Un curso de amor. Mari Perron. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mari Perron
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789874935250
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sentido?

      P.32 Lees lo que escriben los autores y sientes que conoces no sólo sus personajes, sino incluso a ellos mismos. Sin embargo, cuando te encuentras con un escritor cara a cara, rara vez puedes ver en él lo que viste en sus escritos. Cuando te encuentras con un escritor cara a cara, ves su forma. Cuando lees sus libros, ves su contenido. Cuando dejas de ver con los ojos del ego, dejas de ver forma y dejas de buscarla. Empiezas a ver contenido.

      P.33 Contenido es todo lo que tienes de Dios. No hay forma que ver; sin embargo, en el contenido se revela la forma. Esto es ver de verdad. Porque el contenido es todo y la forma no es nada.

      P.34 El contenido de Dios es amor. Jesús encarnó a Dios al encarnar al amor. Él vino a invertir el modo en que se pensaba en Dios, a acabar con la visión de Dios en términos humanos de venganza, castigo y juicio.

      P.35 Jesús hizo esto no sólo al encarnar a Dios en forma humana, sino también al dar una imagen verdadera, y no falsa, del poder. Antes de la llegada de la palabra hecha carne, la encarnación, la única idea que la humanidad podía hacerse de un ser todopoderoso era la de un ser cuyo poder se asemejara a los poderosos que había entre ellos. Jesús se enfrentó de tal manera a aquellos que tenían esa clase de poder que lo mataron. Pero Jesús no abogó por un pueblo sin poder. Jesús enseñó el verdadero poder, el poder del amor, un poder demostrado por la resurrección.

      P.36 Jesús, unido al Cristo que hay en ti, es quien puede enseñarte quién eres y cómo vivir como quien eres en un mundo nuevo. Él puede abrir el cielo para ti y llevarte a través de sus puertas, para intercambiar allí este mundo, al fin, por tu verdadero hogar. Pero no es tu cuerpo el que pasará por las puertas del cielo, ni son los ojos del cuerpo los que verán el nuevo mundo que contemplarás y llevarás contigo. Ver un mundo físico de dimensión, forma y alcance semejantes al antiguo, y esperar transportarlo de un lugar a otro, sería delirante. El nuevo mundo no tiene que ver con la forma, sino con el contenido. Un contenido que es tan transferible como las palabras de un escritor sobre una página.

      P.37 ¿Cuántos no viajarían al cielo si pudieran subir a un autobús y ser transportados hasta allí? Y sin embargo, cada uno de vosotros tiene en su interior el poder de alcanzar el cielo. Conocer a tu Ser como quien realmente eres es lo único que te permitirá dejar de temer tu poder. Jesús aceptó su poder, y así trajo el poder del cielo a la tierra. Esto es lo que el Cristo que hay en ti puede enseñarte a hacer. Esto es mente milagrosa. Esto es amor.

      P.38 Esto es unicidad. El Cristo que hay en ti enseña sólo en el sentido de impartir un conocimiento que ya tienes, y al que otra vez accedes al unirte con tu propio Ser real. Una vez realizado esto, tú te has realizado. Porque estás completo. Pero si tu unión con Cristo es el cumplimiento y la culminación de todas las lecciones, ¿quién es el que provee las lecciones? Jesús.

      P.39 El Cristo que hay en ti es tu identidad compartida. Esta identidad compartida hizo que Jesús fuera uno con Cristo. Los dos nombres significan lo mismo, así como la unicidad es lo que siempre fue compartido, y siempre lo será. Eres eternamente uno con Cristo. La única manera en la que puedes identificar a Jesús de una forma distinta es relacionarlo con el Jesús que fue un hombre, el Jesús que existió en la historia. Éste es el mismo modo en el que eres capaz de verte a ti mismo: como un hombre o una mujer, como un ser que existe en un momento determinado de la historia. Esta naturaleza unidimensional –o en el mejor de los casos, tridimensional– de tu visión es la naturaleza del problema. Si no puedes verte a ti mismo “sino como” un hombre o una mujer que vive en un lugar concreto en un momento determinado, no puedes ver tu Ser. Por eso Jesús llega a ti otra vez, de una manera que puedas aceptar, para guiarte más allá de lo que puedes aceptar hasta lo que es verdadero.

