Psicología del lenguaje. Jaime Bermeosolo Bertrán. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jaime Bermeosolo Bertrán
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425187
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el pequeño en FASE 1 desarrolló dos de ellos, sonidos y significados (expresión-contenido), pero sin palabras o estructuras. "Los significados se derivaban de funciones sociales elementales de interacción con otros, la satisfacción de necesidades y similares, sistema que se continuó expandiendo durante seis-ocho meses, momento en el que el niño entró en la etapa de transición al lenguaje adulto (FASE 2)".

      Esta es la fase que tradicionalmente se había tomado como punto de partida en los estudios de psicolingüística evolutiva: cuando el niño ya pronuncia sus primeras palabras. Es mérito de este autor, junto a otras figuras destacadas, el haber contribuido a la integración del estudio del lenguaje verbal infantil en un contexto comunicativo semiológico más amplio. A causa de la importancia que asigna a los significados del niño, Halliday hace una interpretación funcional de estos, en una perspectiva sociolingüística, no exclusivamente psicolingüística (en términos de la psicolingüística de la época), ya que "el aprendizaje del lenguaje se considera un proceso de interacción entre el niño y otros seres humanos".

      En su enfoque, la estructura, el desarrollo gramatical, "no ocupa el centro de la escena, sino que entra en ella porque es una forma de realización de los significados".

      La FASE 1 la interpreta Halliday como el aprendizaje de una serie de funciones (en la secuencia en que aparecen en la lista: instrumental, reguladora, interactiva y personal, a las que siguen la heurística y la imaginativa) cada una asociada a un pequeño rango de alternativas o "potencial de significado". Estas funciones representan "universales de la cultura humana". (Más adelante puede verse su descripción). Cada emisión o "expresión" del niño en esta fase cumple una sola función.

      Al comienzo, se trataba, por supuesto, sólo de vocalizaciones prelingüísticas, pero se debía dar una relación observable constante "expresión-contenido" para que se cumpliera con los criterios establecidos y fueran consideradas "expresiones". Todavía no podía hablarse de "palabras" o "enunciados". Es una fase en que no hay nivel gramatical: en la fig. 3.5 esto se simboliza - (-) -

      Se hizo necesario distinguir claramente entre vocalizaciones fortuitas y "formas sistemáticas": fragmentos de balbuceo con determinada entonación que cumplían una función, por ejemplo, reguladora: petición de carácter general o petición de algo en particular -como un juguete muy apreciado- o función interactiva, etc. Los significados de las expresiones podían interpretarse como: dame eso, me interesa, quédate conmigo, etc. El autor da numerosos ejemplos, meticulosamente registrados, de expresiones correspondientes a cada función y su orden de aparición.

      La FASE 2, de transición (desde 1 año 4 meses, aproximadamente, hasta los 2 años 8 meses), "se caracterizó por la interpolación de un nivel léxicogramatical entre sonido y significado (vocabulario y sintaxis elemental) y por el dominio del principio del diálogo...". También se caracterizó por una agrupación del conjunto inicial de funciones, formándose una oposición básica entre "lenguaje como aprendizaje": función matética -derivada de las funciones personal y heurística- y "lenguaje como acción": función pragmática, derivada de las otras funciones.

      En esta fase, con ayuda de una importante cantidad de habla imitativa, creciente vocabulario y primer esbozo de gramática, más la riqueza del diálogo con el adulto, el niño aprende a "participar lingüísticamente y a introducir su propio punto de vista, su individualidad... El lenguaje se convierte para él en un canal efectivo de aprendizaje social, un medio de participar y recibir cultura".

