas de cooperación como el Sistema Económico Latinoamericano (sela), el Grupo de Río, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac). Igualmente, se han impulsado iniciativas de integración económica como la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc), transformada en 1980 en la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el Pacto Andino, que pasó a denominarse Comunidad Andina (can), en 1996. En el istmo se creó el Mercado Común Centroamericano (mcca), que pasó a ser parte del Sistema de la Integración Centroamericana (sica) en la década del noventa del siglo pasado. En 1994, Colombia, México y Venezuela suscribieron el Tratado del Libre Comercio del Grupo de los Tres (G-3). En el Cono Sur se estableció el Mercado Común del Sur (Mercosur), en 1991. Más recientemente, se estableció la Alianza del Pacífico, en 2011.

      Esta miríada de instituciones evidencia que la idea de unidad es importante en América Latina, pero, al mismo tiempo, muestra su debilidad, o quizás más exactamente, su diversidad. La región no ha sido capaz de crear un bloque comercial dinámico que incluya a todos los países que forman parte de lo que Felipe Herrera (1967) describió como “una gran nación desecha”. La idea de un espacio único para la integración y el desarrollo fue el centro de la propuesta de Raúl Prebisch y la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), como se diseñó en el documento El Mercado Común Latinoamericano, publicado en 1959 (véase Comisión Económica de América Latina y el Caribe [Cepal], 1959).

      Aunque la propuesta de mercado común no se concretó, la Alalc tuvo la dimensión regional que preveía la Cepal. América Central se consideraba un caso especial, que debía promover primero su integración económica a través del mcca, y una vez consolidado este se produciría la convergencia con el bloque regional latinoamericano materializado en la Alalc.

      Sin embargo, la integración económica tomó un rumbo diferente en América Latina. La Alalc tuvo un importante impulso inicial, pero ya a mediados de la década del sesenta del siglo xx entró en un periodo de estancamiento y comenzó a ser cuestionada por los países de desarrollo mediano por favorecer principalmente a los Estados de mayor desarrollo económico relativo, el denominado grupo Abramex (Argentina, Brasil y México). El resultado fue el proceso que condujo a la creación del Pacto Andino, en 1969, por parte de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, a la que se sumó Venezuela en 1974; de esa manera surgió el segundo bloque subregional latinoamericano. En la década del noventa, durante el periodo del regionalismo abierto, se creó el Mercosur, espacio regional de los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que sería un nuevo proceso subregional en el mapa de la integración latinoamericana. Colombia, México y Venezuela iniciaron un proceso de cooperación política que se conocería como el Grupo de los Tres (G-3), que en 1994 firmaron un acuerdo comercial.

      En el nuevo milenio, durante el periodo descrito como regionalismo poshegemónico, se crearon dos nuevos bloques subregionales. En 2004, Cuba y Venezuela formalizaron la Alternativa Bolivariana para las Américas (alba), una iniciativa ya anunciada por Hugo Chávez en 2001. Transformada luego en Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, incluyó después a Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Dominica, Granada, San Cristóbal - Nieves y San Vicente y las Granadinas. En 2011, se creó la Alianza del Pacífico por Colombia, Chile, México y Perú.

      Se observa, entonces, que de la idea de un mercado común que abarcase toda la región, se pasó al predominio de la dimensión subregional de la integración económica con la existencia de cinco bloques: el mcca, la can, el G-3; el Mercosur, el alba y la Alianza del Pacífico. La dimensión multilateral latinoamericana queda representada apenas por la Aladi; no solo se trata del predominio del subregionalismo, sino también que varios países pertenecen a procesos diversos. Bolivia es parte de la can, lo fue del alba hasta noviembre de 2019 y está en proceso de adhesión al Mercosur. Ecuador fue parte del alba y es parte de la can. Venezuela pertenece al alba y es un miembro suspendido del Mercosur. Colombia y Perú son parte de la can y la Alianza del Pacífico.

      Esta realidad ha sido interpretada en los estudios de economía política internacional del regionalismo bajo enfoque de complejidad de regímenes internacionales (Gómez-Mera, 2015) o la gobernanza regional compleja (Nolte, 2014). Sin embargo, estos enfoques incluyen en