Jóvenes, cultura y religión. Jorge Manzi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jorge Manzi
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425699
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y no desde la tradición familiar (Inhelder & Piaget, 1972). El paso de la etapa escolar a la superior es otro tiempo particularmente desafiante para la construcción identitaria: el joven se inserta en un nuevo grupo de referencia, en donde los pares toman mayor importancia con respecto a temas religiosos (Caputo, 2004). A la vez, ingresa a un sistema más amplio, más plural, marcado por la formación técnico-científica, que entrega nuevos elementos y desafíos para las creencias y prácticas religiosas. Por ello, no es de extrañar que una parte significativa de los jóvenes modifique su autodenominación religiosa a lo largo de los años de sus estudios universitarios (Milanesi & Aletti, 1974). Sin embargo, estudios previos han mostrado que los cambios en religiosidad en la etapa de transición entre adolescencia y vida adulta (que corresponde al período de nuestra muestra), se manifiesta más en la dimensión práctica (en un declive), que en la adhesión a creencias religiosas, las que se mantienen más estables (Stoppa & Lefkowitz, 2010).

      Con todo, es necesario mirar el fenómeno de manera más amplia, pues los jóvenes viven inmersos no solo en su microsistema familiar o en su mesosistema universitario, sino también en un macrosistema social. En ese sentido, la movilidad religiosa de los jóvenes desde la creencia institucionalizada hacia una desvinculada de una institución o hacia la increencia, se condice con procesos que Chile está viviendo a nivel general. El informe de la Corporación Latinobarómetro del año 2013, dedicado al estudio de las religiones (Fundación Latinobarómetro, 2013), muestra con claridad el proceso secularizador que ha vivido Chile en las últimas décadas, con un salto relevante en los últimos 10 años, acortando las distancias entre la población creyente de la no creyente (ver Figura 1-7).

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      Fuente: Informe Latinobarómetro, 2013, Las religiones en tiempos del Papa Francisco.

      Chile se instala como el segundo país en Latinoamérica con menor población católica y con mayor población no creyente, después de Uruguay (Tabla 1-3).

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      Fuente: Informe Latinobarómetro, 2013, Las religiones en tiempos del Papa Francisco.

      Conviene además destacar que este fenómeno de movilización religiosa desde el catolicismo hacia la increencia (y no hacia otras formas de religión) es un rasgo particular en los dos países antes mencionados –Chile y Uruguay– (ver Tabla 1-4), a diferencia de otros países latinos o centroamericanos que, habiendo disminuido el número de católicos, estos migraron hacia el protestantismo (ver Tabla 1-5). En este sentido, la muestra del presente estudio es concordante con los procesos observados a nivel nacional.

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      Fuente: Religión en América Latina, 2014, Pew Research Center.

País %
Chile 30
Costa Rica 40
Brasil 54
República Dominicana 48
Puerto Rico 38

      Fuente: Religión en América Latina, 2014, Pew Research Center.

      Podría pensarse, a modo de hipótesis, que este proceso está asociado a la modernización y desarrollo socioeconómico que ha experimentado el país en las últimas décadas, disminuyendo la pobreza, aumentando la educación y mejorando los niveles de ingresos. Ello conllevaría, de acuerdo a diversas teorías de la secularización (Casanova, 2011; Gabriel, 2013; Habermas, Benedicto & Rodríguez Duplá, 2006; Hervieu-Léger, 1985; Tobey, 2014), a la disminución de la religiosidad en las poblaciones de países en vías de desarrollo. Dichas teorías han mostrado sus límites no solo en el caso emblemático de Estados Unidos (país con altos niveles de desarrollo y modernización y, a su vez, con niveles aun llamativamente elevados de religiosidad), sino también en Latinoamérica, continente en el que gran parte de la población sigue siendo mayoritariamente religiosa (católica y evangélica), incluso en las últimas décadas, marcadas por un mayor desarrollo económico, con excepción, como se ha visto, de Uruguay y Chile (Fundación Latinobarómetro, 2013). Probablemente ello tenga que analizarse considerando otros factores, relacionados con el cambio en los valores, y el tipo de sistema social, cultural y económico sobre el cual se sustenta el desarrollo chileno. Adicionalmente, en este y en un próximo volumen, se analizarán otros factores que pueden estar relacionándose con los cambios que experimentan las identidades y creencias religiosas (por ejemplo, experiencia de crisis, configuración socio-demográfica de las familias, problemáticas y motivaciones, relaciones intergrupales, entre otros).

      Aunque la mayoría de los estudiantes de la universidad se declaran “católicos”, se verá que este catolicismo no es vivido de manera uniforme y homogénea, sino que se despliega en una pluralidad significativa de creencias y prácticas. Es posible presumir que ello se deba a la predominancia cultural católica en Chile, lo que permite pensar que la adhesión de las personas viene, en parte, dada por la pertenencia cultural y no tanto por una convicción personal, otorgándole mayor variabilidad interna a este grupo religioso.

      Un interesante estudio en Reino Unido, llamado “Pertenecer sin creer”, ilustra el mismo fenómeno cultural: los jóvenes allí investigados manifestaron pertenecer a la iglesia anglicana (predominante en ese país), sin necesariamente creer en Dios (Francis & Robbins, 2007). El peso del aspecto cultural de la religión en casos como estos se evidencia en que este grupo, que se identifica anglicano sin necesariamente creer, tiene importantes diferencias con respecto a los declarados no creyentes y que además no pertenecen a un grupo religioso: tienen actitudes más favorables con respecto a la relación entre iglesia y sociedad, así como a involucrar a la iglesia en ritos de paso en su propia vida, a apoyar la educación religiosa, y a adoptar una visión de la cristiandad que no involucra necesariamente la asistencia a la iglesia. Recientemente, se ha constatado también que en las mismas redes sociales se expresa esta posibilidad de “creer sin pertenecer”, aunque paradojalmente la misma red ofrece una alternativa de ser y estar con otros, de compartir; lo cual lleva a pensar que en esta forma de creencia no hay pura subjetividad e individualismo (Bobkowski & Pearce, 2011; McIntosh, 2015).

      Para efectos de analizar la diversidad que se da al interior del catolicismo, en el presente estudio se han analizado algunas otras variables religiosas para reconocer las diferencias dentro del gran grupo de católicos. Estas se detallan a continuación.

      En primer término, se ha recurrido a la distinción tradicional que se establece en razón de la frecuencia con que se participa en acciones cultuales, diferenciándolos entre practicantes, observantes y nominales. Se ha entendido por “católicos practicantes” a aquellos que realizan prácticas cultuales regulares, con frecuencia semanal; por “católicos observantes” aquellos creyentes que tienen prácticas no regulares, con frecuencia menor a la