Pero todo esto carece de relevancia si el propósito es rediseñar el sistema bajo nuevos paradigmas: el sistema debe cambiarse no porque no funcione bien, sino porque responde a los principios equivocados. Y lo que urge transformar es todo lo que repugna a los fundamentos que, se postula, debiesen ser la base del sistema, no lo que entrega resultados insatisfactorios.
Entonces, tal parece que la crisis de la educación superior chilena a que alude el título de este libro es más una crisis de legitimidad de los fines a que se orienta el sistema, en su afán de capturar los incentivos que le presentan los mercados en que actúa (y que ofrece también el gobierno, actuando por medio de mecanismos de mercado), que del desempeño inadecuado de las instituciones dentro del contexto en que les toca actuar. Dicho en breve, nuestro sistema de educación superior se desenvuelve bien bajo las reglas del juego que hasta ahora le hemos fijado. Solo que ya no estamos seguros de que esas sean las reglas que queremos.
Si bien el propósito de este libro no es ofrecer un diagnóstico evaluativo de la educación superior de Chile ni, menos aún, cotejarla con postulados normativos, el lector encontrará en él suficientes elementos de análisis como para formarse una opinión, incluso una basada en sus personales principios de organización social.
Otra diferencia crucial entre el entorno del libro de 2004 y el tiempo actual es el crecimiento del campo de estudios de la educación superior en Chile. La comunidad de los especialistas ha crecido, posiblemente al doble de la que era hace diez años, con la llegada al campo de investigadores que durante este período terminaron sus doctorados y se incorporaron a las universidades. Como resultado, en solo una década, los artículos en Scopus sobre la educación superior chilena se han multiplicado por cinco. Esta auspiciosa situación explica por qué, a diferencia del libro de 2004, esta es una obra colectiva, que reúne a 17 especialistas (en una nómina que, en todo caso, está lejos de agotar el elenco de investigadores que trabajan hoy en el campo de la educación superior). Me pareció que no era posible ni conveniente escribir a una sola mano, o dos, un libro tan ambicioso como este. Por el contrario, traté de invitar para cada tema al mayor experto o grupo de expertos, a mi juicio, para que compusieran el capítulo relativo. De esta forma, este volumen ha conseguido cubrir un rango de asuntos mucho más amplio que el libro de hace diez años, con mejores datos, una más completa revisión de la literatura internacional pertinente y una mayor profundidad de análisis, reflejando con ello la forma como el conocimiento de la educación superior chilena se ha ampliado y enriquecido en esta década.
Desde luego, así como no están aquí todos los autores que podrían haber participado, tampoco están todos los temas que habría valido la pena trabajar. Ya sea porque el más indicado posible autor para un tema no estuvo disponible, porque la base de conocimiento es todavía insuficiente o por falta de diligencia suficiente del editor, hay problemas importantes a los que esta obra no les da el espacio que merecen. Uno de ellos, quizás la ausencia más visible del libro, es el sector de lo que se ha dado en llamar educación superior técnico-profesional, es decir, el sector de los centros de formación técnica e institutos profesionales. Si bien los capítulos que dan cuenta de la estructura del sistema —su historia, el marco jurídico, las políticas, el financiamiento, el gobierno, el acceso, los profesores, el aseguramiento de la calidad—consideran este sector al analizar el conjunto de la educación superior, una vez que se pasa a revisar las funciones del sistema, tales como la docencia, la investigación, la internacionalización, la gestión y la admisión, el foco está principalmente puesto en la universidad. Esta es una limitación del libro que espero superar en futuras ediciones.
El libro se ordena en dos secciones gruesamente definidas como “estructura” y “funciones”. En la primera sección se ubican los capítulos sobre la historia reciente, el marco jurídico, las políticas públicas, el financiamiento, el gobierno, el aseguramiento de la calidad y los profesores. La segunda contiene las contribuciones sobre la docencia, la investigación, la internacionalización, la gestión, el acceso y la admisión. Los capítulos son autosuficientes, en el sentido de que pueden leerse por separado sin necesidad de apoyarse en algún otro para aprovechar plenamente su contenido.
Este libro ha sido posible gracias a la generosa voluntad de los autores de aportar su saber para dar forma a esta obra común. Mi rol como editor se ha visto grandemente facilitado por la calidad del trabajo de los especialistas convocados. Agradezco a ellos por sus contribuciones. Agradezco también al proyecto CIE-01 de CONICYT, el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE), que apoyó las actividades requeridas para la generación del manuscrito y financió su publicación. Debo gratitud asimismo a quienes trabajaron en la preparación de la versión final del manuscrito, Fernanda Carrasco, asistente editorial, y Francisco Zabaleta, jefe de comunicaciones del CEPPE.
Todo hace pensar que la vida útil de esta obra será más breve que la del libro que le precedió. La expansión de la comunidad académica dedicada a los estudios de educación superior y el avance del conocimiento que ello hace posible, así como las inevitables limitaciones de este libro, permiten presagiar que en unos pocos años será necesaria una nueva edición. Mientras tanto, confío en que este volumen cumplirá su propósito de presentar, en un solo lugar, un panorama general de la educación superior de Chile, para beneficio tanto del lector especializado como del público en general, que tan interesado en la educación se ha mostrado en los últimos años.
Santiago, noviembre de 2014.
CAPÍTULO I
MEDIO SIGLO DE TRANSFORMACIONES DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR CHILENA: UN ESTADO DEL ARTE
JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER Universidad Diego Portales
José Joaquín Brunner. Doctor en Sociología, Universidad de Leiden. Profesor Titular de la Universidad Diego Portales, donde dirige la Cátedra UNESCO de Políticas Comparadas de Educación Superior. Se ha desempeñado como profesor, investigador y experto en sistemas y políticas de educación superior en más de 40 países. Ha publicado más de 35 libros sobre materias de su especialidad. Forma parte de los consejos editoriales o comités científicos de diversas revistas académicas de Europa y América Latina. Fue Ministro Secretario General de Gobierno en Chile, presidió el Consejo Nacional de Televisión y la Comisión Nacional de Acreditación. Participa activamente en el debate público educacional tanto en Chile como en otros países de América Latina.
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este capítulo es dar cuenta del desarrollo de la educación superior o terciaria chilena durante los últimos 50 años: entre 1964, al comenzar el gobierno del presidente Eduardo Frei Montalva, hasta el presente, en que se discute sobre nuevos escenarios para este sector (Brunner, 2013c). Nuestro foco es la evolución del sistema y las políticas gubernamentales dirigidas al sector. El análisis será conducido en torno a tres ejes. Primero, la expansión del sistema en términos de fases de acceso —acceso de elite, de masa y universal (Trow, 1974) (véase el gráfico 1)— y procesos de diferenciación organizacional (Van Vught, 2007; Clark, 1983;