      El autor considera superada esta fase de transición cuando el niño ya domina los principios de la gramática y el diálogo, entrando al dominio del "lenguaje adulto". "Ahora (FASE 3) podía construir el potencial de significado del lenguaje adulto y continuaría haciéndolo toda la vida". En esta fase estarán siempre en acción las funciones del sistema plenamente desarrollado: ideacional, interpersonal y textual. (Ver más adelante las definiciones). "El sistema lingüístico adulto se basa, de hecho, en una pluralidad funcional". En particular, se estructura en torno a la doble función ideacional (o ideativa, representativa, referencial o denotativa) e interpersonal (expresiva-emotiva y conativa-apelativa), pero en conjunto con otra función, la textual o "textural" del lenguaje, intrínseca al lenguaje (y que las otras teorías funcionales no han considerado).

      El componente ideacional o ideativo del lenguaje adulto "engloba la experiencia del hablante y la interpretación del mundo que lo rodea y que está dentro de él", mientras que el interpersonal "engloba su propia implicación en la situación de habla: sus papeles, actitudes, deseos, juicios, etc.". Junto al componente textual, constituyen las tres "macro-funciones" incorporadas en el sistema del lenguaje adulto. En esta fase, "función" ya no es sinónimo de "uso" o de "tipos generalizados de uso", como en fases anteriores. "El adulto tiene usos indefinidos de lenguaje y la típica emisión del adulto, independientemente de su uso, tiene tanto un componente de significado ideativo como interpersonal".

      Por otra parte, las funciones originales de la FASE 1 no desaparecen, pues "se han convertido en usos del lenguaje, o más bien se han convertido en los contextos generalizados del uso del lenguaje."

      Las macrofunciones son "los reflejos lingüísticos altamente abstractos de la multiplicidad de los usos sociales del lenguaje". Este sistema funcional del lenguaje adulto, abstracto y siempre en acción, sustituye al espectro funcional del lenguaje infantil, en que cada componente discreto se asociaba a su propio potencial de significación. "Los innumerables objetivos sociales para los que los adultos utilizan el lenguaje no se encuentran directamente representados, uno a uno, en la forma de componentes funcionales del sistema de lenguaje, como sucede con los del niño".

      En el caso de los niños muy pequeños la función equivale a utilización o uso, y no existe una gramática, un estadio intermedio de organización interna del lenguaje: hay exclusivamente un contenido y una expresión. En el caso del adulto, se da un número indefinido de usos, pero solo tres o cuatro funciones.11 o macrofunciones, que surgen en un nuevo rango del sistema lingüístico: toman la forma de "gramática". El sistema gramatical tiene algo parecido a un input funcional y un output estructural: aporta el mecanismo para que varias funciones sean combinadas en una expresión, según la forma requerida por el adulto" (Halliday, 1982).

      En la fig. 3.5:

      • La FASE 1 representa el sistema lingüístico-funcional inicial del niño.

      • La FASE 2, la transición de este sistema al del "lenguaje adulto".

      • La FASE 3, el aprendizaje del "lenguaje adulto".

      No es el objeto de este libro presentar en detalle la visión evolutiva de las funciones, para lo cual remitimos al lector a las obras del autor.12 En el apartado que dedicamos más adelante a la psicolingüística evolutiva, volveremos a utilizar su marco de referencia.

      A causa de la influencia que han ejercido las ideas de Halliday en el campo de la psicología educativa o psicopedagogía y de la didáctica de las lenguas, parece oportuno describir con algún detalle cada una de las funciones que aparecen en la fig. 3.5.

      No hay que olvidar que el lenguaje cobra su verdadero sentido en la interacción con otros, en el uso contextualizado de todos los días, en la conversación, cuando apunta a la satisfacción de necesidades -desde la más elemental hasta la más trascendentecuando sirve para aprender.

      La teoría lingüística de Halliday enfatiza todo esto. De hecho, la funcionalidad del lenguaje es inherente a su sistema.

      Es el caso de hacer notar que un ambiente propicio o el "ambiente natural" para el lenguaje al servicio de la comunicación, difícilmente se logra recrear en muchas aulas donde se enseñan lenguas (materna o segundas lenguas).