Desde la universidad a la sociedad. Ignacio Sánchez Díaz. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ignacio Sánchez Díaz
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425804
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permanente con la sociedad que acoge a nuestros egresados.

      Publicado en el diario La Tercera el 13 de abril de 2012.

       Análisis de la deserción universitaria

      Recientemente, el ministro de Educación destacó la importancia de disminuir los niveles de deserción de las carreras universitarias, con el objeto de mejorar el rendimiento de las universidades en la formación de científicos y profesionales. Esta labor es muy importante para poder contener los costos de las carreras. Así, anunció que la deserción de las carreras en las instituciones tendrá una influencia en la determinación de los nuevos aranceles de referencia. La deserción es un tema muy importante, en el cual existen varias aristas y puntos a considerar.

      En primer término, definimos deserción como el abandono de un estudiante de una institución, y aquí lo prioritario es conocer sus causas. Los principales motivos se relacionan con problemas socioeconómicos del estudiante y su familia, con dificultades de orientación vocacional y con un rendimiento académico insuficiente. Así, podemos actuar en cada uno de los factores, considerando un apoyo significativo en becas y créditos; creación de programas de formación general y orientación académica; y apoyo remedial y cursos de nivelación para los alumnos con mayores necesidades, en especial en los primeros años, en donde se observa la mayor deserción. Especial mención requiere la nivelación de los estudiantes debido a la desigual calidad del sistema escolar de origen. Es necesario evaluar los contenidos curriculares y las competencias que cada estudiante debiera dominar. El desafío supone articular los diferentes contenidos y etapas de la formación universitaria.

       Las acciones a realizar deben instalar al estudiante en el centro de la atención e interés de las instituciones universitarias; solo asi se podrá avanzar en una educación superior centrada en la persona y en el desarrollo integral de los estudiantes

      En segundo lugar, la deserción varía entre las instituciones, y al interior de cada una de ellas es diferente dependiendo de áreas y carreras. El rango de deserción a los tres años en las universidades del Consejo de Rectores varía entre 17% y 51%, lo que influye en el costo final de la matrícula. Nuestra institución –la de menor deserción del sistema universitario– tiene tasas al término del primer año de 3,6%; del segundo, de 9,2%, y del tercero, de 17%. En todas las universidades existe relación entre la proveniencia educacional y la deserción. Alumnos de establecimientos municipales y subvencionados tienen tasas más altas de las que exhiben los alumnos de colegios particulares. Las acciones a implementar aquí tienen que ver con las ayudas socioeconómicas y con los apoyos remediales desde el punto de vista académico. Es notable destacar iniciativas para disminuir las tasas de deserción implementadas por universidades con altos porcentajes de alumnos vulnerables.

      Un tercer aspecto a considerar es que hay una diferencia significativa entre las distintas carreras y áreas del saber y sus tasas de deserción. Las carreras con alta exigencia de ingreso en nuestra universidad, elegidas en primera preferencia, muestran niveles de deserción muy bajos. Por el contrario, carreras con menores puntajes de ingreso, o que son elegidas en segunda prioridad por los estudiantes, son las que presentan una mayor deserción. En este sentido, la creación de licenciaturas en estudios generales, como nuestro Programa College, junto a una adecuada orientación vocacional pueden tener un impacto en la disminución de la deserción. Así también, jóvenes con rendimiento escolar en el 10% superior de sus cursos presentan un menor nivel de deserción, lo que sugiere la importancia del hábito y esfuerzo en el logro de las metas educacionales.

      En resumen, la deserción y duración de las carreras universitarias son temas complejos que requieren una mirada global para identificar los factores que permitan asegurar la calidad y equidad en la educación universitaria. Si bien la deserción es un elemento crucial a analizar y se deben tomar todas las acciones para disminuirla, es importante destacar que el dato global y aislado puede llevar a equívocos. De esta manera, el análisis detallado de las tasas de deserción y de los costos de las carreras adquiere un sentido para implementar cambios en la formación de nuestros alumnos. Las acciones a realizar deben instalar al estudiante en el centro de la atención e interés de las instituciones universitarias. Solo así se podrá avanzar en una educación superior centrada en la persona y en el desarrollo integral de los estudiantes.

      Publicado en el diario El Mercurio el 16 de mayo de 2012.

       Aseguramiento de la calidad en educación superior

      Debido a la evaluación internacional del sistema de Acreditación, el Ministerio de Educación ha formado una comisión de expertos para analizar su estado actual. Mejorar la calidad de las instituciones de educación superior debe ser el punto central de las reformas que se llevan a cabo en nuestro país. Este proceso debe incluir a todos los niveles de nuestra educación, y requiere modificaciones significativas en tres ejes fundamentales: acreditación, fiscalización e información relevante y transparente para una decisión informada de los estudiantes y sus familias.

      Es necesario reconocer la diversidad de instituciones que componen el sistema de Educación Superior. Estas se diferencian en universidades complejas, con diferentes grados y niveles de docencia e investigación, y otras de predominio docente. El fortalecimiento y obligatoriedad del sistema de acreditación debe hacer más exigente el proceso de evaluación, cuyo foco principal hoy está puesto en los procesos, operación y funcionamiento. A estos habría que incorporar otros indicadores, tales como resultados en las pruebas de egreso, calidad de sus programas, competencias de profesores y empleabilidad de sus titulados. Además, es necesario relacionar la acreditación institucional con la de las carreras y programas. Las agencias actuales deben tener un análisis crítico y evaluar su desempeño. Por otra parte, existe un consenso en que la acreditación en una escala de años no es apropiada; es necesario cambiarla por plazos más prolongados que tengan una evaluación y mejoramiento continuos dentro del período.

      Existe un consenso en que la acreditación en una escala de años no es apropiada; es necesario cambiarla por plazos más prolongados que tengan una evaluación y mejoramiento continuos dentro del período.

      Se requiere avanzar hacia una mayor participación de los grupos relevantes, lo que implica visibilizar las necesidades y demandas de los empleadores. Además, es mandatorio reestructurar las atribuciones del aseguramiento de la calidad de la CNA, del Consejo Nacional de Educación y de las agencias acreditadoras, al regular los conflictos de interés y fortalecer la fiscalización, información y transparencia de los procesos de acreditación.

      La creación de una Superintendencia de Educación Superior contribuirá de manera importante a normar y fiscalizar la labor de las instituciones. Un reciente informe de la Comisión de la Cámara de Diputados destaca el tema. La ley se encuentra actualmente en el Parlamento para ser perfeccionada, con el aporte de todos los actores. Sus funciones se refieren a la fiscalización en el ámbito económico y financiero, a la recopilación y publicación de información veraz, a la creación de sedes y nuevas carreras, a la fiscalización de las agencias acreditadoras y a la recepción de reclamos de la población. Todos estos son aspectos clave, orientados a velar por la calidad del sistema.

      Los últimos acontecimientos ocurridos en una universidad privada destacan la necesidad de una efectiva fiscalización en relación a los contratos con empresas relacionadas. Además, la Superintendencia requiere de atribuciones para resguardar la utilización de fondos públicos, en especial de los beneficios estudiantiles, junto a los traspasos de propiedad entre instituciones relacionadas.

      El aseguramiento de la calidad debe estar orientado a apoyar de manera decidida el proceso de transformación de una persona que se prepara a dar un salto mayor en su formación humana, valórica, ciudadana, intelectual e integral. Esta es la educación superior que debemos cuidar y potenciar.

      Publicado en el diario La Tercera el 22 de junio de 2012.

       Una nueva acreditación en educación superior

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