Jóvenes, cultura y religión. Jorge Manzi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jorge Manzi
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425699
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ocasiones (PNUD, 2002)10.

      De acuerdo con ello, se puede observar que, en el momento de la primera medición, la mayoría de los estudiantes que se declaran católicos son o bien observantes (48%) o practicantes (22%), con niveles medio o alto de compromiso con la fe que profesan, respectivamente. Adicionalmente se identificaron los católicos nominales (29%) quienes se identifican como católicos pero tienen bajos niveles de práctica religiosa (ver Figura 1-8).

      En la Figura 1-8 se puede observar también la evolución que viven estos subgrupos, donde la disminución en términos absolutos que experimenta el grupo de católicos en la muestra no fue igualmente distribuida en los tres tipos de católicos descritos. Así, el grupo de católicos observantes, que constituye el grupo mayoritario en el inicio del estudio, es el que experimenta la mayor disminución (alrededor del 8%), seguido por los católicos practicantes (cerca del 5%). Como contrapunto, los católicos nominales aumentan consistentemente en los tres tiempos de medición, llegando a convertirse en el grupo mayoritario dentro de los católicos al final del estudio, aumentando en total cerca de 12 puntos porcentuales. Lo anterior permite concluir que, a modo general, los estudiantes católicos no han modificado su identidad religiosa, sino su nivel de práctica, hacia una menor frecuencia de ella.

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      Con la intención de relacionar estos resultados con otras investigaciones similares, se ha querido tener en consideración los datos disponibles del estudio “Jóvenes Españoles” (González & Elzo, 2006; González-Anleo, González, Ayuso & López, 2010). En ellos, la categorización interna del grupo católico es diferente a la presentada aquí, pero permite tener otros antecedentes a la hora de analizar estos resultados.

      En el año 2005, los jóvenes pudieron autodefinirse dentro de tres niveles de catolicidad: “muy buen católico”, “católico practicante” o “católico no muy practicante”. En ese año, el primer nivel alcanza solo el 1,6 %; el segundo, el 7,8%; y el tercero, 39%. El año 2010, el estudio inserta una modificación a la categorización, integrando ahora una cuarta categoría (además de las anteriores): “católico no practicante”. Esta vez, los resultados son los siguientes: 2,3% muy buen católico; 7,9% católico practicante; 13,6% católico no muy practicante; 29,7% católico no practicante.

      Mostrando una tendencia similar, un estudio más reciente en jóvenes españoles encontró una alta presencia de religiosidad entre ellos, alcanzando el 60%, pero con un contrastante 75% de la muestra que declara no participar en ritos religiosos (Jiménez & Esquivel, 2011). De hecho, en el mismo estudio, el grado en que las personas creyentes poco practicantes asisten a la iglesia es casi igual a la asistencia que tienen personas que se declaran no creyentes.

      Volviendo al estudio de este libro, y como más adelante se podrá observar, los tres grupos de católicos no solo tienen un comportamiento diferente respecto de la frecuencia en sus prácticas religiosas, sino que también se diferencian –de modo muchas veces marcado– respecto de la mayoría de las temáticas que han sido objeto de este estudio. Justamente con el interés de contrastar esta distinción entre los católicos (practicantes, observantes y nominales), se quiso preguntar, entre otras cosas, por el nivel de identificación, compromiso e importancia que cada cual reconocía en relación con su propia opción religiosa. A partir de las respuestas entregadas por los estudiantes, se pudo construir una escala11 que se presenta en la siguiente figura (Figura 1-9). La confiabilidad de la escala fue alta en todas las mediciones (α=,92 para la primera medición y α=,87 para la segunda y tercera medición).

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      A la luz de estos resultados es posible concluir dos aspectos. En primer lugar, los distintos grupos de católicos muestran diferencias importantes en su grado de identificación con su religión, en donde los practicantes presentan niveles de identificación por sobre los 6 puntos a lo largo de todo el estudio. Los observantes presentan una identificación menor, pero por sobre los católicos nominales, que se mantienen cercanos al punto medio de la escala. Estos resultados evidencian la heterogeneidad del grupo católico, y refuerzan la idea de que la frecuencia de prácticas se relaciona, a su vez, con diferencias significativas en otros aspectos de la religiosidad de los participantes. En segundo lugar, existe una tendencia a la baja en los niveles de identificación en los tres grupos a lo largo del estudio, sin embargo, son los católicos nominales quienes experimentan una baja relativamente más marcada en comparación a los otros grupos.

      En vistas a tener otro punto de comparación más allá del mundo católico, se ha incorporado en este análisis al grupo de jóvenes evangélicos, quienes muestran un nivel de identificación muy alto (6,4) al inicio del estudio. Ello implica que, en general, estos tienden a estar muy comprometidos con su grupo religioso, lo que es esperable al ser un grupo minoritario y, por tanto, de adhesión por convicción y no meramente cultural. Sin embargo, esta medida sufre una baja importante para los siguientes dos tiempos, llegando a 5,8% y 5,5% en los tiempos 2 y 3, respectivamente. Con todo, y a pesar de dicha variación en el tiempo, en general los adherentes evangélicos tienden a asemejarse más al grupo de católicos practicantes u observantes. Se verá más adelante que dicha similitud se manifiesta también en otras variables relativas a la religión.

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      Finalmente, se quiso contrastar la adhesión religiosa y la práctica cultual, con el nivel de religiosidad autodefinido por los jóvenes participantes del estudio (Figura 1-10), el cual también muestra diferencias entre los tres grupos de católicos. Si bien todos están compuestos mayoritariamente por participantes que se consideran religiosos, los católicos practicantes se caracterizan por mantener una amplia porción de participantes muy religiosos. A su vez, más del 40% de los católicos nominales se considera poco religioso. Al observar el cambio en el tiempo, católicos nominales y observantes presentan una tendencia al aumento de las categorías menos religiosas, especialmente los primeros. En el caso de los católicos practicantes, el movimiento se da en sentido contrario, con un crecimiento en el porcentaje de estudiantes que se declaran muy religiosos.

      El nivel de religiosidad que se adjudican en la primera medición los participantes evangélicos mayoritariamente es religioso (46,2%), y en menor medida, muy religioso (23,1%). Sin embargo, en la última medición del estudio, el porcentaje de estudiantes que se califican como religiosos aumenta considerablemente, a la vez que disminuyen aquellos poco religiosos y muy religiosos. Una vez más, el comportamiento de este grupo religioso se asemeja al de los católicos practicantes u observantes.

      Finalmente, se presenta un análisis de la relación existente entre la variable principal estudiada en este capítulo, es decir, la identidad religiosa, con algunas variables antecedentes como sexo, nivel socioeconómico de la familia de origen, orientación política y socialización religiosa familiar.

      Dentro de aquellos, el primer aspecto a considerar ha sido la relación del sexo de los participantes con la identidad religiosa a la que adscriben. Para ello, en la Figura 1-11 se presenta la distribución de esta variable al comienzo del estudio (T1). Es importante tener presente que las mujeres representan la mayoría de los estudiantes de la muestra (62%), razón por la cual no es sorprendente que las mujeres conformen