      P.40 Decirle a alguien, incluso a un niño pequeño, que una oruga se transforma en una mariposa es, aparentemente, increíble. Esto no hace, en absoluto, que sea menos verdadero. La mariposa, aunque algunos la perciban como más hermosa a la vista, es aún el mismo ser que la oruga. Ésta no dejó de existir; simplemente se transformó en lo que siempre fue. Por lo tanto, parecería que la mariposa es a la vez mariposa y oruga, dos cosas separadas que se convierten en una sola. Eres muy consciente del hecho de que si no pudieses ver la transformación llevada a cabo “con tus propios ojos”, no creerías que las dos criaturas aparentemente dispares fueran la misma. Alguien que te contara esta historia de transformación sin ser capaz de mostrarte pruebas que pudieras ver, sería acusado de inventar un cuento de hadas para entretenerte.

      P.41 ¿Cuántos de vosotros veis la historia de vuestro propio ser en este mismo marco mental? Es un bonito cuento de hadas, un mito aceptable, pero mientras los ojos de tu cuerpo no puedan contemplar la prueba, se quedará en eso. Ésta es la locura de la pesadilla de la que eliges no despertar. Es como si hubieras dicho: “No abriré los ojos hasta que alguien me demuestre que éstos verán cuando los abra”. Te sientas en la oscuridad a la espera de pruebas que sólo tu propia luz dispersará.

      P.42 Tu voluntad para aprender es evidente, o no estarías aquí. Se te ha dicho una y otra vez que una pequeña dosis de buena voluntad es todo lo que se necesita. ¿Por qué parece, entonces, que no has avanzado, o que has avanzado sólo un poquito, cuando tu voluntad es poderosa? Sólo porque no has vencido al ego. Aprendes, y luego permites que el ego venga y te quite todo lo que has aprendido, una y otra vez. Es ingenioso en sus formas de hacerte volver hacia atrás una y otra vez, hasta que sientes como si estuvieras entrando y saliendo de una puerta giratoria.

      P.43 Eras tu Ser antes de que empezaras tu aprendizaje, y el ego no puede quitarte tu Ser, sino sólo ocultarlo. Por tanto, las enseñanzas que necesitas ahora son para ayudarte a separar el ego de tu Ser, para ayudarte a aprender a escuchar sólo una voz.

      P.44 Esta vez adoptamos un enfoque directo, un enfoque que al principio parece dejar atrás el aprendizaje abstracto y los complejos mecanismos de la mente que tanto te traicionan. Nos separamos un paso del intelecto, el orgullo del ego, y enfocamos este aprendizaje final a través del reino del corazón. Ésta es la razón por la cual, para terminar con la confusión, llamamos a este curso Un curso de amor.

      CAPÍTULO 1

      1.1 Cada ser vivo tiene un corazón. Definamos el corazón como el centro del ser, ese lugar de donde surge todo sentimiento. Todo sentimiento verdadero es amor. Todo amor alaba a Dios. Todo amor es reconocimiento de la gloria de Dios y de todo lo que Dios ha creado. El amor es la única respuesta pura del creado hacia el Creador; la única respuesta del Creador hacia el creado. Tu reconocimiento de lo que es el amor te retornará a Dios y a tu Ser.

      1.2 Aprendiste en Un curso de milagros que todo conocimiento es susceptible de generalización. También lo es todo sentimiento. Todo sentimiento se deriva del amor o de la falta de amor. No hay ninguna otra causa de los sentimientos que experimentas. Todos los sentimientos son generados por el corazón y no tienen nada que ver con el cuerpo. El corazón del cuerpo es el altar en el que se depositan todas tus ofrendas a Dios. Todas las ofrendas son amor o falta de amor. La falta de amor no es nada. Así, todas las ofrendas realizadas desde un lugar distinto del amor no son nada. Todas las ofrendas realizadas desde un lugar de miedo o de culpa, no son nada.

      1.3 El amor es la condición de tu realidad. En tu forma humana, tu corazón debe latir para que la vida de tu ser tenga lugar. Ésta es la naturaleza de tu realidad. El amor es tan esencial para tu ser como lo es el corazón para el cuerpo. No existirías sin amor. Está ahí aunque seas tan inconsciente de ello como lo eres del latir de tu corazón. Un bebé no está menos vivo por el hecho de no darse cuenta de que su corazón late. Tú no eres menos tu Ser, a pesar de que no te des cuenta de que sin amor no existirías.

      1.4 El único pensamiento de Dios es amor. Es un pensamiento sin límite, que crea sin fin. Debido a la extensión del pensamiento de amor de Dios, tú existes. Yo existo contigo en ese mismo pensamiento. No comprendes esto sólo porque no comprendes la naturaleza de tus propios pensamientos. Los has ubicado dentro de tu cuerpo, y los has conceptualizado de una forma que no tiene sentido.

      1.5 Sin embargo, cuando aplicas tu pensamiento al aprendizaje, aprendes. Que esto te anime. Se trata de una capacidad que podemos utilizar juntos para aprender algo nuevo.